“División Palermo nos incluye de verdad”
por Mariana AquinoFotos: César Andrade
28 de julio de 2025
En su segunda temporada, División Palermo redobla la apuesta al incorporar más minorías a su elenco. El actor Santiago De Marco, por ejemplo, rompe el estereotipo de “chico bueno con síndrome de down” y nos invita a reírnos de los prejuicios de nuestra sociedad.
Cada vez que aparece en escena el joven actor con síndrome de down, Santiago Santi De Marco, se hace notar: ya sea sospechando de un senegales en su primer día en la guardia urbana o aprovechándose de la bondad de una señora mayor en sus recorridas por la ciudad. En la segunda temporada de División Palermo, Santi nos demuestra que no toda persona con discapacidad es “un ser de luz”.
“Soy actor desde la cuna”, dice Santi. A los 7 años se acercó a Ana María Giunta y descubrió su vocación. Estuvo en la escuela de teatro inclusivo durante varios años, y ahí incorporó sus primeras herramientas. “Ana María era una genia. Cuando falleció me puse tan triste que exigí que me lleven a despedirla. Para mí, es la madre del teatro. Loca, genial, inclusiva. Su idea del teatro era esa, incluir a todos en el escenario. Un ser hermoso, puteadora como pocas. De eso se trata, de integrarnos, de convivir con las diferencias, ella era una adelantada a su época”, recuerda Santi. Después de Giunta, estudió con Lito Cruz y Alicia Zanca. Actualmente está en la compañía de arte inclusiva Las Ilusiones.
“Quiero dejar en claro que no soy un ser de luz”, confiesa Santi, y derriba el prejuicio “positivo” que, casi siempre, infantiliza a las personas con síndrome de down. “La verdad es que en el cole era un bardero tremendo, la llamaban siempre a mi mamá, pobre mujer. Una vez -con mis amigos- le hicimos una broma pesada al chico nuevo del curso. Le saqué la silla y se dio la nuca contra la pared. Casi lo desnuco y casi me echan del colegio. Ya desde jardín era bravo, mordía a todos los que me molestaban, era un nene pesado. Me mandé varias, pero siempre zafé. A veces poner cara de buenito me ayuda”, admite, con risa pícara. Norma, su madre, lo mira de reojo y da fé: “Este de ser de luz no tiene nada. Es bravo Santí”.

Santi es lo que se dice un pibe de barrio. “Desde Lanús Oeste al mundo” se proyecta esta joven promesa de la actuación. Amante de la Historia, habitué del club de su barrio y amiguero como pocos. Así es Santi. Y así vivió el rodaje de División Palermo, donde asegura que se hizo buenos amigos: “Lo que más destaco de la serie, además de la inclusión que muestra a la sociedad, tan necesaria actualmente, es lo grupal, el hermoso grupo que formamos. Todos nos ayudamos en todo, cooperamos con el otro, aprendimos de nuestras diferencias. Nadie se fue igual después de grabar esta serie. Y eso es hermoso”.
-¿Cómo te enteraste que quedaste seleccionado para División Palermo? Contame el momento…
- Uh, fue grandioso. Hice un casting, con todos mis compañeros de Ilusiones, y finalmente quedé. Hice una prueba, quedamos varios, hice la segunda y ahí quedé yo. Me dijeron: “Tenés buena memoria y un gran nivel de improvisación. Wow, me re ilusioné con eso. Me puse contento. A los días me llamó mi amiga Sabrina de Ilusiones y me dijo: ¡Adiviná quién va a actuar en División Palermo! Empecé a correr por toda la casa de la emoción.
Imagínate laburar con esos capos. Yo era re fan de la primera temporada. La vi como quince veces, me encantó la idea. Era un sueño trabajar ahí. Soy muy fan de Santiago Korovsky, me hace reir mucho. Empecé como fan y ahora soy parte.
- ¿El rodaje cómo lo viviste?
- Era intenso. Me pasaban a buscar a las 6 am y grabábamos todo el día, pero la pasabamos re bien. Lo que más me gustó fue el trabajo en equipo, nos ayudábamos entre nosotros, eso es lindo, buenos compañeros, me hice amigos: Lucas Poggi, Santi, Hernán Cuevas, Facundo Bogarín, Martín Garabal, con todos me hice amigo. Se juega mucho con el doble sentido y el humor negro. Nos reímos de nosotros e invitamos a todos a que convivan con las diferencias.
- ¿Cómo te llevás con la fama?
- Me encanta. En mi barrio me saludan hasta los perros, eso que yo ya era conocido. Pero esta semana ya me pidieron fotos. Una familia se acercó y me dijeron: ‘¿Sos el pibe de División Palermo? ¿Me puedo sacar una foto con vos?’ Ya me siento famoso. Pasa que están los carteles por todos lados, y la gente me ve y ya me reconoce. Me gusta eso.
-¿Cuál creés vos que es el mensaje más potente de División Palermo?
-División Palermo incluye realmente a las minorías, a personas con otras discapacidades. Y eso es lo que más me gusta. Me parece interesante que nos incluyan de verdad, no para las fotos nomás. El mensaje de queja de la serie me parece re importante. Esta es una oportunidad para reírnos de nosotros mismos. Así somos, hacemos chiste buenos, sanos, sin maldad. Son chistes de humor negro sobre nosotros. Y es la oportunidad para que la sociedad se permita conocernos, sin prejuicios, sin diferencias.

