"Los policías asesinos trabajan para Urtubey"
por Revista CítricaFotos: Javier Corbalan
17 de septiembre de 2019
En Salta la policía no solo asesina a los pibes a sangre fría, sino que además les arma causas para ocultar su accionar violento con la complicidad de jueces y fiscales. Las versiones policiales hablan de robos y consumos de drogas, pero no hay pruebas que evidencien esas hipótesis, mientras tanto los asesinos continúan en sus cargos.
Imagínate que estás en la vereda de la casa de un amigo, cae un patrullero, te sube a una camioneta y empieza a golpearte, sin motivos. Imagínate que te roban en la calle y la policía, en lugar de salir a buscar a los delincuentes, te golpea a vos y te lleva detenido. Eso fue lo que le sucedió a Jorge David “Guri” Farfán y a Cristian Ezequiel Gallardo. La policía de Salta los mató a golpes. El primer asesinato ocurrió el el 8 de febrero de en Santa Ana y el segundo el 26 de agosto en el barrio Finca Independencia. Los asesinos continúan en sus cargos, las versiones policiales hablan de robos y consumos de drogas, pero no hay ni sola prueba que evidencie esas hipótesis.
Mayra, prima de Cristian cuenta: “Mi primo estaba en la vereda de la casa de un amigo en el barrio Finca Independencia. Llegó la policía, los chicos salieron corriendo, todos lograron escapar menos Cristian que se metió adentro de la casa. Los policías patearon la puerta sin ningún motivo y lo agarraron, le pegaron, lo sacaron de la casa a golpes, lo subieron a una camioneta y siguieron golpeándolo hasta que quedó inconsciente. Una vecina grabó desde la ventana de su casa un video donde se escuchan los golpes y los gritos de mi primo. La policía dice que robó, pero la declaración del testigo es contradictoria, no hay pruebas, nos dicen que los policías que lo mataron están presos, pero no nos dicen dónde. Y si fuera como dicen ellos que robó, y ya lo tenían en la camioneta detenido por qué lo golpearon hasta matarlo, qué necesidad tenían de matarlo. No hay ninguna ley que diga que estos verdugos policiales tengan que quitarle la vida. Ellos ejercen la pena de muerte total después se lavan las manos porque se prenden los médicos, los forenses. La fiscal nos da vueltas, no nos quiere atender".
"La policía en los barrios ejerce la pena de muerte"
"Nosotros queremos justicia, que los policías cumplan con su condena como cualquier persona porque si hubiese sido al revés, el ya estaría condenado. Mi primo no merecía morir así, sus dos hijitos de seis y dos años se quedaron sin papá, el más grande ya entiende, está consciente de lo que pasó y es muy duro para él. Ni siquiera nos avisaron que Cristian estaba muerto, tuvimos que salir nosotros a buscarlo. La policía dijo que se ahogó porque tuvo un ataque de epilepsia y que llamaron al SAME, pero nosotros averiguamos y no hay ningún registro de llamada pidiendo una ambulancia, ni tampoco figuraba que había sido ingresado a la comisaria. Lo mataron y lo dejaron tirado. Tenía 23 años y toda una vida por delante”, agrega Mayra.
Jorge David Farfán, el padre de “Gurí” todavía no puede creer lo que hicieron con su hijo: “Guri fue asesinado por Fadel, Morales, Guitian y Gómez, policías de la comisaría N°12. Desde un primer momento quisieron encubrir el asesinato de mi hijo diciendo que era un delincuente o que venía consumiendo drogas y que su muerte fue por consumo, pero él no tenía ningún consumo en sangre, entonces es imposible que haya muerto por sobredosis. Tengo una autopsia firmada que dice que mi hijo murió por traumatismo de abdomen y tórax. Nosotros denunciamos al fiscal Pablo Paz porque dijo que no tenía golpes, es increíble la impunidad con la actúa la policía asesina y la Justicia no hace nada.
Mi hijo salió de su casa alrededor de las siete de la tarde, a las ocho de la noche fue ver a un primo, donde supuestamente se quedó hasta las 12 de la noche. En ese lugar Guri fue asaltado. Los vecinos llamaron a la policía porque a mi hijo lo estaban linchando. Después se lo llevaron a los golpes. Hay testigos que dijeron que a mi hijo lo torturaron. El irrespetuoso del jefe de la policía dice que Guri era un delincuente, pero hasta el día de hoy no se comprobó ningún robo. No hay ningún policía detenido y estos asesinos siguen trabajando para Urtubey. La causa está caratulada como homicidio, pero yo no confío en este sistema corrupto, los policías son el último eslabón, ellos asesinan y el sistema los encubre. Acá en Salta nos conocemos todos, queremos la renuncia del ministro de seguridad. Queremos que la policía deje de asesinar a los jóvenes, no hay derecho”.
