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Chubut, entre las mentiras y el fuego

por Soraya Maicoño & Gioia Claro
19 de febrero de 2025

El gobernador Ignacio Torres encabeza una maniobra para, en medio de los incendios que no frenan, construir al Pueblo Mapuche como enemigo responsable. Pruebas flojas, estigmatización y un Poder Judicial afín a los intereses económicos.

Hace unos días se llevaron adelante once interminables allanamientos en Chubut, en diferentes lof (comunidades) y ruka (casas) mapuche ubicadas en Buenos Aires Chico, Maitén, Esquel y Corcovado. Centenares de efectivos, helicópteros, móviles, perros, drones, camionetas, bomberos. Policías y comandos especiales fuertemente armados, como para una guerra, entraron a las casas, golpeando a la gente que allí se encontraba, entre ella abuelos y abuelas, tirándolos al suelo y precintando sus manos.

Mientras esto ocurría, el Gobierno nacional y el provincial lo anunciaban por las redes y medios afines como un trabajo de investigación que les llevó tres meses previos. Dicho por Ignacio Torres, el gobernador de Chubut, en su conferencia de prensa: “una política de ir a fondo contra los responsables”, “una investigación seria, responsable, que en tres meses la Justicia provincial, nuestros fiscales, hicieron más que la Justicia federal en los últimos diez años”.

¿Cómo pueden investigar desde hace tres meses hechos que sucedieron semanas atrás? ¿Desde hace tres meses el Gobierno sabía que iban a suceder estos incendios y por eso ya los investigaban? El ministro de Seguridad de Chubut, Héctor Iturrioz, en la misma conferencia de prensa lo explicita: “Teníamos mucha información pero no habíamos sabido organizarla”.

 

Cronología de la persecución
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A continuación, ofrecemos la cronología de los hechos que anuncia el gobernador, vinculándolos unos con otros sin evidencia alguna. En su recuento de los días va describiendo, sin pruebas, situaciones que en todos los casos apuntan al pueblo mapuche como causante de absolutamente todos los incendios ocurridos en la zona. También agregamos algunos acontecimientos que el gobernador omite pero consideramos valiosos para clarificar la situación que se está buscando oscurecer.

2 de enero 

El gobernador chubutense Ignacio Torres anuncia oficialmente que desalojaron la Lof Pailako del Parque Nacional Los Alerces. Algo que ya venía siendo anunciado por el propio presidente de la Administración de Parques Nacionales, Cristian Larsen, fanáticamente en sus redes sociales personales y también en la cuenta institucional de Parques. 

8 de enero

Le adjudican a una lamuen zomo (mujer mapuche) haber realizado amenazas públicas y ser líder de una organización “terrorista”, sin ninguna prueba concreta. Lo que hacía la lamuen, en verdad, era advertir a su pueblo que corrían en riesgo las vidas de las familias mapuche desalojadas, dada la violencia ejercida y celebrada anteriormente en estos operativos por el mismo Estado.

9 de enero

Efectivamente, con decenas de móviles policiales, colectivo, camionetas y hasta una tanqueta militar, efectivos del Ministerio de Seguridad, con fuerzas federales, policías provinciales y personal de Parques, recrean un desalojo fallido en Lof Pailako. Miembros de la comunidad deciden retirarse antes del territorio, no porque no sea Territorio Mapuche, sino porque se sabe de la brutalidad con la que se manejan en estos casos y de ninguna manera se iba a poner en riesgo ninguna vida. 

El mismo día hay una manifestación en una de las estaciones de la Trochita, en repudio al desalojo (no una toma del tren, como lo presentan). Todo es una puesta en escena. El Gobierno arma el guión en el que el enemigo es mapuche.

15 de enero

Comienza el incendio de interfase en la localidad de Epuyén: “intencional”, dice el gobernador; “un accidente”, dijeron muchos vecinos. Hasta ahora, la única pericia con resultado fue un análisis de la tierra que se encontraba en la zona donde se inició el foco, que dio como resultado “positivo” la presencia de “material acelerante”. Ninguna otra pericia o informe oficial por el momento. La fiscalía contesta que aún “están investigando” pero, ante la duda, se lo adjudican al Pueblo Mapuche. En la localidad de Epuyén, esta versión no tuvo quien la sostuviera. 

Actualmente, las familias que perdieron todo siguen esperando el voucher para la compra de materiales de construcción que les prometió el gobernador. Todo lo que se ha avanzado en la reconstrucción es gracias a la organización solidaria de los vecinos y vecinas, y de mucha ayuda recibida desde diferentes puntos de la provincia y del país.

18 de enero

Incendio en la estancia “Amancay” de Trevelin. En este hecho ligan, sin ninguna duda según el gobernador, la vinculación con todos los incendios en la zona. Además, convierten los vínculos familiares, culturales y territoriales propios del Pueblo Mapuche en “pruebas contundentes” sobre una supuesta organización terrorista, delictiva, creada con el fin de atemorizar a la sociedad e incendiar el propio territorio del que estas familias y comunidades son parte. 