-¿Cuál es el prejuicio que más te molesta que ejerzan sobre una persona con alguna discapacidad?
-Que nos subestimen o nos infantilicen me duele. Somos personas que hacemos cosas, a veces cosas importantes. Hernan Cuevas actúa y dirige la obra de teatro Jarana, por ejemplo; Lucas Poggi es muy groso, es atleta paralímpico. Todos tenemos un recorrido destacable, no nos tienen que subestimar. No es que participamos de la serie División Palermo solo por tener una discapacidad. Somos personas haciendo cosas, y las hacemos lo mejor posible.
Yo invitaría a la sociedad a que miren a las minorías como parte, no como gente de otro planeta. La sociedad está dividida, una parte nos acepta como si fuéramos uno más, mientras los otros piensan que somos seres de luz. Esa idea no sirve, tienen que integrarnos realmente. Somos uno más. Nos gusta que nos ayuden, no que nos infantilicen. No somos seres de luz, no somos niños, no queremos que nos idealicen. Mi madre dice que soy bravo y lo soy; tiene razón.
-¿Qué te gustaría decirle a las personas con alguna discapacidad que todavía no se animan a salir de casa, a enfrentar a esa sociedad que muchas veces los maltrata…
-Siendo parte de una minoría, o con una discapacidad, no te quedes en tu casa, salí a pelear por lo que es tuyo. Juntate con otros, busca tu lugar, tus derechos. Vos valés.
Es importante juntarte con buena gente, hacer grupo, lo lindo es lo grupal, no lo individual.
-¿Te preocupa la situación de las personas con discapacidad actualmente? ¿Sentís que el Estado no los está tratando bien?
-Me preocupa. No me toca directamente, pero me preocupa lo que le pasa a las otras personas con discapacidad. Yo fui a una marcha para pedir por las pensiones y me dolió mucho ver eso. Hay que demostrar con hechos, no con palabras que apoyamos a las personas con discapacidad. Y hay que acompañar ese reclamo porque es injusto lo que les pasa.
Yo la paso bien, siempre supe vivir con mi discapacidad. Pero no todos tienen las mismas oportunidades. Y hay que pensar en todos. Algunas personas nos toman a bien y otras no. Algunas te ayudan, quieren ayudar, otras -desde el poder- no.
-Ya hiciste División Palermo…¿Ahora qué?
-Estoy ensayando dos obras, una está avanzada pero no tiene nombre; la otra es Alicia en el País de las Maravillas. Un infantil, me va a divertir eso, seré el sombrerero loco. Me gusta lookearme y jugar, hacer reír a los más chicos, la voy a pasar bien. Prepárense porque se viene con todo El Santi.
-¿Con qué soñás, Santi?
-Sueño con estar en los grandes teatros de la calle Corrientes, y después viajar, tal vez a Broadway, déjenme soñar. Lo mio es el teatro, pero me gusta todo lo que tenga que ver con la actuación. Actuar me da vida, me hace feliz, me corre por las venas el teatro. Hago teatro, hago comedia musical y tengo una banda de música.


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