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"Este Gobierno es criminal pero al cine nacional lo desprotegieron antes"

por Revista Cítrica
25 de julio de 2024

El investigador, docente y divulgador de cine, Fernando Martín Peña, reflexiona sobre pasado, presente y futuro del cine en Argentina luego del Decreto 662/2024 que reestructura (y vacía) al INCAA

Las políticas de este Gobierno son criminales. Es criminal la cantidad de gente que han dejado sin trabajo arbitrariamente. Es criminal todo lo que estamos viendo todos los días en general. Pero en el caso específico del cine, esas políticas se pueden llevar a cabo por la falta de políticas de largo plazo de las gestiones anteriores. Por desgracia, es así. Si la historia hubiese sido otra, hoy sería mucho más difícil realmente hacer lo que están haciendo con nuestro cine.

El problema que tenemos es complejo y no se explica simplemente con la villanía de los que están ahora en el gobierno. Esta es una muerte anunciada, además, y es una actitud que no empieza con ellos; es una forma de pensar la cultura que empezó con el macrismo que abrió la puerta un poco a esta manifestación más extrema de la misma cosa. Pero no hay sorpresa en la ejecución de cosas que los integrantes de La Libertad Avanza dijeron que iban a hacer.

 

Lo que sí me parece es que los sectores de la cultura, y del cine en particular, quedaron muy desprotegidos por la gestión anterior. Hay una falta de cohesión en lo que podríamos llamar la comunidad cinematográfica, que antes no ocurría. En la década del 90, cuando el menemismo amenazaba con alguna medida dañina, todo el sector se juntaba, protestaba y lograba cosas. De hecho, en 1994 se logró la Ley Nº 17.741 de Fomento de la Cinematografía Nacional. Después Carlos Menem, para un poco mitigar sus efectos, nombró a Julio Mahárbiz al frente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) que se dedicó durante toda su gestión a beneficiar, con la plata que el Instituto recaudaba gracias a la ley, a aquellos que menos lo necesitaban. A quienes tenían el dinero. Y ese es un poco el esquema de hoy, trasladado a lo que serían las plataformas.

Hoy no hay esa cohesión. A mucha gente del cine, que logra trabajo en las producciones de las plataformas, le parece genial que la gente tenga que trabajar por poca plata y sea mano de obra precarizada o pauperizada para las plataformas; y que no haya otro tipo de producción. Y esto no es responsabilidad solo de este gobierno. En la gestión anterior no se hizo lo necesario para proteger a la industria nacional. Se tenía que cobrar a las plataformas con el mismo criterio con el que se cobra la exhibición desde la creación del Instituto en el año 1957. Y eso no se actualizó. 

El Fondo de Fomento con el cual el INCAA financia las películas argentinas se basa en el gravamen a la exhibición. Y ese gravamen fue variando de objeto, según fue cambiando también la tecnología que permite la exhibición. Al principio era solamente el 10% de las entradas que se vendían en todos los cines, y a partir de la ley sancionada en 1994 se agregó el gravamen a las películas que se pasan por televisión abierta o cable, más lo que eran en ese momento los alquileres en los videoclubes, en DVD. A eso, hace ya unos años, se le tendría que haber agregado, como se le agregó en Europa, por ejemplo, el gravamen a los streaming y a las plataformas. 

En España, por ejemplo, cada vez que vos vés una película en una plataforma, hay unos centavos de euro que van a parar al Fondo de Fomento Español. Bueno, eso acá se tendría que haber empezado hace muchos años y no se hizo. Si algo tenía que hacer la gestión de Luis Puenzo, era eso. Y tuvo cuatro años. Eso es lo que justifica a esta gestión el desastre que están haciendo. Dicen que no tienen plata, que el Instituto está desfinanciado, y es cierto, es básicamente cierto.

El INCAA es una estructura gigantesca que necesitaba más recursos para financiar su propio movimiento, pero además para financiar las películas que normalmente financiaban. Entonces, sin ese gravamen, el Fondo de Fomento se fue secando. Todo cae. Insisto, es una muerte anunciada, es algo que todo el mundo sabe y han fingido demencia.

Lo único que está haciendo esta gestión es pegar. Golpear donde dijeron que iban a golpear. Si se hubiere actuado a tiempo, los argumentos de esta gestión serían inexistentes. O sea, simplemente sería pura arbitrariedad y robo de una caja que le corresponde al sector. Como está la situación, es muy difícil discutir, porque la gestión anterior no hizo nada al respecto.

Y en esa falta de cohesión que hay en el sector, en la comunidad cinematográfica, hay algo común. Para reclamar las cosas que hay que reclamar, yo no veo la misma unidad que veía en los años 90. Pero lo que sí veo es que en todos los sectores de la comunidad cinematográfica se ha pedido siempre, de manera histórica, plata para producir, pero nunca para dos cosas que son fundamentales, y la comunidad cinematográfica jamás ha percibido así: la difusión y la preservación.

Y por falta de financiamiento para esos sectores del quehacer cinematográfico, una enorme cantidad de gente en la Argentina no tiene idea del cine argentino que se produce, y entonces tenemos que escuchar todo el tiempo comentarios espantosos respecto del cine argentino por parte de gente que ni siquiera ve las películas, pero las prejuzga. Eso tiene que ver con la falta de difusión, con la falta de inserción del cine argentino en la sociedad, a través de canales de difusión que se tendrían que haber activado también en su momento, como lo que era INCAA TV o la TV pública, por ejemplo. Y este error se arrastra antes del macrismo, incluso. Por el lado de la preservación, yo lo vengo diciendo hace muchos años también: la falta total de recursos para esa actividad ha producido que no haya políticas públicas al respecto desde hace muchísimo tiempo y que entonces, permanentemente, lo poco que queda del acervo audiovisual argentino esté en riesgo.

En el caso del INCAA, la colección pública más importante de cine argentino que existe, estaba en dos depósitos alquilados, y esta gente no los quiere alquilar más, y entonces vaya uno a saber qué es lo que va a pasar con las cosas. Nunca vamos a ver lo que van a tirar, lo que se va a perder, jamás se va a hacer público eso, y yo no veo que haya reclamos importantes tampoco respecto a ese tema, porque no interesa lo suficiente, no hay suficiente conciencia. Entonces, esta gente opera impunemente sobre algo que nos importa a muy pocos. Y bueno, entonces el nivel del daño es mucho mayor, porque cuando se produce ya es tarde para evitar.

Lamentablemente, no creo que el cine argentino tenga lo que podríamos llamar un reconocimiento social. Tiene un reconocimiento en algunos sectores, más bien informados, y ciertamente lo tiene afuera del país. No hay festival de cine en el mundo, grande o chico, que no incluya películas argentinas en su programación desde hace 25 años. Pero socialmente ese reconocimiento no está, y se nota.

Por desgracia todo lo que están haciendo ahora estaba anunciado y demasiada gente, para mi gusto, votó esto. Entonces, son golpes que estaban anunciados y que iban a venir, no hay ninguna sorpresa.