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Cómo reducir el consumo de agua y energía en tus tareas domésticas

por Revista Cítrica
24 de septiembre de 2024

En el ámbito doméstico, hay escenas que se repiten casi a diario en relación al consumo de agua. Dejar el agua correr en la bacha de la cocina mientras lavamos la fruta, la verdura o la vajilla o en el lavatorio del baño cuando nos lavamos los dientes y mantener la canilla abierta mientras baldeamos la vereda, el patio o el garaje son hábitos adquiridos y frecuentes en cualquier casa de familia.

Del mismo modo, hay acciones que repetimos casi inconscientemente respecto del uso de la energía eléctrica. Dejamos todos los electrodomésticos enchufados, aunque no los estemos usando, analizamos que vamos a comer con la puerta de la heladera abierta, dejamos encendidas las luces, ventiladores y aires acondicionados de varios ambientes cuando permanecemos sólo en uno y desaprovechamos la luz natural.  

Teniendo en cuenta el aumento de los servicios públicos y el gasto que reviste un consumo desmedido de agua y energía y el hecho de que sean imperioso cuidarlos en términos medioambientales, ya es hora de modificar estos malos hábitos y comenzar a ahorrar agua y luz en las tareas del día a día. 

En este artículo vamos a ahondar en algunas formas simples de afrontar los quehaceres domésticos cotidianos sin que ello represente un consumo abusivo de estos servicios básicos. 

El ahorro al lavar los platos

 
Lavado a mano

En lugar de dejar la canilla abierta mientras le pasamos la esponja con detergente a la vajilla, debemos mojar los utensilios, cerrar la canilla mientras los lavamos y luego abrirla para enjuagarlos. Otra alternativa es llenar con agua un recipiente profundo para utilizar la necesaria durante el proceso de lavado de los platos y, al finalizar, retirar el resto de espuma con agua de la canilla.

Lavado con lavavajillas

Con los avances tecnológicos, los fabricantes de electrodomésticos y línea blanca ofrecen modelos de gran rendimiento que consumen menos agua y energía, como lavavajillas.  De ser posible, al momento de comprar uno deberíamos optar por uno de este tipo, más eficiente y sustentable. 

Para optimizar el uso del lavavajillas y ahorrar agua y energía, es importante ponerlo en funcionamiento cuando está lleno por completo y no realizar lavados con sólo unos pocos utensilios de cocina. Además, es importante que seleccionemos programas de lavado de bajo consumo energético e hídrico y ciclos cortos y no enjuagar la vajilla antes de meterla en el equipo. Los modelos modernos son capaces de limpiarla sin prelavado de manera manual. 

El ahorro al bañarnos

Darnos una ducha caliente al final del día, quizás esté dentro de los mayores placeres de la vida, pero debemos disfrutarla con conciencia. Es importante evitar abrir la ducha tiempo antes de meternos y darnos duchas cortas, de manera de ahorrar agua y luz, si tenemos termotanque eléctrico, o agua y gas, si contamos con calefón. 

Idealmente, podemos instalar una flor eficiente, que brinda un baño gratificante, pero limitan el consumo de agua, y cerrar la ducha mientras nos enjabonamos y nos aplicamos shampoo y crema de enjuague. Al finalizar, verifiquemos que ni la canilla ni la flor quedan goteando. Esa gota representa una gran pérdida de agua a largo plazo. 

Con fines ahorrativos, deberíamos descartar hacer baños de inmersión, dado que llenar la bañera demanda una gran cantidad de litros de agua, unas 15 veces más que la ducha, y de consumo de energía necesaria para calentarla. 

El ahorro cuando nos lavamos los dientes

Idealmente, debemos lavarnos los dientes después de cada comida, por lo que lo hacemos al menos tres veces al día, a veces más. Dejar la canilla abierta mientras nos cepillamos reviste un enorme consumo de agua. Para reducirlo, debemos abrir la canilla sólo en el momento de enjuagarnos. 

El ahorro al lavar la ropa

Al igual que los lavavajillas, existen modelos de lavarropas más eficientes en términos de consumo de energía y agua que podemos elegir cuando tengamos que cambiar el que tenemos. Mientras tanto, procuremos juntar la suficiente ropa sucia como para llenar un tambor antes de hacer un lavado y evitemos poner en funcionamiento el equipo con pocas prendas. Una vez a la semana es una frecuencia recomendable. 

Si el lavarropas además seca y las condiciones climáticas son favorables, podemos evitar hacer uso de esa función y secar la ropa al sol. Ahorraremos mucha energía. En cuanto al programa de prelavado, salvo que la ropa esté extremadamente sucia y manchada, podemos prescindir de él. 

El ahorro al cocinar

Cocinamos todos los días y la mayoría de las veces necesitamos usar agua. Cuando tenemos que lavar fruta o verdura, podemos llenar un recipiente, colocar las gotitas de lavandina indicadas para desinfectarla y lavarlas ahí para evitar dejar correr el agua de la canilla durante todo el proceso. 

Si hervimos vegetales, podemos conservar el agua y reutilizarla para otras cocciones y aprovechar sus nutrientes, o bien, usarla para regar las plantas. Elijamos electrodomésticos con certificado de eficiencia energética, que consumen notablemente menos, y métodos y tipos de cocción que demanden menos luz y gas. Evitemos hervores u horneados prolongados y prioricemos grillados y salteados. 

El ahorro al regar y baldear

Es importante que reguemos el jardín y las macetas durante la noche para facilitar la absorción del agua y evitar que ésta se evapore antes de cumplir su función. Si contamos con sistema de riego, debemos programarlo para que se active en esa franja horaria. Si regamos de día, se estima que un 30% del agua se evapora. 

En cuanto a la limpieza de veredas y patios, en lugar de mantener la canilla abierta para recorrer la superficie con la manguera, podemos llenar un balde las veces que sea necesario. Reduciremos notablemente la cantidad de agua que usamos. 

 

Otras recomendaciones para ahorrar

 
Instalar canillas de bajo flujo de agua: brindan la misma presión con menos caudal. 

Reparar pérdidas: por más insignificantes que parezcan, los goteos constantes significan un gran desperdicio de agua a largo plazo. 

Recolectar agua de lluvia: ya sea con un sistema o de manera manual, juntar y reutilizar agua de lluvia permite reducir el consumo de agua de la canilla para limpiar la casa, lavar el auto, regar, usar el inodoro y hasta bañarnos. Pero no para consumo.

Optar por la tecnología LED: las lámparas LED consumen la mitad que las convencionales, ya que tienen el doble de vida útil, y son menos contaminantes.

Apagar las luces que no necesitamos: es clave mantener prendidas sólo las luces que estamos usando y apagar el resto.

Desenchufar los electrodomésticos: aun cuando estén apagados, los artefactos eléctricos siguen consumiendo energía, por eso debemos desenchufarlos cuando no vamos a usarlos. 

Acondicionar sólo el ambiente en el que estamos: poner en marcha los aires acondicionados, ventiladores, caloventores y estufas del ambiente que habitamos y mantener apagados los restantes. 

Mantener la puerta de la heladera cerrada: la heladera y el freezer suben de temperatura cuando los mantenemos abiertos y requieren más energía para bajarla, por eso es importante que los abramos lo menos posible.  

Mantener la heladera lo más vacía posible y el freezer, lo más lleno posible: aumenta la eficiencia energética. Podemos completar el frezzer con cubeteras de hielo.