“Los medios fueron fundamentales para que ocurriera el Golpe"
por Maxi Goldschmidt25 de julio de 2017
En el marco de Facción, el cuarto encuentro de medio activismo que se desarrolló en Avellaneda, entrevistamos a Alex Pegna Hercog, del colectivo Intervozes de Brasil, que explica el rol de las empresas periodísticas en la destitución de Dilma Rousseff.
¿Qué es Intervozes y cómo surgió?
Somos un colectivo que estamos en diversas ciudades de Brasil, y trabajamos con la perspectiva de luchar por políticas públicas que garanticen el derecho a la comunicación. Comprendemos a la comunicación como un derecho -está en la Constitución de nuestro país-, y para hacerlo efectivo es necesario tener una serie de condiciones para que se cumpla ese derecho. Hicimos muchos debates para provocar cambios en la leyes, en batallas judiciales. Trabajamos mucho en cuestiones de legislación. Hacemos mucho trabajo formativo en universidades, en los movimientos sociales, hablando sobre qué significa el derecho a la comunicación, cuál es la importancia de democratizar la comunicación, cuáles son los instrumentos que pueden garantizar -o al menos avanzar- esta lucha. Entonces, nuestro trabajo no es tanto de periodismo, sino que es algo que se complementa, crea una unidad, que es la de luchar por instrumentos y herramientas que garanticen un mejor acceso a la información. Nos enfrentamos a los medios para que garanticen el acceso a internet para un determinado máximo de personas, porque sin internet es muy difícil.
Acá, Clarín es un pulpo que tiene la hegemonía. ¿Cómo es hoy el mundo de la comunicación en Brasil, es similar con O Globo?
Sí, el Clarín de Brasil es el Grupo O Globo. Domina todo el país. En internet no actúan tanto, pero algunos grupos de telefonía son fuertes, y tienen al Gobierno en la mano. Hace pocos meses, el gobierno de Temer perdonó una deuda millonaria a los medios de comunicación televisivos. Nosotros luchamos para que al menos los canales de televisión pudiesen dar una contrapartida social, como garantizar la infraestructura para que sigan existiendo programas que no son comerciales, que no sean abandonados.
En Brasil, la mitad de la población no tiene acceso regular de calidad a internet. Estamos en el siglo XXI y ese es un número muy grande. Medio país excluido. Este es el escenario en Brasil. Hay un monopolio muy grande de la comunicación, de la prensa, de la televisión, que es Grupo O Globo.
La comunicación siempre estuvo presente, pero durante el Golpe, advertimos claramente cómo actuó. Cómo fue fundamental para que el Golpe haya ocurrido. Si hubiésemos tenido otro tipo de medios, no creo que el golpe ocurriese. Creo que fue muy visible la articulación mediática.
En este marco, ¿hay una masa crítica grande que pueda interpelar ese poder?
Creo que siempre somos los minoritarios. Ha cambiado un poco el lenguaje, como por ejemplo la Midia Ninja -que tienen otras formas de hacer coberturas- y existen otras iniciativas. Pero hay pocas políticas públicas que garanticen la defensa de estos sectores. Muchas personas están haciendo muchas cosas, pero en forma aislada. Duran poco. Pero sí existe un sentimiento de "hacer algo" en forma conjunta, de cambiar un poco. Sin embargo, el grueso de la población no comprende la disputa política que conllevan esos grupos de comunicación. Todavía existe la creencia de que la prensa es neutra, de que O Globo no tiene intereses económicos y políticos, y que hacen periodismo de verdad. Es muy difícil deconstruir esa cultura. Todos tienen intereses, hay disputas, nosotros también tenemos nuestros intereses comunicacionales. Hay que comprender qué es lo que está por detrás de los intereses.
¿Qué cosas creés que tiene que hacer el sector de la comunicación alternativa ante este escenario?
Creo que hay tres ejes importantes: lo primero es la formación. Para llevar a cabo este debate hay que informar a la sociedad, hay que formarse en las universidades, en las escuelas. Que la comunicación no es solamente una herramienta sino también un derecho. Otra cosa en la que creo es que hay que luchar por leyes, políticas públicas, llevar a cabo ese enfrentamiento con los dueños de los medios, con los políticos, etc, porque al final, si bien las leyes no garantizan la democratización, garantizan algunos avances aquí, y otros por allá. Y lo tercero en que creo es en la producción. Sabemos lo difícil que es producir cuando no hay dinero, cuando no hay condiciones para hacerlo, pero hay que hacerlo de todas maneras, con originalidad, con diálogos directos en la comunidad en la que se vive. Entonces, los tres ejes sería: formarse; llevar a cabo la disputa del poder político, y producir. Haciendo y aprendiendo, cómo sobrevivir, y cómo continuar haciendo.
Participaste en la mesa de “Nuevas narrativas en la comunicación hegemónica y alternativa”. ¿Cómo llegaste a Facción y que te llevás de este cuarto encuentro latinoamericano de medio activismo?
Conocí el festival a partir de un encuentro de comunicación en Brasil. Un encuentro nacional que reunió diversos movimientos sociales en torno al debate por la comunicación, y con mi colectivo -Intervozes- fuimos invitados a participar. Estuve en una mesa donde hablamos sobre la agenda de la disputa política por la comunicación en Brasil; qué es lo que pasó allá durante el Golpe Político; y aprovechando para conocer diversas experiencias, tanto en espacios de programación como conversando en general. Creo que es una forma muy rica de entender qué es lo que ocurre en Argentina y en muchos otros países de Latinoamérica. Encuentros como este son muy importantes para intercambiar información, contarnos las tristezas, las frustraciones, los optimismos, es decir, sobre nuestros sentimientos. Ver cómo hay experiencias que funcionan, que son originales, que quizá podamos utilizar algo para reproducir en nuestras comunidades, y eso es lo más importante. Contar con un espacio para el debate permanente, que es fundamental para la democracia y para las luchas de todos los movimientos.
¿Ves en tu país un movimiento alternativo de comunicación que esté surgiendo en forma organizada?
Ahora, todos los movimientos sociales -no sólo de comunicación- concordamos que debemos estar unidos. Porque cuando se tiene un gobierno de izquierda, empiezan las divisiones, las contradicciones. Pero ahora es un momento para dejar un poco de lado las cosas que nos dividen, y unirnos. La comunicación siempre estuvo presente, pero durante el Golpe, advertimos claramente cómo actuó. Cómo fue fundamental para que el Golpe haya ocurrido. Si hubiésemos tenido otro tipo de medios, no creo que el golpe ocurriese. Creo que fue muy visible la articulación mediática. Judicial, política y mediática; todo junto, y no se avergonzaron. Fue a la vista. Y lo que existe también es una disputa de relatos.
En ese sentido ¿qué medios considerás más creativos?
Midia Ninja hacen un trabajo muy bueno. Y hay otros medios, pero creo que tenemos una gran dificultad para producir esa disputa. Nosotros conseguimos dialogar mucho con nuestros pares, pero el gran desafío es dialogar con las personas que creen que no pasa nada. Por ejemplo, los trabajadores en Brasil están perdiendo derechos, y nosotros tenemos que saber cómo decirles que eso está pasando, el desafío de crear conciencia, provocar a las personas para que reflexionen que está pasando algo muy grave en Brasil. Creo que no tenemos algo directo para decir. No esperábamos que estas cosas ocurriesen tan rápido, y nosotros estábamos muy desorganizados, sin preparación, y sin saber qué hacer. Estamos aún en un proceso de pensar en agendas con propuestas para cambiar las cosas, estamos en el momento de la construcción.
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