El café colonizador

¿Se dieron cuenta de que todas las cervecerías son iguales? Es como si alguien hubiera obligado a construirlas de una manera específica, un estilo soviético pero al revés, porque de esa manera el éxito estaba garantizado: bombitas en la calle, madera rústica, pizarras prolijamente desprolijas y coloridas, mesones para compartir con desconocidos, banquetas y decenas de canillas con una cerveza de un origen presuntamente artesanal. En Barracas y en Núñez; en Caballito y en Palermo; en Quilmes, en Morón y en Tigre. También en Córdoba y en El Bolsón; en Mendoza y en Rosario. Incluso en Montevideo. Todas parecidas, algunas idénticas.
Ya ni siquiera es la globalización lo que despersonaliza y acomoda todo a ciertos parámetros confeccionados por lo que la tendencia –y el sistema– predica. Nuestras vidas, nuestras ciudades y nuestros consumos son cada vez más homogéneos. Comemos lo que todos comen. Tomamos lo que todos toman. Y vemos lo que todos ven: la serie de Netflix, el video que circula en Whatsapp, el meme que se viraliza en redes.
Nuestras vidas, nuestras ciudades y nuestros consumos son cada vez más homogéneos
La estandarización de nuestras vidas está en pleno proceso de desarrollo y expansión.
De repente, tomamos cervezas en pintas, aprendimos lo que es una IPA, medimos el amargor en siglas IBU, comemos papas fritas con queso chedar y panceta, nos fanatizamos con las hamburguesas tan distintas a las de McDonald, pero tan iguales a la de cada hamburguesería que abre en nuestros barrios para darnos la palmadita y cumplirnos nuestro deseo pequeño burgués: el de que todavía podemos ir a comer afuera, claro, pero sólo a comer hamburguesas con papas fritas a un precio más o menos preestablecido. Lo otro, lo de eludir las hamburgueserías y esta monotonía que nos persigue, es parte de otra historia y de otra estética: de cuando le empatábamos a la inflación y creíamos que podíamos comprar celulares o irnos de viaje al exterior, como bien anticipó un economista de este Gobierno allá por 2016, cuando intuíamos que iban por nosotros, pero no sabíamos que iban a llegar tan rápido.
Pero volvamos a esta homogeneización estética que no sólo se da en las cervecerías. Es en casi todo: las dietéticas, por ejemplo, empiezan a proliferar por las calles bajo un modelo similar. Primero, ya no son más dietéticas: son green house, market free, new garden o algo así, como para darle un aire british a esto de comer sano y natural. Y si las cervecerías apuestan a la madera y a las pizarras con tizas de muchos colores, las nuevas dietéticas apuestan a la vegetación, que en la mayoría de los casos es una falsa vegetación: plantitas artificiales que deben ser el resultado de algún estudio o estrategia de marketing para provocar estímulos sensoriales. En definitiva, ya lo había presagiado Radiohead a mediados de los noventa, sólo que casi nadie había advertido la contundencia de ese anuncio acertado:
“Su verde regadera de plástico / para su falso árbol de goma chino / en la falsa tierra de plástico / que ella compró para un hombre de goma / en la ciudad de planicies de goma / para librarse de ello / eso la consume, la consume”, cantó Tom Yorke en un supermercado lleno de colores y productos mucho más dañinos que las cervezas y las dietéticas. Vale aclararlo.
Todo es lo mismo, porque todo es igual. Y ahí radica el problema: nuestra identidad, la de nuestras ciudades y nuestros barrios, empieza a diluirse
Que se entienda bien: somos parte de esta trama, cuestionamos esta producción en serie de determinados hábitos de consumo, pero nos gusta tomar una cerveza roja belga con papas rústicas o aros de cebolla. El problema es que cuando lo hacemos, al menos quien esto escribe, tiene ese zumbido, esa pequeña molestia interior, de que estar acá o allá es lo mismo. Todo es lo mismo, porque todo es igual. Y ahí hay un problema: nuestra identidad, la de nuestras ciudades y nuestros barrios, incluso la de nuestros hábitos cotidianos, empieza a diluirse. Esperemos que algo quede. Al menos para acordarnos cómo era todo antes de la llegada de las cervecerías.
©2023 Revista Cítrica. Callao 360, Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina - Editor responsable: Cooperativa Ex Trabajadores del Diario Crítica. Número de propiedad intelectual:5313125 - [email protected] | Tel.: 45626241