El primer día del año uno después de Maradona

Hoy el canto de Gardel ha empeorado sospechosamente.
Hoy las estampitas pegadas en los espejos comienzan a amarillear antes de hora.
Hoy las canciones de Gilda y Rodrigo son un poco menos bailables.
Hoy no hay viento que se anime a levantar la tierra de los potreros.
Hoy Evita ha cambiado el gesto combativo en los afiches.
Hoy los azulejos de las cocinas reniegan del olor a puchero.
Hoy el Gauchito Gil se ha quitado el poncho para vestirse de luto.
Hoy los andenes conurbanos han decidido demorar todas las frecuencias.
Hoy en las barriadas del pobrerío no rebota la cumbia contra las chapas.
Hoy las radios a transistores repiten infinitamente los goles que marcaron corazones.
Hoy las misas informales de la fe del pueblo celebran un nuevo nacimiento.
Hoy las pieles con pelos erizados reclaman nuevos tatuajes.
Hoy han nacido a la argentinidad nuevos varones con repetido nombre.
Hoy la espera de los bondis tiene una duración difícil de medir en vida.
Hoy el mundo mira hacia el Sur para comprobar si es cierto que el mito ya no es carne.
Hoy muchos padres y muchas madres inician la formación sentimental de las nuevas generaciones con videos de gambetas y redes infladas.
Hoy las tribunas del alma se han cerrado a las multitudes para llorar en silencio.
Hoy nos han cortado las efemérides y los tangos.
Hoy empieza con dolor de pueblo la nueva era, el año uno después de Diego Armando Maradona.