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Migrar es un derecho

por Paula Lorenzo
Fotos: Victoria Cuomo
09 de abril de 2019

Multas, expulsiones, persecución y represión son la expresión de la comunidad migrante hoy en la Argentina. El concurso fotográfico convocado por el CELS fue el punto de partida para generar sentidos que reviertan la discriminación y el racismo imperante.

“Miraba las fotos y pensaba que está bueno ponerle rostro, ¿no?. Y no solamente ser ese migrante que los medios de comunicación y este gobierno construyen, que nos deshumaniza porque solamente 'somos delincuentes', porque hoy las noticias son de migrante igual delincuente, ladrón, motochorro, que se expulsa porque tenía una causa, pero pareciera que no tenemos rostro. Y somos personas que amamos, personas que lloramos", dice Lourdes Rivadeneyra, que forma parte de la Red de Migrantes y Refugiados de Argentina y hace 25 años vive en el país.

"Con estas fotos yo decía que bueno poder ver desde ese otro lugar al migrante y a la migrante. En este momento tan difícil que estamos pasando".

La muestra fotográfica “Migrar es un derecho” que se inauguró el jueves 5 de abril en el Club Cultural Matienzo, cuenta con imágenes de 22 fotógrafas y fotógrafos, aficionados y profesionales, de diferentes países de la región. Las fotografías fueron seleccionadas entre más de 190 trabajos presentados en el concurso "Memoria fotográfica: migraciones y DDHH en América del Sur”. El CELS convocó también a los  colectivos fotográficos Turma, M.A.f.I.A, Emergentes y Subcoop que oficiaron de jurado.

“Todos los días los policías están persiguiendo a mis hermanos en las calles, en los locales, en sus casas".

Al entrar a espacio de la muestra se pisan “literalmente” los prejuicios. Frases poco felices pero muy difundidas escritas en el piso dan marco a tanto prejuicio construido hacia las y los migrantes en cuanto a su acceso a la educación, a la salud y a la propia identidad. La muestra así se presenta: abajo los prejuicios para encontrarse con las miradas de la migración que hace falta conocer.

Con un DNU inconstitucional, una posible reforma del código penal y detenciones a diario de vendedores ambulantes senegaleses surge en blanco y negro la fotografía ganadora del concurso: la risa (junio 2018), en la que un policía se ríe durante la manifestación de trabajadores senegaleses en el barrio porteño de Flores. Un rostro negro tiene el primer plano y por detrás los policías de la ciudad. Juan Pablo Barrientos, fotógrafo de Revista Cítrica, captó ese momento tan habitual de nuestros días.

“Hoy vinimos acá a compartir lo que vivimos y lo que sufrimos acá en Argentina. Estamos en las calles para sobrevivir como lo hacen los argentinos. Venimos a trabajar, provenimos de un país muy pobre”, introdujo Jackson Gueye de la comunidad senegalesa en la Argentina que llegó al Club Cultural Matienzo para afirmar lo que decía la fotografía.

La exposición se puede visitar de martes a domingos de 20 a 24 en el Club Cultural Matienzo, Pringles 1249, CABA. También se podrá acceder al fotolibro "Migrar es un derecho", con las imágenes del concurso.

 “Todos los días los policías están persiguiendo a mis hermanos en las calles, en los locales, en sus casas. Nos dicen que somos mafiosos y en realidad somos unidos, no sé de qué mafia hablan. Cada uno vino solo, sin su familia. Cuando conozco a un senegalés en la calle le voy a preguntar si comió si tiene donde dormir. Si vinimos solos, cada uno tiene que ayudar a su gente”, asegura Gueye, quien comparte con el auditorio su propia historia de llegar al país como hijo mayor de una familia a la que intenta ayudar económicamente. Una situación que se da a menudo en las personas que migran por necesidad. Un rostro negro reclama vivir dignamente en la ciudad porteña. Reclama basta de persecución.

“¿Sabes lo importante que es un abrazo para nosotras?”, comenta Zulema Montero, de la Asociación Civil Yanapacuna, observando las fotografías que exhibe la muestra e intentando describir la dimensión de un abrazo a un pariente que se despide desde la tierra natal o aquel abrazo que se recibe en los nuevos territorios.  Si bien la foto ganadora refiere a la cruda realidad militarizada que enfrentan los y las vendedoras ambulantes, las demás fotografías hablan de la vida cotidiana de migrantes que poco o casi nada muestran los medios de comunicación masiva.

"Desde la emisión del decreto 70/2017 se nos equipara con los delincuentes,  sufrimos mucha persecución".

