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Censores y cineastas

por Revista Cítrica
Fotos: Rodrigo Ruiz
28 de agosto de 2024

El documentalista Ernesto Ardito compara al INCAA actual con un Instituto de la Propaganda y pide juntarse para enfrentar el ataque del Gobierno de Javier Milei: "Nos debemos como comunidad de cine romper con la tradición de estar atomizados y divididos en asociaciones o trincheras de estilos productivos, estéticos y temáticos".

Por Ernesto Ardito, guionista y director especializado en cine documental. Dirigió "Sexo y revolución" y junto con Virna Molina, entre otras, "La bruja de Hitler", "Sinfonía para Ana", "Raymundo".


En el cine argentino se está viviendo una situación inédita que nos remite a los periodos más oscuros de nuestra historia, donde la censura y las listas negras provocaron que muchos de nuestros principales artistas tuvieran que partir al exilio. En el último comunicado emitido por el INCAA, dice textualmente que “se eliminan los subsidios otorgados con motivos ideológicos”. Están diciendo que no se puede crear un film a partir de un conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época. Es decir, no podríamos hablar de nosotros mismos, ni de nuestro lugar, ni de quienes nos rodean. ¿De dónde saldrían las ideas entonces? ¿De Kamchatka? ¿De Marte?

No tiene sustento lo que se dice, por lo que se ahoga en su propia propaganda negacionista. Con la censura, se está fundando el Instituto de la Propaganda, no del cine. Y no se puede planificar irresponsablemente la producción cinematográfica de un país, que es respetado en todo el mundo por sus obras, desde ese infantilismo twittero. No se puede cortar con el trabajo de años que llevó a nuestro cine  a ser uno de los principales referentes, tanto desde sus propuestas más experimentales como industriales.

Colocándonos en su lógica, podemos pensar que como ideología se refiere a films sobre derechos humanos, LGTB, feministas, ecologistas, sociales, históricos o políticos. ¿Me pregunto si una comedia pasatista, no es subjetiva también y no tiene una ideología? Todo argumento tiene una postura filosófica frente a la vida que atraviesa los tópicos que quieren censurar. Lo personal es político, nos enseñó Carlos Jáuregui en los años 90.  Entonces ningún cine se podría hacer en Argentina. Me detengo en el mayor éxito comercial de la historia de Hollywood, que fue “Avatar”. Se trata de un film profundamente político en sus bases temáticas. 

Esto habla de una contradicción en la postura de la actual dirección del INCAA que desnuda su ignorancia y  su prejuicio destructivo. Por otro lado, juega con la angustia de los directores y productores, disfruta ese sufrimiento. La violencia psicológica de su comunicado da cuenta que desprecia el cine nacional y toda forma de arte. Busca inmovilizarnos desde el miedo. No podemos entrar en esa lógica, es necesario romper con el binarismo de víctima y victimario, para empoderarnos desde la transversalidad. Esto es actuando como nunca lo hicimos como comunidad cinematográfica, desde una legítima unión.

Hay un episodio de la Odisea en el que Ulises regresa a Ítaca exhausto, vencido y cubierto de andrajos y se acuerda de sus amigos muertos. Está a punto de rendirse, sin fuerzas. Ocurre en el canto XX. Entonces, en un impulso de amor propio, aprieta los dientes y se pone en pie. Las palabras que pronuncia son solo dos. Se las susurra al oído la diosa Atenea: “Aguanta, corazón”. Y esas dos palabras lo salvan.

Nuestro corazón no puede aguantar en soledad. La salida no se construye desde una única verdad, sino seriamos también propagandistas de la intolerancia. Nos debemos como comunidad de cine romper con la tradición de estar atomizados y divididos en asociaciones o trincheras de estilos productivos, estéticos y temáticos. Nadie se salva solo, porque somos un ecosistema horizontal. Conocernos y dialogar con personas que nunca lo hicimos, encontrar los puntos en común, romper con los prejuicios y tabúes, creando espacios formales o informales de encuentro. Repensarnos desde el amor, el respeto y la diversidad. Eso sí que es ideología. Ese sentirnos bien juntos, nos dará autonomía y fortaleza por sobre toda gestión que pase. Porque siempre quienes detentan un poder burocrático o violento, utilizan la intriga para dividir y dominar. Nuestro corazón  como el de Ulises debe aguantar, porque a los vaciadores nadie los recuerda y el cine queda. No podemos abandonarnos nosotros en el camino. No se lo merecen y tenemos mucho por filmar, crear y construir, creo que todavía falta lo mejor.