No perder la mirada

por Gioia Claro y Esteban Santamaría
30 de abril de 2018

Nueve meses sin Santiago. En la Comarca Andina, sin embargo, su presencia es permanente. Plazas, paredes, pintadas y colectivos que recuerdan el camino que eligió El Brujo. Ese que, una y otra vez, pretenden borrar.

“Nuestra fuerza, si es que alguna tenemos, está en este reconocimiento: somos quienes somos, y hay otr@s que son quienes son, y hay otro para quien todavía no tenemos palabra para nombrarlo y, sin embargo, es quien es.  Cuando decimos “nosotros” no estamos absorbiendo, y así subordinando, identidades, sino resaltando los puentes que hay entre los diferentes dolores y las distintas rebeldías.  Somos iguales porque somos diferentes.”                SupMarcos, febrero 2013

 

Un nuevo primero de mes. Nueve meses atrás, Santiago Maldonado fue visto por última vez, tratando de cruzar el rio Chubut, mientras era perseguido violentamente por las fuerzas de Gendarmería Nacional.
Desde entonces, sus ojos se multiplicaron, se transformaron en bandera. Sus ojos, despertaron otros ojos. Su mirada, compartida por otros y otras, incomoda a los cómplices y responsables, a los saqueadores del territorio que aun asi, descansan en el silencio de la impunidad. 

¿Cuántas miradas como las de Santiago hay? ¿Cuántos son los Santiagos y las Santiagas? Sus ojos, se retratan a lo largo del país, y en particular, en la Comarca Andina de El Bolsón, donde está ausente su cuerpo, pero no su sentir. Donde su ausencia hoy, es una forma de estar presente, que transciende su individualidad, y nos atraviesa.

Tacharon sus ojos. Los ojos de Santiago que interpelan en lo profundo y nos dicen, en silencio, que la defensa del territorio nos puede costar la vida.

Los ojos de Santiago atraviesan nuestros cuerpos, nuestras cuerpas. Su mirada, sabe ser fraterna, hermanada, que no observa desde arriba -con desprecio, con soberbia, con lástima-. sino que son los ojos de quien siente, quien comparte el sufrir, de quien esta dispuesto a poner el cuerpo hasta el final. Una mirada consciente, que trasgrede la norma, que se revela ante los reiterados intentos de imponer la unanimidad de la mirada de arriba. Los ojos de Santiago, también, fueron testigos (in)voluntarios de la masacre hacia los pueblos originarios. Vieron la furia, el odio, el momento en que se despliega la razzia de Gendarmería sobre sus cumpas, sobre sus ideas, sobre sí, sobre la Ñuque mapu.

Es el primer otoño en la Comarca después de Santiago. Nueve meses sin el artesano nómade, el hermano menor, el luchador anarquista, el tatuador de sueños, el rapero antisistema, el compañero de pocas palabras, el weñuy (amigo). A nueves meses de su desaparición forzada, todavía no tenemos una respuesta sincera ante la pregunta “Chew Muley Santiago?”

 

“SOMOS IGUALES PORQUE SOMOS DIFERENTES”

Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, ambos, fueron asesinados por la acción de fuerzas de seguridad del Estado. Hoy, las paredes de la Comarca Andina están cubiertas de mensajes, de imágenes y de consignas: recordando el Genocidio del Desierto, reivindicando la identidad del mapuche, de las mujeres y las diversidades, retratando las diferentes formas de lucha en defensa del agua y la tierra. Consignas que gritan y piden libertad al lonko Facundo Jones Huala, justicia por Santi y el Rafa, por Coco Garrido (que fue encontrado “ahorcado” en la Comisaria Nº12 de El Bolsón) , por Otoño (secuestrada y asesinada por las redes de trata en complicidad la mafia policial rionegrina), por Cristian y Genaro Calfullanca (peones mapuche desaparecidos sin ser buscados), y por tantos otras víctimas de la violencia estatal.

El Concejo Deliberante rechazó el pedido de declaración de interés del mural, avalando a quienes lo profanaron. Van 8 o 9 veces que el mural es vuelto a pintar.