28 de enero

En Lof Nahuelpan, cerca de la ciudad de Esquel y debido a un accidente, se descontrola un fuego. El lamuen que tuvo ese infortunio sufrió graves quemaduras intentando aplacarlo y aún hoy está hospitalizado. Pero también este hecho es incluido como un atentado más y ese lamuen es señalado como parte de esta ficticia organización terrorista.

Nahuelpan tiene la capacidad de reunir a más de 500 personas mapuche en un camaruco, la práctica espiritual que se sostiene desde hace más de 100 años. Sin embargo, existe un ensañamiento por parte de los medios y del Gobierno de negar la historia, denostar y subestimar la responsabilidad y compromiso de este lof con la tierra. 

Allí, además, instalaron el basurero municipal contaminando la tierra y el agua. Los ecocidas ahora son los mapuche de Nahuelpan, de lof Catriman Colihueque, de Pillan Mawiza, el abuelo y la abuela de lof Cañio o los de Petü Mogeleiñ, la radio comunitaria mapuche del pueblito más pequeño de la Comarca Andina. 

También mencionan y adjudican como responsable al Pueblo Mapuche de los incendios de Río Pico. Se olvidan de mencionar Aldea Las Pampas o a Atilio Viglione. ¿Será que aquí ya hay pericias? 

30 de enero

Se inicia el incendio en el paraje de Mallín Ahogado, El Bolsón, Río Negro. Los focos se registran en el Mirador Loma de los Piches, en la zona de ANPRALE (Área Natural Protegida Río Azul-Lago Escondido). Allí, luego de muchos reclamos de vecinas y vecinos del paraje por el descontrol en la afluencia de turistas que se contaban por miles diarios, subiendo y bajando por un área supuestamente protegida, el Gobierno municipal había prometido que se limitaría el acceso y se registraría a cada persona que entrara a la zona de los refugios, con su DNI y datos personales.

Esto finalmente no sucedió y la Municipalidad anunció a principios de la temporada que la atención en el registro del acceso a los refugios se vería reducida por falta de personal. Este mismo incendio se cobra la vida de Don Ángel Reyes, un poblador local.

5 de febrero

Detienen a 3 personas que se encontraban trabajando como voluntarios en el área del incendio en Mallín Ahogado. El juez libera a dos de ellos con residencia en la Comarca, sin embargo deja con  prisión preventiva, en Bariloche, a un trabajador de Neuquén, Nicolás Heredia, que se encontraba de vacaciones en El Bolsón y estaba ayudando a combatir el fuego codo a codo con los brigadistas.

Ese dia, en la comisaría 12 de El bolsón, familiares, miembros de Apdh y vecinos y amigos de las personas detenidas, se acercaron para pedir su libertad, y se encontraron acorralados por gente de a caballo que con rebenques y palos, los amenazaban, acusándolos de “querer dejar libres a los que prenden fuego”. autoridades municipales ausentes y policía que presenciaba lo que sucedía sin mayor intervención. 

6 de febrero

Detienen a otras 6 personas (5 mujeres y un hombre) en la localidad de El Hoyo, también acusadas de ser iniciadoras de focos de incendio en Mallín Ahogado. El juez Ricardo Calcagno las libera al día siguiente porque reconoce que no hay ninguna prueba fehaciente para dejarlas detenidas por el incendio, que se desparramó a lo largo y a lo ancho de Mallín, y critica a la fiscalía por no haber investigado lo suficiente como para formular algún cargo.

11 de febrero

En Chubut, realizan más de 11 allanamientos en las comunidades y espacios mapuche, golpean, rompen, secuestran, infunden miedo, maltratan infancias y ancianos. Se llevan detenida a Victoria Núñez Fernández, integrante de lof Pillan Mawiza. 

Ese día por la tarde, el gobernador Ignacio Torres anunció en conferencia de prensa que en esa lof se secuestró una camioneta Kangoo blanca, identificada como la camioneta que fue vista en cercanías de la estancia Amancay el mismo día del incendio (18 de enero) de las maquinarias del lugar.

Victoria es la titular de la camioneta que, supuestamente, se vio merodeando en la estancia. De ahí se desprende “la historia sin fin” que armaron en una pizarra, donde todo tendría que ver con Victoria y la camioneta. Como resultado, a Victoria le dictaron 60 días de prisión preventiva.

En los allanamientos, dice el gobernador, además se encontró material acelerante, combustible. En la mayoría de las casas de la cordillera es muy posible que se encuentre combustible, para motosierra, motoguadaña o generadores.

