“Quieren destruir la educación pública”

por Revista Cítrica
23 de mayo de 2018

Docentes de todo el país marcharon hasta Plaza de Mayo. Miles de personas detrás del pedido de una paritaria nacional y de la Ley de Financiamiento Educativo. Denuncian que los salarios están congelados y que los gobiernos provinciales no escuchan las demandas.

“La derecha se expresa de distintas maneras. Están golpeando fuerte la educación pública. En Tierra del fuego y Santa Cruz aún no han podido iniciar un diálogo por paritarias. En Chubut ya van 63 días de acampe. En Río Negro exigen la paritaria nacional y en mi provincia, en Neuquén, intentan reemplazar a los maestros y maestras por tutores escolares, no hay tutor que valga en las escuelas. Somos protagonistas de un proceso de enseñanza y aprendizaje, no somos cuidadores de chicos”, dijo Marcelo Guagliardo, maestro de grado, secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén (ATEN) arriba de un escenario que por detrás tenía una plaza vacía, enrejada y con el acceso prohibido al pueblo, y por delante una marcha tan masiva que hubiera desbordado la plaza: la Marcha Federal Educativa.

La Plaza de Mayo está enrejada pero eso no detuvo el aluvión de docentes que llegó desde la Patagonia y de todo el país: la ausencia de paritaria nacional en vez de fragmentar la lucha -como era el objetivo inicial del Gobierno Nacional- la potenció y unificó. Y eso se palpó en las calles desbordadas, no sólo de docentes, también de trabajadores (por ejemplo de Metrovías y de Cresta Roja), jubiladas, referentes de Derechos Humanos y artistas como Peteco Carabajal. Personas que sufren el ajuste y la persecución. Y participan también de la lucha docente.

El viento patagónico es el que sopla más fuerte pero las provincias que ignoran o desprecian a nuestros maestros y maestras son unas cuantas. El principal responsable de la situación es el Gobierno Nacional porque, al no haber paritaria nacional, los sindicatos docentes han quedado atados a las negociaciones locales. Dependen de “la buena voluntad” de los gobiernos provinciales de turno a la hora de definir los salarios. El resultado: paritarias dispares e insuficientes, aumentos escalonados que son devorados por la inflación y malas condiciones laborales.

La provincia más crítica es Neuquén. No solo por la discusión paritaria, sino porque el gobierno provincial -con la complicidad de los medios de comunicación- ha demonizado a maestros y a maestras y ha determinado que no es necesario ser docente para enseñarles a alumnos y alumnas.

En Neuquén, el Gobierno dice que plata no hay pero ahora unos tutores  van a realizar nuestro trabajo.

En la tierra de Carlos Fuentealba, el gremio docente ya lleva 44 días de paro y el diálogo con el gobierno provincial no existe. El aumento salarial este año se resolvió por decreto y ahora no quieren reabrir las paritarias. Si adhieren al paro entran en las listas negras de directivos que pasan informes a sus superiores. “El Gobierno dice que plata no hay pero puso a unos tutores ahora, que son personas que van a realizar nuestro trabajo. Entonces yo digo que si el gobierno provincial tiene plata para pagarle a esos tutores, ¿por qué no arregla el conflicto docente? Este es un ataque directo a la docencia. Lo que quieren hacer es destruir la escuela pública”, denuncia la maestra Johana Martínez.

El gobierno de Chubut tampoco demuestra voluntad de diálogo: no convoca a paritarias y dictó la conciliación obligatoria. “Nuestra paritaria es de 0%. No existe ningún ofrecimiento por parte del gobierno. Tenemos congeladas las asignaciones familiares desde 2016. Hace un año que no recibimos ningún tipo de aumento salarial. En nuestra zona, los precios se sienten muchísimo más que en Buenos Aires”, asegura Paula Ulariaga, maestra de Rawson. “Encima -agrega- nos están pagando escalonadamente en tres fechas diferentes del mes, con lo cual, a fin de mes nos terminan comiendo un mes de sueldo. Nuestro bolsillo perdió más del 25% del poder de compra”.

