Lo que nos iba a salvar, de una vez y para siempre, nunca sucede. A una década del inicio de las perforaciones, la provincia de Neuquén tiene al 39,9 por ciento de su población en situación de pobreza. Y, en muchas zonas como Añelo, la ciudad corazón de Vaca Muerta, no hay agua potable. Lo que sí hay es una cantidad cada vez mayor de rajaduras en casas, contaminación, animales malformados y pozos huérfanos: las compañías los venden o simplemente se van. Las escritoras Gabriela Cabezón Cámara y Claudia Aboaf viajaron hasta allí para contar esos basurales del abandono.