En las calles, en postes de luz, en paredes: “A Santiago lo mato Gendarmería”, “Villanueva cómplice y asesino”, “Chew Muley Santi?”. Consignas que se disputan un lugar en la memoria colectiva contra el olvido, el silencio, contra el saqueo y la falta de justicia.

En una parada de colectivo, con aerosol negro, alguien escribió una pregunta: “¿Dónde está Santiago?”, y con aerosol azul, alguien repite un veredicto mediático: “Ahogado”.

En Lago Puelo, unas de las localidades que integran la Comarca, el Colectivo x Santiago Maldonado colocó un mural de sus ojos en la plaza central. Fue rayado (con un clavo, o una piedra). Lo rayaron con furia, rayando encima de sus ojos una y otra vez . En otra oportunidad, apareció tachado con aerosol y con la frase “Bien Muerto”

“El mural por Santiago en la plaza de Lago Puelo surgió al poco tiempo de la desaparición con la necesidad urgente de su aparición con vida. Un grito público que sacudiera aunque sea un poco el paisaje de 'normalidad' en el pueblo. A los pocos días sufrió el primer atentado. Tacharon sus ojos. Los ojos de Santiago que interpelan en lo profundo y nos dicen, en silencio, que la defensa del territorio nos puede costar la vida”, relata Valeria Beloserkovsky, integrante del colectivo de vecinos y vecinas autoconvocados, quienes también son testigos del saqueo en la región y se organizan: recolectan información, difunden, asamblean, marchan. 

A este grupo lo parió Santiago con su muerte. Las causas que él eligió son nuestras también. El acercamiento a los saberes del pueblo mapuche, la lucha por la tierra, la defensa contra la megaminería...


“El Concejo Deliberante rechazó el pedido de declaración de interés del mural, y de esa manera avalaron a quienes lo profanaron. Van 8 o 9 veces que el mural es vuelto a pintar en abrazo colectivo, plaza ocupada, pasos en las calles. Una y otra vez. El mural vuelve a decir: 'Soy testimonio de la lucha, no nos olvidamos de Santiago, ni de Rafa, no queremos sangre ni veneno en el territorio, ni presos políticos'. Y una y otra vez, alguien o algunos, lo tachan violentamente”.

“¿Qué es lo que incomoda tanto de esa mirada?”

“Hacemos el mural, por lo que representan estos pibes”, comenta Silvia López, integrante e impulsora del colectivo Mosaico Urgente. “No es solo a Santiago, es a su espíritu transformador, a sus búsquedas, a su solidaridad, a su enfrentamiento a los monopolios.  No es a Rafael solamente, es a la recuperación de su ser Mapuche, a su camino hacia el campo y las raíces, a sus proyectos truncos. Digo porque hay quienes lo toman con un mural para mártires y es un mural para los que se siguen atreviendo a luchar contra este sistema aunque te pueda esperar la muerte en esa lucha”.

Moisaco Urgente es un colectivo autogestionado de artistas de todo el país. El mural de Santi y Rafa, instalado en El Bolsón, ensambla módulos que fueron hechos en Tierra del Fuego, Córdoba, San Luis, San Juan, y Buenos Aires. Esos módulos, cuentan la lucha de Santiago y de Rafa.

Son hermosos artísticamente, y el reclamo es justo, pero no queda estéticamente adecuado...

“De alguna manera, a este grupo lo parió Santiago con su muerte. Las causas que él eligió como causas propias, son causas nuestras también. El acercamiento para querer conocer los sentires, los saberes del pueblo mapuche, la lucha por la tierra, la defensa de la mapu contra la megaminería, contra los agrotóxicos, contra la concentración de la tierra, son luchas que sentimos como propias. Su desaparición ha servido para visibilizar de alguna manera la situación de las comunidades mapuche. Cómo han sido castigadas por el Estado en todas sus formas desde los comienzos de la historia del Estado argentino, cómo han sido arrinconados en lugares no productivos. Cómo los han matado, les han negado su propia identidad, avergonzados inclusive de su condición de mapuche, sin derecho a su propia habla, teniendo que negarse a sí mismos, y en este momento cuando tantos jóvenes descendientes empiezan a buscar un camino común y empiezan a reencontrarse con sus orígenes, ¡paf! Ahí le pegan un tiro por la espalda a Rafa. No sé cómo haces para quedarte callado y seguir con tu vida después de que pasa algo así.”


