El hospital pediátrico más importante del país sufre un ajuste feroz que se traduce en salarios deteriorados, renuncias masivas de profesionales, el vaciamiento del hospital y la precarización de lxs residentes que cobran salarios por debajo de la canasta básica.
“Hace cinco años mi sobrina no paraba de vomitar. Mi hermano fue a ver a un montón de profesionales. Pasó mucho tiempo, un dolor en la familia. Le empezaron a dar omeprazol, que es una droga fuerte. Estuvo así un montón de tiempo.
El año pasado, después de mucho luchar, le empezaron a bajar los glóbulos rojos y la tuvieron que internar. Diez días estuvo internada mi sobrina. ¿Saben dónde estuvo internada? En el Garrahan. Le subieron los glóbulos rojos y vio profesionales que le dieron una opción, que era operar.
Hace cuatro meses a mi sobrina la operaron. Mi sobrina se está recuperando, subió de peso. Ya no tiene que tomar esa droga. Y yo estoy feliz, porque lo peor que le puede pasar a cualquiera es que se le enferme un hijo. Y lo mejor que nos puede pasar a nosotros es tener un hospital como el Garrahan, que atienda a los hijos de todas las naciones.
Gracias a todos los médicos, gracias a los residentes. Mi corazón está con ustedes.”
Testimonios similares a este se repiten en la movilización en defensa del Garrahan porque sus trabajadores salvan vidas, mientras el Gobierno Nacional vacía y desfinancia el hospital.
El Garrahan en terapia intensiva: fuga de profesionales y atención sobrecargada por el ajuste económico
“Desde hace ya varios años, el personal del Hospital Garrahan sufre un deterioro continuo de las condiciones salariales y laborales. En los últimos dos años este deterioro se profundizó, sin que exista una recomposición paritaria acorde al trabajo que realizamos y al contexto económico que atravesamos. Esto no es solo una cuestión que afecte nuestros sueldos, sino que tiene consecuencias directas sobre la atención.
Profesionales altamente capacitados, formados en este mismo hospital, y cuya experiencia es prácticamente irreemplazable, han renunciado para buscar mejores condiciones en otras instituciones del país o del exterior. Quienes deciden quedarse lo hacen con una enorme vocación, pero a costa de su salud física y emocional. Recurren al pluriempleo, afrontan jornadas extenuantes y ven afectado su rendimiento en un contexto de alta complejidad.
Las guardias, que sostienen la atención de más de 250 pacientes internados en cuidados moderados, 110 en unidades de terapia intensiva y alrededor de 450 consultas diarias, son cada vez más difíciles de cubrir. El valor de la hora de guardia es bajo, incluso frente a otros centros sanitarios de menor complejidad y sobrecarga asistencial”. Así lo advirtió en una conferencia de prensa Mariano Boglione, jefe del centro quirúrgico del hospital.
La situación en el Garrahan es crítica: el personal médico denuncia el deterioro de sus salarios, el vaciamiento del hospital, una fuga de profesionales y la precarización laboral de lxs residentes, que cobran salarios por debajo de la canasta básica.
El Garrahan es el hospital pediátrico más importante del país, una institución modelo que garantiza el derecho a la salud de niñxs y adolescentes. Sin embargo, el Gobierno de Javier Milei continúa su plan de ajuste. Desde que asumió la gestión liberal libertaria, ninguna autoridad de Salud recibió a lxs trabajadores del Garrahan, a pesar de los múltiples pedidos de diálogo que solicitaron.

Unir las luchas es la tarea
El Conicet, el Hospital Garrahan y lxs jubilades se unen en un reclamo unificado en defensa de la ciencia, la salud pública y el acceso a una jubilación digna. Se acompañan en la lucha, marchan unidxs porque entienden que para hacerle frente al ajuste se necesita una fuerza colectiva.

El Garrahan no se toca
A 38 años de su inauguración, el hospital pediátrico de alta complejidad más importante del país está en peligro por las políticas de desprecio a la salud pública del gobierno de Milei. Hubo 210 renuncias en los últimos meses y todo el personal se enfrenta, casi a diario, a un sinfín de mentiras para desprestigiar su trabajo. A pesar de eso, una comunidad se levanta en defensa de una causa nacional.

"Los 183 despidos significan el cierre progresivo del hospital Bonaparte"
El ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, despidió al 40 por ciento del personal del Hospital Nacional Laura Bonaparte. Sus trabajadorxs se organizan, una vez más, para defender el único centro de salud pública especializado en salud mental y problemáticas de consumo.