Hubieron más focos, en El Hoyo, en Cholila, donde los y las brigadistas vecinales no daban abasto. El tema del abandono y mal estado del tendido eléctrico en la Comarca, del lado de Chubut, nunca se menciona. Sin embargo, basta recorrer los portales de noticias comarcales para encontrarse con dos o tres focos diarios provocados por el chispeo de cables o la saturación de los transformadores en los días más calurosos de diciembre y enero. 

Incluso la propia Dirección General de Servicios Públicos decidió cortar la luz por más de 24 horas en algunas zonas por el riesgo de incendio que provocan sus propias instalaciones. Todas medidas paliativas, nada que vaya a resolver o mejorar la situación.

Quienes perdieron todo y se quedaron con lo puesto, lo único que recibieron como respuesta fue mano dura a los supuestos responsables, señalando así al Pueblo Mapuche. No llegaron materiales para la construcción, ni módulos para levantar espacios precarios de vivienda. Desde el Estado solo llegan promesas y militarización de la zona.

14 de febrero

La defensa de Victoria presentó nuevos argumentos basados en evidencias técnicas que geolocalizan al vehículo de la imputada muy lejos del sitio donde un utilitario de similares características fue visto instantes previos al incendio en la estancia “Amancay”. El juez le otorga la prisión domiciliaria, pero no la deja en libertad.

La única prueba que el gobernador utilizaba como vinculante de toda la responsabilidad de los incendios para el Pueblo Mapuche, se cae. ¿Y ahora veremos al gobernador anunciando en una conferencia de prensa, apoyado en la total confianza que tiene en la Justicia provincial, que la supuesta prueba de sus argumentos quedó desestimada? ¿Qué tienen para decir el ministro de Justicia y los intendentes de Esquel, Cholila o Tecka, que muy cómodos aseguraban y sostenían las palabras del gobernador?

 

Puntos en común pero distinta mirada
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A pesar de todo lo expuesto, existen algunos puntos de coincidencia con el gobernador Ignacio Torres:

*También todxs felicitamos a lxs brigadistas, bomberos, gente del Plan de Manejo del Fuego y también a las brigadas vecinales y a los centros comunitarios que se organizaron como centro de acopio de agua, ropa, comida, calzado, etc.

*También coincidimos en que varios de los fuegos fueron intencionales, pero ¿por qué esa obsesión de adjudicar estos hechos al Pueblo Mapuche?

*También creemos que estamos ante un Estado que relativiza la violencia y que ya supera todos los límites con la violencia racista que emana a través de los discursos de odio que sostienen y replican.

No es a través del racismo, la mentira, como ayudan al pueblo que les votó. Hay, a partir de los incendios, mucha necesidad, más de 300 familias empobrecidas. Acusando injustamente al Pueblo Mapuche no se limpian los escombros ni se levantan nuevas viviendas. Aquí, en un mes y medio comienza el frío. Es urgente que pongan sus esfuerzos en resolver el problema habitacional a las familias damnificadas.

 

¿Quién es el winka?
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Esta pregunta es clave: ¿quién es el winka? No es el vecino o la vecina de origen argentino o de cualquier descendencia con la que aquí convivimos: el obrero, la trabajadora, el ama de casa. No. El winka es gente como Lewis, que tiene miles de hectáreas; Benetton, con casi un millón de hectáreas; jeques árabes, cataríes, israelíes. 

Esas banderas son las que hoy flamean en la Patagonia, esos son los winkas, millonarios, empresarios que a precio vil se van quedando con la “tierra fiscal” que el mismo Gobierno les da por unas migajas. La gente común, laburante, el pueblo de a pie está cada vez más lejos de poder acceder a un pedacito de tierra donde construir su hogar.

Si hay algo que está enseñando el fuego es que somos muchos más quienes respetamos la tierra, la vida, la diversidad, más allá de la identidad. Que podemos trabajar en conjunto, que se despierta la solidaridad sin líderes. Que entendemos la necesidad de ser delicadxs con quienes hoy están en estado de shock, que lo único que guardan son recuerdos, la necesidad del abrazo y la escucha.

Ya no nos ponemos en un bando o el otro. Somos vecinos y vecinas arrasados por el fuego quienes convivimos cotidianamente, nos conocemos, hacemos huerta, nos cruzamos en las escuelas, los cerros, el colectivo o la plaza. Todxs tenemos conciencia de cómo cuidar la tierra que nos recibe, donde parimos a nuestrxs hijxs. 

¿Por qué habilitan patotas que violentan a la gente en la cara de los policías afuera de la comisaría de El Bolsón? ¿Por qué suman más angustia a este momento tan difícil que la Comarca está atravesando?

Somos más quienes ya no sostenemos la mentira. Que desde la empatía podemos crear un mundo diferente. Es la verdad que aparece. El ritmo de la tierra. Y por más poder represivo, mediático, político que tengan los funcionarios públicos, nada puede basarse en la mentira, ni en el miedo.