"Pública, la educación que además de preparar para el futuro, lo transforma", tiene estampada la frase una bolsa rota que una docente lleva con orgullo y con la certeza de que su participación en la Marcha Federal Educativa además de cómo se la recuerde en el futuro, está desafiando también al presente. "Fuerza maestr@s. La lucha es justa. Jubilados junto a ustedes", dice el cartel que una jubilada escribió y llevó para la ocasión. Y lo pone en alto para que se vea y lo tomen las cámaras, mientras se suma al canto de "Patría sí, colonia no". Y allá, más atrás, se acerca a la Plaza, a esa Plaza a la que no se puede entrar, la columna de docentes jujeños con una bandera cuya consigna representa a la marcha y al clima de época: "Aquí no se rinde nadie".

En Jujuy el salario docente es uno de los más bajos del país. Los gremios rechazaron el aumento de 5 por ciento por insuficiente “ante la ola inflacionaria”. Desde hace más de dos años no se invierte en infraestructura en las escuelas y los proveedores ya empezaron a suspender la entrega de mercadería para los comedores escolares. “El gobierno provincial no paga”.

Nuestra paritaria es de 0%. No existe ningún ofrecimiento por parte del gobierno de Chubut.

La falta de paritaria nacional docente es lo que motivó a los gremios docentes de todo el país a realizar la Segunda Marcha Federal Educativa. “Sin paritaria nacional, provincias como Jujuy quedan en una pelea solitaria con gobiernos autoritarios como el de Gerardo Morales. Acá nos proponen una miseria. Y nos hacen todos los descuentos cuando faltamos por huelga y las familias lo sufren. Al tener un salario miserable el descuento de los días de paro golpean mucho”, asegura el secretario general de la Asociación de Educadores Provinciales (Adep) de Jujuy, Darío Abán.

Y allá en el Norte también se expresan en las calles: “Salimos de las aulas porque necesitamos un salario justo, real y digno, no solo para el sector docente: para toda la clase trabajadora de Jujuy. Somos víctimas de un atropello institucional porque la ministra de Educación nunca recibió al sindicato, lo que te habla de una soberbia pocas veces vista en nuestra provincia”.

En provincias como San Juan o La Pampa , los gobiernos achican la educación con el cierre de cursos y el amontonamiento de distintas escuelas en un mismo edificio: “Necesitamos saber cuánto el Gobierno Nacional va a aportar a la educación. Y no hablamos solo de salario; también de condiciones laborales y edilicias.  Acá no estamos solo por un reclamo mezquino de mejores salarios, estamos defendiendo la educación. Tenemos graves problemas porque en nuestra provincia en un mismo edificio funcionan 3 o 4 y hasta 5 establecimientos educativos distintos. Necesitamos que Nación envíe dinero para la construcción de nuevos edificios escolares, implementar la jornada completa y continuar con los programas socioeducativos”, exige Graciela López, secretaria general de la Unión Docentes Agremiados Provinciales (UDAP) de San Juan. En esa provincia las paritarias cerraron con un aumento del 17 por ciento; de todos modos el gobierno provincial pide ayuda a Nación para sostener las negociaciones paritarias a futuro. “Todos los docentes del país merecemos tener un buen salario”, dice Graciela.

Sin paritaria nacional, Jujuy queda en una pelea solitaria con un gobierno autoritario como el de Morales.

Por primera vez en La Pampa los centro de actividades infantiles, juveniles y  el plan de mejoras institucionales están desfinanciados y se cierran cursos. Las paritarias siempre tienen un techo del 15 por ciento y el presupuesto que gira Nación se redujo.

En Río Negro los gremios lograron un aumento de 18 puntos pero al ser escalonado también allí la inflación se llevó ese efímero triunfo. Y el gobierno provincial hace oídos sordos al reclamo de reapertura. “Si el gobierno sigue en esa tesitura de negar la inflación y no reabrir la paritaria, estamos ante un nuevo conflicto docente en Río Negro”, advierte Jorge Molina -de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera)-. Este maestro sureño celebra que la clase trabajadora, la comunidad educativa y gran parte de la sociedad apoye la lucha docente. “Me emociona y nos fortalece. La gente tomó conciencia de que el conflicto docente es responsabilidad de este Gobierno. Desde que Macri negó las paritarias nacionales hay conflictos porque perdimos nuestro derecho adquirido.  En las diferentes ciudades, nos abrazaban y nos daban fuerza. La sociedad sabe que si los docentes salimos a las calles es porque algo está pasando”. Aquí no se rinde nadie.

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