"Los 183 despidos significan el cierre progresivo del hospital Bonaparte"
por Estefanía SantoroFotos: Federico Imas
17 de enero de 2025
El ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, despidió al 40 por ciento del personal del Hospital Nacional Laura Bonaparte. Sus trabajadorxs se organizan, una vez más, para defender el único centro de salud pública especializado en salud mental y problemáticas de consumo.
“Vine al hospital hoy para internarme, éste es el único lugar al que puedo venir a atenderme”, cuenta una mujer que está sin trabajo. Un grupo de mujeres de guardapolvos blancos se abrazan, una de ellas tiene los ojos a punto de desbordarse de lágrimas. El Hospital Nacional Laura Bonaparte es el único centro de atención pública especializado en salud mental del país, donde reciben atención aquellas personas que no tienen una obra social porque trabajan de forma precarizada o aquellas que no pueden pagar un servicio de medicina prepaga, pero por sobre todas las cosas, es un lugar de contención, acompañamiento y cuidado gratuito y de calidad.
Hoy este espacio que asiste a quienes no cuentan con suficientes recursos económicos, se encuentra nuevamente en riesgo después de que el ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, decidió despedir a 183 trabajadorxs que se desempeñan en distintos servicios. Estos despidos son parte de lxs 1400 cesanteadxs que cumplen funciones en diversas áreas del Ministerio de Salud y de otros hospitales como el Posadas, el Sommer y el Instituto Nacional del Cáncer.
"Cuando una entra a esta casa se encuentra con una primera sonrisa en la admisión, otra sonrisa cuando hay que firmar un papel y el abrazo permanente de las psicólogas, los psicólogos, les profesionales de psiquiatría, y eso también sana. Es un hospital sano porque eso se ve en cómo nos atienden y nos sostienen. Con estos despidos y esta desfinanciación están golpeando sobre la gente más vulnerable y sobre gente que sostiene a esa vulnerabilidad, que nos sostienen para que no caigamos, para que podamos funcionar en nuestras tareas y trabajos”, cuenta Clodet García, actriz y artivista feminista que llegó al Bonaparte para buscar su medicación pero se encontró con la farmacia cerrada.
La farmacia con la que cuenta el hospital, que provee de medicación gratuita a pacientes que se encuentran en tratamiento ambulatorio y también a quienes se encuentran internadxs, tenía ocho trabajadores de lxs cuales solo quedaron dos. Frente al vaciamiento progresivo que está llevando a cabo el Gobierno, lxs profesionales de la salud comenzaron a organizarse para que ningún paciente se quede sin su medicación, ya que interrumpir cualquier tipo de tratamiento tiene graves consecuencias en la salud integral de las personas, en especial, cuando se trata de medicación psiquiátrica.
Lxs trabajadorxs que brindan atención a diario cuentan que con la creciente desocupación, tanto en el sector estatal como en el sector privado, el número de personas que concurren al hospital se duplicó. “Estos despidos significan el escaso funcionamiento del hospital y el inminente cierre, afectan a distintos sectores del hospital, no solamente, como dice el Gobierno, al área de comunicación y de formación, sino también a áreas asistenciales como demanda espontánea, farmacia, atención externa, el servicio de niñeces y el jardín maternal. El hospital no puede funcionar sin estos 183 trabajadores y trabajadoras menos. Acá no sobra nadie”, advierte Sofía Marino, una de las psicólogas despedidas del Bonaparte que se desempeña en el servicio de demanda espontánea, un sector fundamental para la atención de las muchísimas personas que llegan por primera vez al hospital. Tan solo de enero a octubre de 2024, el hospital recibió a más de 25 mil personas.
En octubre del año pasado, el Gobierno nacional intentó cerrar el hospital, pero no pudo, ya que la resistencia popular en defensa del Bonaparte fue masiva y contundente. Hoy nuevamente atacan este espacio vaciándolo de profesionales.
En ese sentido, Sofía explica: “Esto significa que el cierre que se solicitó desde el Ministerio de Salud en octubre se va a dar de forma progresiva. Nosotros entendemos que la reestructuración que se acordó en ese conflicto no significa una mesa de trabajo ni una modificación o una reconfiguración de los servicios para que funcionen de manera eficiente, sino que significa los despidos masivos que hoy estamos viviendo”.
Sobre la continuidad del servicio de guardias e internaciones, aclara: “No tenemos capacidad humana para recibir más gente, sí tenemos espacio y camas, es una estructura enorme el hospital y estamos dispuestos a sostenerlo, pero no contamos con el recurso humano para poder brindar la atención de calidad que veníamos sosteniendo si 183 trabajadores van a estar fuera del hospital. Además, de manera precaria, porque nuestros sueldos están planchados desde diciembre del 2023 hasta acá”.
"Hace tres años que me atiendo en este hospital y siempre me brindaron una calidad de atención increíble. Cuando llegué a la asamblea abierta que se hizo acá por los recortes que está sufriendo el Bonaparte, me enteré que mi psicóloga es una de las despedidas. La violencia y el desguace en la salud pública no es el camino para recuperar el país”, dice Paula, paciente de Sofía, mientras se seca las lágrimas.
El ataque a la salud pública del Gobierno de Javier Milei tiene un efecto visible: cientos de personas que se quedan sin contención, sin profesionales que durante años mejoraron su calidad de vida. Hoy el Bonaparte tiene comprometidas todas sus áreas: se despidieron 40 psicólogxs, 20 psiquiatras, también despidieron a la única odontóloga que había, decenas de enfermexs y farmacéuticxs.
El poco personal que queda no alcanza para sostener las guardias ni las internaciones, aunque la mayoría de lxs profesionales continúan brindando atención a sus pacientes por el compromiso que tienen con la salud pública.
Reunidos en asamblea, lxs trabajadorxs decidieron realizar una permanencia activa para cuidar a las personas que se encuentran internadas y las instalaciones, debido a que tanto el interventor como el director y el vicedirector se encuentran con licencia.
“Este hospital no puede cerrar, los medios van a decir que no va a cerrar, pero si están despidiendo 183 trabajadores en un pool de dotación de 520 personas, estamos hablando de que hay un 40 por ciento de los trabajadores que dejan de estar de un día para el otro. En este hospital brindamos un modelo de salud emparentado con los derechos humanos y necesitamos, como pasó en octubre, que la sociedad nos siga acompañando", explica Alejandro Sapere, psicólogo de consultorios externos que trabaja en el Bonaparte desde hace 32 años.
En los próximos días lxs trabajadorxs organizadxs definirán diferentes acciones de resistencia en defensa del hospital y para lograr la reincorporación de todxs lxs despedidxs. El apoyo de la sociedad en su conjunto será indispensable para que la motosierra de Javier Milei no siga avanzando también con la destrucción de la salud pública.
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