El segundo premio fue para un abrazo: Bianca y Primi se saludan (Uruguay, mayo 2018). Bianca y Primi son madre e hija. Bianca se fue de Perú hace 10 años, a sus 18. Primi estaba cansada de la pobreza y de tener a su hija lejos, así que en febrero de 2019 llegó a Montevideo. Ambas forman parte del Colectivo Mujeres Sin Fronteras. Su objetivo, según Bianca, “es visibilizar a la mujer migrante a través de la construcción de ciudadanía para ser parte de y no un agregado”.

Zulema Montero es contundente en sus palabras al auditorio: “Estamos muy preocupados por la situación que estamos viviendo los migrantes porque desde la emisión del decreto 70/2017 se nos equipara con los delincuentes con mucha persecución. Hay una reglamentación que se llama ‘falso turista’ y eso está ocurriendo a diario en las fronteras. Por ejemplo la semana pasada un joven que venía de La Paz hacia Buenos Aires a visitar a su familia estuvo 24 horas detenido incomunicado porque tenía la visa de turista vencida sin asistencia de ningún tipo. Tuvo que venir su madre para llevárselo y le hicieron el acta de expulsión. ¿Por qué motivo? Ni siquiera esto se encuadra a la resolución de Migraciones. Es totalmente arbitrario".

Esto ocurre a diario en las fronteras como así también para aquellas personas que han iniciado su trámite por el sistema RADEX que Zulema afirma “es altamente discriminatorio. Para las personas que no saben usar internet es fatal”. Incluso para ellos a esa base de datos en la frontera no se accede y se les elabora un acta de deuda. Si la persona intenta ingresar en Argentina se cobran multas de 8000 pesos. “Esto casos no son difundidos”, asegura Zulema.

Engañada por un trámite administrativo, Vanesa Gómez Cueva fue llevada por la policía y luego expulsada del país, mientras quedaron en Argentina sus otros dos hijos de 5 y 14 años.

“La ley de migraciones establece en el artículo 4 el derecho a la migración. La migración es un derecho esencial e inalienable de las personas humanas y la constitución lo garantiza en su preámbulo y en su artículo 20 pero sin embargo estas cosas están pasando, están habiendo expulsiones como la de Vanesa (Gómez Cueva) y otros casos más, disgregándose las familias, no importa el tiempo que estemos acá, no importa el arraigo, los bienes que haya adquirido, todo eso pareciera que no importa para la persona migrante. Es una situación muy dolorosa y muy triste por la que estamos pasando”, finaliza.

Carla integra el Bloque de Trabajadoras y Trabajadores Migrantes y también estuvo presente en la inauguración de la muestra. Se refirió al caso de la expulsión de la ciudadana peruana Vanesa Gómez Cueva y de su hijo Michael, de dos años, lactante, mientras quedaron en Argentina sus otros dos hijos de 5 y 14 años, en Villa Lugano. 

Engañada por un trámite administrativo fue llevada por la policía y luego expulsada del país. Ningún juez hizo un chequeo socioambiental para revisar con quién y cómo quedaban los niños o cómo se mantendrá esta ciudadana que, en el más completo desamparo, se comunica con sus chicos desde Lima a través de un teléfono público.

"Los sujetos más vulnerables que existen en una sociedad son los y las migrantes porque en todo el tránsito que hacen desde el origen están siendo objetos de violación permanente de sus derechos humanos". 

Vanesa tiene 33 años y vivió por más de quince años en Argentina. Fue condenada en 2013, en un juicio abreviado, a una pena de cuatro años de prisión por comercio de estupefacientes. Salió en libertad antes, por su buena conducta. Estudió, hizo una tecnicatura en enfermería, y trabajaba para mantener a su familia. Carla despliega su pañuelo “Ni una migrante menos” pensando en cómo difundir esta injusticia y dando cuenta de esta coyuntura donde el feminismo también grita ¡Ni una migrante menos! y ¡Ni una menos en las cárceles!

"Yo tengo más de 25 años aquí en la Argentina. Viví la Ley Videla, viví ese tiempo que nos paraban en cada esquina, viví que me digan ‘documento, tú no eres argentina’ porque aquí esos rasgos… en la Argentina no hay negros, en la Argentina no hay indios y en cada cuadra me pedían los documentos porque no podía ser argentina con estos rasgos”, recuerda Lourdes Rivadeneyra.

En la inauguración de la muestra también estuvo presente el Relator sobre los Derechos de los Migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Luis Ernesto Vargas Silva.

Esta gran luchadora social recordó las movilizaciones y el trabajo realizado para que en 2010 quedara reglamentada la Ley Nacional de Migraciones 25.871 que reemplazó a la anterior decretada por la última dictadura militar. Esta ley -hasta el decreto de Macri- era un ejemplo a nivel regional de política pública y derechos de las personas migrantes.

