En medio de tanto discurso facho sobre la baja de la edad de punibilidad, fuimos a buscar una voz coherente que los medios hegemónicos prefieren omitir: Vanesa Orieta, la hermana de Luciano Arruga.
El debate sobre la baja en la edad de imputabilidad no me sorprende. No se da solamente en este contexto político, ya se dio en otros años y otras gestiones. Se ha utilizado para hacer campaña y convencer a ese sector de la sociedad que pide mano dura. El debate regresa cuando ocurre un hecho emblemático que los medios exaltan y que supuestamente sensibiliza a la sociedad. Pero no hay que dejar de dar la pelea, hay que actuar con rapidez, generar acciones y llevar las discusiones a otro lugar. Tenemos que hablar de que nuestros jóvenes están en peligro, de que sus derechos están vulnerados a diario y de que son rehenes de situaciones de inseguridad. Tenemos que hablar de que ellos, los jóvenes -y más los que viven en barrios humildes y opresivos- , son los que sufren la inseguridad.
Por otro lado hay que instalar fuertemente que la inseguridad y la violencia no son provocadas centralmente por jóvenes sino por las figuras de adultos vinculadas a instituciones mafiosas del poder y los grandes negociados. Son cuestiones mucho más complejas y tienen que ver con el negocio de la trata, la droga o la venta de armas. Hay que ponerse firme, informarse, problematizar y generar una agenda propia. Que la derecha no maneje nuestra agenda. No salgamos a apagar incendios; empecemos a tener un sentido en conjunto y objetivos en común.
El pueblo está adormecido. Tenemos que hablar de que nuestros jóvenes están en peligro, de que sus derechos están vulnerados y de que son rehenes de situaciones de inseguridad. Tenemos que hablar de que ellos son los que sufren la inseguridad. Que la derecha no maneje nuestra agenda
En este momento estamos armando una actividad por los ocho años de la muerte y desaparición de Luciano Arruga y el próximo 28 de enero nos va a encontrar en las calles de Lomas del Mirador, porque las luchas se tienen que dar en todos los lugares del país y no solo en la Ciudad de Buenos Aires. Vamos a estar en las calles de nuestro barrio. Esto no es violencia institucional sino represión estatal. Vamos a marchar por el no a la baja en la edad de imputabilidad.
Ante las acciones que surjan de la derecha y el arco político, las organizaciones sociales estaremos ahí para poner el cuerpo. Para defendernos de la información basura. Si la sociedad tuviera información sincera, objetiva, o hasta subjetiva pero no manipulada ni direccionada a un sólo lugar de poder, las personas tendrían la posibilidad de discernir y de analizar. No es lo mismo tener una sociedad pendiente de lo que dicen y deciden los grandes medios de comunicación con información basura chatarra, nociva, violenta, que una sociedad donde existan medios de comunicación diversos, en donde puedan las voces ser escuchadas y se pueda generar un análisis muchísimo más rico.
Quieren a estos comunicadores rubios de ojos celestes que hablan de todo pero no son especialistas. Y generan una mirada muy violenta y muy represiva hacia un sector de la sociedad al que no se le ve en los medios.
Lo que quiere este sistema capitalista son comunicadores rubios de ojos celestes que hablan de todo pero no son especialistas y generan a mi punto de ver una mirada muy violenta y muy represiva hacia un sector de la sociedad al que no se le ve en los medios. ¿Acaso vemos miembros de la comunidad mapuche, qom, de los barrios más humildes? ¿Vemos una relación pluricultural en los medios de comunicación? Yo creo que no. Entonces el discurso está muy centralizado, muy autoritario, muy sesgado y eso genera un gran daño. Porque lo que parte de esos medios es discriminador, criminalizante y nocivo. Y lamentablemente el pueblo está adormecido. Yo no voy a juzgar a quién consume esa información, creo que si le dan la posibilidad de tener la información, y desmenuzarla con herramientas que previamente haya conseguido durante el desarrollo de su vida, tendríamos una sociedad mucho más despierta. Y que comprendiera que el peligro no está en chicos de 14 años. Sino que hay personas muchísimo más poderosas que buscan generar que nuestros nenitos estén encerrados en penales.
No me llaman de los medios y no me van a llamar, no soy una voz que necesiten esos espacios, no quieren generar ese pensamiento que tiende a preguntarse mucho y cuestionar sobre todo los espacios de poder. Necesitan un Blumberg, necesitan una persona violenta y deshumanizada que mire al otro como un sujeto peligroso.
Los que sentimos y pensamos de otra forma tenemos que instalar nuestra agenda y apagar con el control remoto nuestros televisores que lo que largan es información basura. Debemos conectarnos con otro tipo de información que generan otros compañeros y otras compañeras desde otros lugares. Y en algún momento empezar a pensar poco a poco como acorralarlos. Ya sea a partir de escraches en las puertas de los canales o con manifestaciones pacíficas que obliguen a los comunicadores a entender que la comunicación es social y es un derecho que tenemos los ciudadanos. Y si no se cumple con nuestro derecho de comunicarnos como corresponde tenemos que dar la batalla para que de algún tipo de manera la baja en la edad de punibilidad no se lleve adelante y no tengamos un pueblo dormido.

¿En serio vamos a hacerlo?
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