El triunfo de los libros

por Revista Cítrica
26 de octubre de 2016

El Gobierno de la Ciudad iba a demoler la biblioteca pública Enrique Banchs, en Parque Patricios, para construir un bar y baños. Pero la organización de los vecinos y el apoyo de artistas lo impidió. Mirá la galería de ilustraciones.

La biblioteca pública infantil y juvenil Enrique Banchs estaba destinada, hasta hace unas semanas, a convertirse en un montón de escombros. Creada en 1943, oculta entre los árboles del Parque de los Patricios (está en el corazón del Parque, no del barrio), siempre fue un espacio de visitas y consultas para muchas escuelas y alumnos de la zona sur. Sin embargo, en nombre del progreso, esa palabra que tanto le gusta usar al macrismo para triturar a la historia, iba a ser demolida. El Ministerio de Ambiente y Espacio Público quería construir en ese lugar "un área de servicios" integrada por un bar y baños. La idea funcionaba como una síntesis de lo que piensa el Gobierno: donde hay libros, la gestión de Horacio Rodríguez Larreta quería poner un comercio.

En agosto estaba todo preparado: se había llamado a una licitación inconsulta, se le había adjudicado la obra a una empresa, la biblioteca se cerró, se cancelaron todas las visitas escolares (se habían otorgado turnos hasta octubre inclusive) y empleados del Gobierno comenzaron a embalar los libros para llevarlos quién sabe adónde.

Pero fue ahí, con el final casi certificado, cuando los vecinos entendieron que les estaban quitando parte de su barrio y de su historia. Y entonces se organizaron, juntaron firmas, crearon una petición en Change.org, enviaron notas a funcionarios, legisladores y comuneros. Y como eso no alcanzaba, comenzaron a hacer actividades culturales todos los domingos en el anfiteatro del Parque. Y crearon una página web. Y empezaron a difundir la amenaza, que estaba a punto de convertirse en crimen, en distintos medios. Y consiguieron que muchos artistas brindaran su apoyo y transformaran la demolición de la cultura en piezas artísticas para resistir. Allí estaban los dibujos e ilustraciones de Rep, Brocha, Ivanke, Diego Bianchi y muchos más.  

La vía judicial, mientras tanto, también avanzaba: a instancias de los vecinos/as organizados, el 2 de septiembre la Asesoría Tutelar Nº 1 inició una acción de amparo colectivo en resguardo de los derechos de los niños, niñas y adolescentes que se verían afectados, y la jueza Elena Liberatori –vista con recelo por Mauricio Macri antes, y por Larreta ahora– ordenó una medida de no innovar. De este modo se suspendió el inicio de las obras.

Condicionado por la resistencia popular y cultural, a principios de este mes el Gobierno comunicó que puede hacer el bar y los baños sin tocar el espacio de la biblioteca. Que no hay necesidad de demoler nada. La lógica cultural le ganó, al menos esta vez, a la lógica comercial. Fue un triunfo. Sin embargo, los vecinos siguen en estado de alerta porque la construcción se haría al lado de la biblioteca. Se preguntan, aparte, qué necesidad existe de construir un bar donde ahora hay un espacio verde. Como si la oferta de comercios gastronómicos que hay en la Avenida Caseros no fuera suficiente.

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