David Alfonso Neri murió después de una discusión, seguida de forcejeo y ahorcamiento con efectivos de la policía, por defender a una señora -con cinco hijos- de un violento desalojo en Villa Floresta Norte, un barrio muy humilde ubicado en la periferia de la Ciudad de Salta. “Vinieron a desalojar la casa de forma prepotente y sin una orden judicial. David cruzó la calle y les dijo: ‘No tenés que irte de acá, es un terreno fiscal, y ellos no tienen orden de desalojo’, contó a Cítrica Vilma, pareja de David el mes pasado.
Los policías implicados son Ángel Alfredo Peralta; Emmanuel Alejandro Liendro y Maximiliano Nicolás Mansilla. Facundo, el hijo menor de David vio morir a su padre, y filmó el momento con su celular. A pedido de la fiscal María Luján Sodero, horas después de la muerte de David, a los tres efectivos se los imputó por el delito de “homicidio culposo”, y se pidió que sigan presos hasta que el episodio quede totalmente esclarecido. Sin embargo, “por falta de pruebas” fueron liberados dos semanas después. La familia exige justicia, pero tienen mucho miedo porque saben que la policía en Salta es capaz de cualquier cosa.
Con la misma violencia e impunidad con la que asesinaron a David, Gury y Cristian, el 3 de enero de 2018 en la esquina de Fortín Las Juntas y Martín Fierro en el barrio Solidaridad, el cabo Juan Carlos Cardozo disparó con un arma 9 mm directo a la cara de Nahuel “Alexis” Salvatierra, un joven de 17 años que se encontraba en ese lugar junto a un grupo de amigos. Lxs vecinxs cuentan que la policía constantemente hostiga y amedrenta a lxs pibes.
Ese día Cardozo circulaba por el barrio en una moto junto a otro sargento, Gastón Aguilera, no estaban en servicio, pero portaban sus uniformes de la Policía de Salta. “Cuando estábamos en la esquina vinieron esos dos canas en la moto, se estaban yendo (…) no sé por qué se dieron la vuelta y yo estaba sentado en la esquina y los dos canas se pararon frente a nosotros, nos dijeron que nos tomemos el palo si no nos iban a cagar a tiros” relató en sus redes un amigo del joven asesinado. Cuando los jóvenes comenzaron a alejarse de la esquina Cardozo disparó a la cara de Alexis.
"Nos dijeron que nos tomemos el palo si no nos iban a cagar a tiros"
Ambos policías intentaron instalar la idea de que se trató de una pelea entre dos bandas del barrio frente a la que tuvieron que intervenir, versión que fue desmentida por todxs lxs jóvenes de Solidaridad que se movilizaron y realizaron varias marchas donde exigieron justicia. Luego de una larga batalla que dio la familia de Alexis junto a organismos de Derechos Humanos de Salta, la justicia condenó al ex cabo a perpetua mientras que Aguilera recibió dos años y cinco meses de prisión e inhabilitación por cuatro años y 10 meses por considerarlo autor penalmente responsable de los delitos de “incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento”.
La semana pasada organismos de derechos humanos de Salta emitieron un comunicado donde denuncian el recrudecimiento de la violencia policial que se perpetúa en los barrios con la complicidad de jueces y políticos y se preguntan: “¿Cuál es la “seguridad” de quienes viven en los asentamientos de Salta en viviendas inadecuadas, sin acceso a los servicios básicos, en condiciones infrahumanas, en lugares que no reúnen las mínimas condiciones de habitabilidad? ¿Cuál es la “seguridad” de la población de los barrios pobres que sufre la amenaza diaria de la represión, que es víctima de hostigamiento e intimidación, de vejaciones en cárceles y comisarías y es asesinada a sangre fría por las llamadas “fuerzas de seguridad”?.”
“Para las mamás del gatillo fácil la Justicia no existe”
Comenzó el juicio contra el prefecto Juan José Silva, quien hace seis años asesinó por la espalda a Marcos Acuña de 22 años. Su mamá Inés Alderete habla sobre la impunidad de la policía y la lucha que lleva adelante para lograr que Silva nunca más vuelva a matar.
“La policía no nos cuida de nada”
En el año de la pandemia represiva, las fuerzas de seguridad nos enseñaron que están muy lejos de cumplir con el "rol de cuidado" de lxs ciudadanxs que le asignó el Gobierno Nacional. Emilia Vasallo, referente de la Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil, reflexiona sobre los abusos de poder y la violencia de la policía en los barrios durante el 2020.
Marcha contra la impunidad del aparato represor
Familiares de víctimas de gatillo fácil marcharon de Congreso a Plaza de Mayo para exigir justicia y consciencia social, en un país donde cada 21 horas muere un pibe o una piba a manos de las fuerzas represivas del Estado.