A pocos metros de este mosaico, en la plaza principal de El Bolsón, donde habita la Feria Regional, hay un espacio popular destinado a la Memoria. Allí se realizan radios abiertas, actividades, encuentros, asambleas, debates. Es el punto de encuentro para cada marcha: los murales de Coco y Otoño y, desde el 1 de diciembre, también de Santiago y Mujeres en Libertad.

Si le caemos mal a los cómplices y a los que forman parte de este sistema, realmente es un honor. 

“Los grupos tienen derecho a expresarse, y el resto de los vecinos también tienen derecho de expresarse por lo que no les gusta”, expresó una concejala de El Bolsón. La instalación por iniciativa popular de estos últimos murales, generó fuertes declaraciones de funcionarios del gobierno municipal, aliados estratégicos en el saqueo de los territorios. Expresaron ante los medios locales: “Son hermosos artísticamente, y el reclamo es justo, pero no queda estéticamente adecuado que nosotros nutramos a la plaza Pagano de una serie de carteles que imposibilitan la visión, que pueden ser un peligro por cómo están puestos, y sobre todo pensar de que yo no soy dueña de espacio público”. Las y los concejales de El Bolsón votaron, por mayoría simple, que se proceda al “retiro de cartelería no autorizada”. ¿Será que la Memoria no cuadra con la millonaria “puesta en valor” de la plaza que lleva adelante el gobierno municipal?

A cuatro meses de dicha ordenanza, aún no ha sido ejecutada.

A diferencia del gobierno de El Bolsón, una cooperativa de servicios local, confió en Mosaico Urgente para la realización de un mural de Santiago y Rafael. Como era de esperarse, generó muchas reacciones en contra.

“Hacemos lo posible para rescatar la esencia del encuentro, de la visibilización, de la memoria”, afirma Silvia. “Desde un programa de radio, desde una revista, desde el pincel, desde la poesía, desde una biblioteca. Necesitamos reproducir, necesitamos ser activos en eso que nos une y que aunque uno a veces no crea, ayuda a la conciencia y a visibilizar todo lo que pasa. Y para contrarrestar de alguna manera la fortaleza que tiene este sistema, lo aceitado que está para generar un pensamiento único en favor de la posverdad y de la construcción de las mentiras que les sirven para seguir sosteniendo esta forma de represión. Desde todos lados. Desde lo económico, lo social, lo político.  Esto es un pequeño grano de arena para el encuentro y para el arte como herramienta”.

Luego de varias jornadas de intenso trabajo, el día de la inauguración amaneció con  la cara de Rafa y varios módulos, manchados con aerosol: “Si quieren seguir pintándolo, lo limpiaremos, no hay ningún problema. Si molestamos al enemigo, no pasa nada. Condenamos absolutamente el vandalismo pero no solamente de alguien que viene con un aerosol y grafittea, sino el vandalismo de dibujar una esvástica. Ahí ya pasamos a otro terreno”, dice Silvia. “Uno no quiere tener amigos porque sí. Ni caerle bien a todo el mundo. Si le caemos mal a los cómplices y a los que forman parte de este sistema, realmente es un honor.”

Para el Colectivo por Santiago Maldonado- Lago Puelo, es muy claro lo que sucede: “Es lo que pasa hoy en la sociedad, expresado en ese pequeño espacio público. Se pretende tapar, ocultar, pero inevitablemente sigue gritando. Porque son nuestras gargantas, con dolor y rabia, juntas, nos volvemos a encontrar en la plaza alrededor del mural. Y que los ojos de Santiago, esa mirada, nos siga diciendo".

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