Osvaldo Saidón: su presencia, su legado y su partida

por Revista Cítrica
Fotos: Juan Pablo Barrientos
21 de marzo de 2023

Otro grande de la cultura que nos deja. Recordamos los aportes y las reflexiones que el reconocido psicoanalista, docente y analista institucional realizó en Cítrica. Un recorrido por diferentes contextos de los últimos años, desde la asunción en Brasil de Bolsonaro hasta la pandemia, a través de su singular pensamiento.

El sábado pasado llegó la tristísima noticia: el querido Osvaldo Saidón, reconocido psicoanalista, docente universitario y analista institucional, no está más entre nosotrxs. En Cítrica tuvimos el privilegio de conocerlo, incluso de editar algunos de sus textos. Por eso queremos homenajearlo con  alegría, porque consideramos que él era, ante todo, un militante de las pasiones alegres, un gran curador de la melancolía. 

Como tantos otros profesionales argentinos, durante la última dictadura cívico-militar Saidón se vio obligado a exiliarse del país, y eligió Brasil como lugar para alojarse por casi diez años. Allí coordinó y formó parte de organizaciones psicoanalíticas disidentes de las corrientes hegemónicas, y pudo conocer también en profundidad la historia y la cultura de uno de los países más desarrollados de América Latina. Atravesado por todas esas experiencias volvió a Argentina, y aquí continuó destacándose como psicoanalista y analista institucional, pero nunca dejó de estar ligado al país vecino, en donde además de volver seguido para dar charlas y conferencias y aprovechar para visitar colegas y amigxs, se encontraba con una de sus dos hijas que reside allá.

En estos últimos años, fueron varias las veces que acudimos a él, que nos acercamos a su consultorio de Palermo para profundizar los análisis y generar nuevas reflexiones sobre las coyunturas que nos acontecían. Una de esas veces fue cuando Bolsonaro ganó las elecciones en Brasil. En ese contexto extraño y doloroso, le pedimos que nos explique, desde una perspectiva psicológica, porqué creía que como latinoamericanxs habíamos llegado a eso. Y el encuentro resultó sumamente esclarecedor no sólo por la gran capacidad humana e intelectual que lo caracterizaban, sino también porque Saidón, como todo gran analista suele hacer, nos devolvió una visión distinta, una mirada en donde las respuestas no estaban en agentes externos que poco nos involucran, sino dentro de nosotrxs mismxs: “Hay una explicación de este momento sobre la cual tenemos que hacer una profunda autocrítica, y es que la gente también desea la brutalización de la política. Es decir, pareciera haber un deseo muy profundo en la gente de ejercitar el odio, de destruir al que no es igual, de gozar con la marginalidad de los grupos marginales, sean estos por razones sexuales, raciales, de género, etcétera. El ser humano no es ningún ser bondadoso, y eso es algo que no es solamente de estos tiempos, sino que está comprobado a través de la historia”. Reflexiones que, pese al cambio de contexto en Brasil con la asunción de Lula, no dejan de tener vigencia por tratarse de la siempre escurridiza naturaleza humana.

En otro de sus textos editados por Cítrica, Saidón se dedicó a analizar el momento en el que la sociedad argentina logró vencer al macrismo en 2019, luego de cuatro años de políticas de maltrato, empobrecimiento y desigualdad. "La dignidad que reasumió el pueblo" fue el título que eligió para la nota, y allí escribía sobre la subjetividad callada y el contundente rechazo a un presidente que representaba "un poder castigador": "Creo que lo fundamental, después de lo que pasó el domingo con las elecciones, es que estamos percibiendo que el receptor de los mensajes, es decir, la gente, el pueblo, los diferentes sectores sociales, dijeron “basta”. El pueblo ya no es más un escuchante pasivo de los programas televisivos, o de las zonceras periodísticas, sino que a partir de ahora, cualquier cosa que se le diga va a ser escuchada con la inteligencia que da sentirse parte de un colectivo que recompone la dignidad, que no está más dispuesto a tolerar el modo en que ha sido tratado, ni el cinismo con el que se le ha dicho una cosa un día y otra cosa otro, pensando que todo da lo mismo. Y en ese sentido creo que todo lo que está pasando es muy bueno porque lo que apareció fue ‘lo real de la realidad’”. 

Su último análisis para este medio lo hizo cuando recién comenzaba la pandemia y el Gobierno había decretado la cuarentena obligatoria. En ese entonces, frente al modo en que los grandes medios se ocupaban de relatar la pandemia desde Tánatos, la pulsión de muerte, y frente a las ansiedades que nos afectaban producto de la incertidumbre que implicaba un contexto crítico a nivel mundial; Saidón proponía "ejercer un pensamiento activo" basado en la contención, la invención y la imaginación para poder soportar la angustia y, a la vez, nos incentivaba a establecer tácticas nuevas que no conocíamos. 

Además, en ese artículo Saidón aseguraba: “En primer lugar, es necesario entender que cualquier incremento narcisista que nos remita a pensar solo en nosotros mismos, es un narcisismo sangrante, hace daño. Y es justamente contra ese encierro narcisista e individualista que podemos hacer valer la palabra”. Y reflexionaba también sobre “una ética facultativa del cuidado como garante de la pulsión de vida y no solo como escape de la muerte”.

Saidon tenía una vitalidad innata y escucharlo no sólo sanaba, sino que también enriquecía, porque su generosidad con el conocimiento y con los demás generaba que siempre tengamos muchísimo que aprender de él. Nos quedan sus palabras; sus libros -como La escena institucional (1991), El Cuerpo en la Clínica Institucional (1994), Clínica y sociedad (2002), La potencia grupal (2011), entre otros-, su militancia por una sociedad sin manicomios y su premisa de pensar esa lucha antimanicomial como parte de las luchas sociales y políticas más urgentes; sus reflexiones sobre la filosofía y sobre Gilles Deleuze; su voz, sus silencios y su mirada. 

Un legado lleno de lucidez, sensibilidad y compromiso social que sin duda nos seguirá movilizando e interpelando a todxs. Y, parafraseándolo un poco, nos queda también su anti-narcisismo vital, porque si hay algo a lo que dedicó toda su vida este gran y entrañable psicoanalista, fue a escuchar y a pensar siempre en lxs demás. 


 

©2024 Revista Cítrica. Callao 360, Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina - Editor responsable: Cooperativa Ex Trabajadores del Diario Crítica. Número de propiedad intelectual:5313125 - [email protected] | Tel.: 45626241