“Si nos defendemos, nos aleccionan”

por Lorena Tapia Garzón
23 de enero de 2019

Morelia Colque estuvo 9 meses detenida por herir de muerte a su ex pareja mientras éste la asfixiaba. Víctima de violencia física, sexual y económica, a la joven de 22 años le acaban de conceder el arresto domiciliario, tras una fuerte movilización de organizaciones feministas. Hoy volvió a su casa junto a su beba de 10 meses, a la que durante este tiempo no pudo ni amamantar.

Morelia Colque tiene 22 años, es migrante, tiene una beba de 10 meses y, desde marzo y hasta este miércoles, estuvo presa en una comisaría por defenderse de su ex pareja mientras éste la ahorcaba. En medio del forcejeo, Morelia hirió de gravedad a Brayan Daniel Huanca en su casa del barrio Tonghi, en Lomas de Zamora. Morelia terminó en el piso en estado de shock. La policía llegó más de 40 minutos después y no socorrió al agresor que luego murió en el hospital. A pesar de haber actuado en defensa propia, Morelia terminó presa y acusada injustamente por “homicidio agravado por el vínculo”. Y, después de meses de movilizaciones y denuncias de organizaciones feministas, obtuvo hoy el arresto domiciliario, después de 9 meses de casi no poder ver a su hija ni amamantarla.

“La acusan de homicidio común, sin contemplar que fue en defensa propia. La excusa es que, a pesar de que Morelia sufría violencia física, sexual y económica, no había denuncia previa. Esta es la justicia machista que espera a que estemos muertas o que, si nos defendemos, estemos presas”, dice Daniela Foresti, del Espacio Feminista de Mujeres y Disidencias del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), que acompaña a Morelia. Y agrega: “Si nos defendemos, nos aleccionan: Morelia está pagando una condena por no haber aparecido asesinada”. Tras su libertad, la defensa busca el cambio de carátula a “legítima defensa” y su absolución.

La acusan de homicidio común, sin contemplar que fue en defensa propia

Paradójicamente (o no), la fiscalía que interviene es la especializada en géneros de los Tribunales de Lomas de Zamora. “Estamos cansados, fuimos y vinimos del Juzgado durante meses, no nos dejaban casi verla, la semana pasada no nos dejaron ni entregarle medicamentos porque estaba mal, con una muela infectada. No nos dejan presentar testigos de cómo el chico la violentaba, ni siquiera a nosotros, su familia, que vimos cómo una vez se la llevó de la casa arrastrando del cabello”, relata entre sollozos Adán Carlos Colque, padre de la joven. Y asegura que el caso de su hija sufre doble discriminación, por ser mujer y por ser migrante.

“Yo dije en el Juzgado: ‘¿qué hemos hecho para que nos traten y nos discriminen así?’ Y me contestaron que si no me gusta la ley de acá que me vaya a mi país”, cuenta Adán, que durante todo este tiempo cuidó a su nieta bebé junto a su pareja y el resto de sus seis hijos. Sucede que la familia Colque es oriunda de Bolivia, de donde vinieron en 2007 a instalarse en Tristán Suárez, provincia de Buenos Aires, cuando Morelia tenía 11 años. En 2017, ella conoció a Brayan, con quien tuvo la beba y con quien se mudó al barrio de Tonghi. Esa misma casa donde empezó la pesadilla y la violencia reiterada, no sólo por parte de su ex pareja, sino también de su familia.

“Desde el inicio tuvimos que movilizarnos para exigir ciertas garantías: a ella la detuvieron en marzo y la alojaron en una comisaría de Avellaneda. Lo que trababa la gestión de la domiciliaria era la pericia psiquiátrica que debían hacerle. Le dieron fecha para agosto, pero la policía no la trasladó y perdió el turno. Le otorgaron otro para noviembre y otra vez no la trasladaron, tuvimos que movilizarnos para que el 20 de diciembre le dieran la pericia. Finalmente le otorgaron el arresto domiciliario el 7 de enero, pero como la modalidad que le dieron es con pulsera electrónica y no hay, siguió detenida, pero en otra comisaría de Lomas de Zamora”, explica Foresti. Un trabalenguas burocrático y patriarcal que tuvo casi un año a Morelia entre rejas y lejos de su beba.

La justicia machista espera a que estemos muertas o que, si nos defendemos, estemos presas

 Como ella, había en lista unas 70 personas esperando una pulsera electrónica para poder volver a su casa hasta que comience el proceso. Y ella estaba al final de esa hilera de trabas poco democráticas.

Esta semana, la defensa presentó un habeas corpus excarcelatorio y, finalmente, mientras cerrábamos esta nota, se conocía la feliz noticia de que el juzgado le otorgó otro tipo de arresto domiciliario y liberó a Morelia en la tarde de este miércoles. Mientras tanto, desde las organizaciones que la acompañan, buscan el cambio de carátula: “Es violencia machista, fue legítima defensa, ¡exigimos su absolución!”.

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