La vida cotidiana migrante empapela las paredes del Club Cultural Matienzo y su fuerza conmueve al Relator sobre los Derechos de los Migrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Luis Ernesto Vargas Silva, que asistió con un escrito de la CIDH pero que prefirió contar su situación personal de vivir en carne propia ser migrante. “Es muy grato ver la manera que nos estamos acercando a la sociedad y lo es a través del arte, algo que haga atractivo el tema que lamentablemente no tiene prensa, el tema de los derechos humanos. Cada vez nos azotan de una u otra manera para que vayamos perdiendo toda sensibilidad”.

Se recordó que este año se cumplen 40 años de aquella famosa visita de la CIDH en tiempos de dictadura militar, que permitió que se refuerce internacionalmente la idea de lo que estaba pasando en el país, si bien aún no tenía impacto público, se empezó a generar una presión internacional muy fuerte contra la dictadura.

“Yo soy hijo de migrantes. Mi padre y mi madre son campesinos iletrados, totalmente analfabetos que tuvieron que salir despavoridos por la violencia interna que en esa época se vivía en Colombia y tuvieron que perder lo poco que habían conquistado: su casa, su rancho, la tierrita que trabajaban y se fueron a un lugar absolutamente desconocido e inhóspito para ellos”, expresó el relator de la CIDH.

"El migrante es un sujeto de altísima vulnerabilidad que requiere también especial protección constitucional, legal, e interamericana de derechos".

"Consideramos que los sujetos más vulnerables que existen en una sociedad son los y las migrantes porque en todo el tránsito que hacen ellos desde el origen que tengan, sea una u otra la causalidad -esa múltiple causalidad que existe para el desplazamiento- sea cual fuere la forma que adquiera esta, en todo ese recorrido que hace el migrante desde cuando sale, por donde pasa, hasta donde llega, está siendo objeto de violación permanente de sus derechos humanos. Todos los derechos le son negados. Por esa circunstancia asumimos la idea de que el migrante es un sujeto de altísima vulnerabilidad que requiere también especial protección constitucional, legal, e interamericana de derechos".

El tercer premio fue para el Colectivo fotográfico Rueda con Las vanidosas del amor (Argentina). La descripción de la foto dice: “Javier, en la habitación de su casa, en Bernal, provincia de Buenos Aires. Llegó hace 7 años desde Sucre, Bolivia. En la Argentina conoció a Eduardo. Al poco tiempo formaron pareja y se fueron a vivir juntos. Los dos son parte de ‘las vanidosas del amor’ y bailan en cada celebración de la Virgen de Copacabana”. Una fotografía hermosa que funde los derechos migrantes con el derecho a la identidad y la disidencia sexual.

"Vamos a seguir discutiendo en todos los ámbitos el retroceso de la política argentina que está estigmatizando y señalando a los migrantes y le está violando sistemáticamente sus derechos”.

“Justamente se trató de mostrar en imágenes esta mirada más lateral, esta mirada periférica de lo que significa ejercer el derecho a migrar en sentimientos, en afectos, en amor, en celebridades, en el ejercicio de las religiones y sacarla de las imágenes que estigmatizan al migrante como amenaza. Son tiempos difíciles, lo estamos viendo desde hace mucho en las llamadas que recibimos de los aeropuertos, de migraciones, de las organizaciones, Argentina y su gobierno no es la excepción al uso del miedo y al uso de la xenofobia como un instrumento político. Lo está ejerciendo y lo ejerce violentamente decididamente", dijo Gastón Chillier, director ejecutivo del CELS. 

A su vez subrayó que "tenemos un capital importante y una valoración de lo que han aportado históricamente las comunidades migrantes. Así como articulamos arte y derechos humanos también tenemos un caso en la Corte que está discutiendo el decreto reglamentario, ilegal e ilegitimo de Mauricio Macri del año 2017 y vamos a tener una audiencia y lo vamos a trabajar junto a las organizaciones afuera de la Corte y adentro de la Corte. Vamos a seguir discutiendo en todos los ámbitos el retroceso de la política argentina que está estigmatizando y señalando a los migrantes y le está violando sistemáticamente sus derechos”.

La exposición quedó inaugurada y se puede visitar de martes a domingos de 20 a 24 en el Club Cultural Matienzo, Pringles 1249 de la Ciudad de Buenos Aires. Quien la visite podrá acceder también al fotolibro "Migrar es un derecho", editado por el CELS, que recupera la selección de imágenes realizada para el concurso.