"Los militares pasaban con las topadoras y volteaban las casas de las villas"

por Revista Cítrica
24 de marzo de 2019

Entre el 76 y 77 hubo una erradicación de todas las villas de Capital Federal, los militares querían erradicarlas todas. Un testimonio estremecedor.

? Entre el 76 y 77 hubo una erradicación de todas las villas de Capital Federal, los militares querían erradicarlas todas. Las familias no tenían a dónde ir, algunas se fueron a otras villas, otras al interior y muchas volvieron a sus países de origen. Les pagaban el tren para que se volvieran. Solo quedaron algunas familias, no más de 10, que resistieron e iniciaron acciones legales. En ese momento había unos 20 mil habitantes, pero no hay registro de adónde fueron esas personas. Pasaban con las topadoras de noche, volteaban las casas y hacían operativos.

? Yo trabajaba en la escuela, donde había chicos desde jardín hasta de primaria, hacíamos apoyo escolar y en algunos casos los que no iban a la escuela o tenían alguna dificultad venían y los ayudábamos. Era una escuelita que estaba conectada con la capilla Cristo Obrero donde estuvo Carlos Mugica hasta el 74 y después le siguió el padre José María Meisegeier más conocido como Pichi.

? Tengo varios compañeros desaparecidos que trabajan en la villa, un abogado, una asistente social que era militante, un amigo contador, otros chicos del barrio, el hijo de una amiga de mi mamá. Tenías una postura de pensamiento, una postura crítica de la sociedad, de búsqueda de cambios, y te desaparecían. Yo en el 77 tenía 3 hijos y llegó un momento en que yo ya no fui más. Había mucha gente que ya no iba, por miedo.

? Hubo gente que hacia el mismo trabajo que nosotros en otro lado y desapareció. La gente a veces me pregunta: ¿Cómo siguieron luego de esos años? Y la verdad es que no sé, pero lo hicimos. En ese momento ya había un muerto que era Carlos Mugica, que ya estaba planteado como un mártir de los pobres. Hace poco, logré contactar alguna de las personas que construyeron en esa época y los veo que están en la misma, tratando de cambiar el mundo, pero es un poco difícil. Yo ya le pasé la mochila a los más jóvenes, es lo que creo que hay que hacer. Que sigan ellos ahora.

? Diciendo “Nunca Más” ya está todo dicho. Porque fue una época muy jodida, de mucha injusticia, donde se hacía cualquier cosa. Y nosotros pudimos reflotar, seguimos trabajando en los barrios. Yo seguí trabajando toda mi vida. Era una forma de reivindicar a los que habían peleado por eso.

? Testimonio de Susana González Murphy, arquitecta y psicóloga social que trabajó con habitantes de villas y asentamientos durante la última dictadura militar (desde 1972 hasta 1977).

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