“El Parque de Nieves de Chapelco nos está dejando sin agua”
La creación del Centro de Ski Nieves C4 modificó la vida de la comunidad mapuche Curruhuinca. Suelos contaminados, falta de agua y máquinas que producen nieve artificial para mantener las pistas de ski. Una muestra del daño que ocasiona el turismo extractivista.
"La lucha por nuestro territorio lleva más de 40 años. Desde que empezaron a ver en nuestro cerro un lugar para explotar. Y hace diez años que sistemáticamente nos quedamos sin agua, no solo en verano, ahora también en otoño e invierno. El año pasado casi no nevó y como eso perjudicaba al turismo se utilizaron tres cañones para generar nieve química. Las máquinas extraen agua del único arroyo que nos está quedando para el consumo de más de 150 familias, luego agregan químicos para generar la nieve y eso vuelve al suelo produciendo contaminación.
A partir de 2020 se intensificó la violación de los derechos de esta comunidad con el avance de un nuevo proyecto denominado C4 Parque de Nieves. Este emprendimiento turístico pertenece a Santiago Casanova, quien de manera inconsulta y sin ningún aval en Payla Menuko, se instaló en el territorio comunitario y empezó a explotarlo.
La formulación de este proyecto turístico extractivista, que se realizó dentro de la jurisdicción de Parques Nacionales, viola la Ley General de Ambiente 25.675, que establece su protección y cuidado controlando el impacto y el daño que puede causar el hombre. Por otra parte, esta norma en su artículo 75, inciso 17, determina reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y asegurar su participación en la gestión que refiere a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Nada de eso se cumplió.
Desde 2020 se intensificó la violación de los derechos de esta comunidad con el avance de un nuevo proyecto denominado C4 Parque de Nieves.
Además no se respeta la ley 24.071 -que ratifica el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes- donde se establece el deber estatal de desarrollar “con la participación de los pueblos interesados, una acción coordinada y sistemática con miras a proteger los derechos de esos pueblos y a garantizar el respeto de su integridad”. Estas acciones deberán incluir medidas que promuevan la “plena efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de esos pueblos, respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y tradiciones, y sus instituciones”. Lo que significa que siempre que se quiera desarrollar un emprendimiento la población debe recibir información fehaciente y luego se debe realizar una consulta a toda la población afectada antes de la implementación.
La comunidad mapuche Curruhuinca tiene título de propiedad comunitaria y es una de las comunidades más grandes de la provincia de Neuquén. Con ese título de propiedad, la Comisión Directiva de la Comunidad cedió el territorio por 15 años a Casanova: aun cuando la ley dice que las tierras comunitarias son inalienables e intransferibles, y sin considerar la oposición de la comunidad de Payla Menuko al proyecto turística extractivista.
Nosotros no sólo consideramos el agua como algo biológico, sino que también es parte de nuestra cultura. Desde nuestra cosmovisión cada elemento de nuestro Wallmapu (tierra), tiene mogen (vida) y newen (fuerza). El agua no solo es dadora de vida, sino que es vida en sí, tiene esencia, espíritu, por tanto es fuerza y energía que constituye el Ixofijmogen (biovidersidad). Es por este motivo que defendemos el ngen ko (protector del agua), en resguardo de todas las nacientes de agua y la unidad territorial. Esas interacciones están siendo afectadas".
Testimonio de pobladorxs de Payla Menuko en contra del proyecto de turismo extractivo en Payla Menuko, un paraje ubicado a 15 kilómetros de San Martín de los Andes, provincia de Neuquén.
Para la comunidad, el cerro Chapelco históricamente formó parte integral de la vida, cultura, cosmovisión y productividad de las familias mapuche. Gran parte del cerro, donde actualmente se ubican complejos turísticos, sirvieron a las familias mapuche para la utilización de veranadas. Hace más de 40 años que luchan por recuperar parte de su territorio ancestral y atenuar el impacto ambiental que genera el turismo extractivista.
Mujeres en lucha contra las graseras
Después de 30 años de lucha, las vecinas de la Asamblea Campomar exigen el cierre de las graseras que contaminan y enferman a Valentín Alsina. Piden la instalación de plantas de procesamiento de grasa y su reubicación en parques industriales.
Quilmes, tierra contaminada
En el barrio Los Pinos, les vecines impulsan una lucha silenciosa y a espaldas del Estado. Se organizan para visibilizar los problemas ambientales que sufren por la presencia de industrias en la zona. El suelo que pisan, el agua que toman y el aire que respiran están contaminados.
“Quieren disciplinar al campesinado, pero no lo van a lograr”
Deolinda Carrizo, dirigente histórica del Mocase y actual directora de Género e Igualdad de la Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena, habla de la persecución judicial hacia las organizaciones que defienden el territorio, el avance del agronegocio saqueador y el rol clave de las mujeres rurales.