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Lanata y los buchones

Redacción Rosario
23 de abril de 2014

Un recuerdo de cuando la estrella del Grupo Clarín se oponía a las cámaras ocultas.

Que muchísimos personajes públicos no resisten un archivo, y que Jorge Lanata es de lo más representativo de esa fauna, no es ninguna novedad, pero vale un ejemplo más. Allá por diciembre de 1996 una entrevista a Lanata formó parte de la edición número 48 de la revista Cerdos&Peces, mítico emblema de la contracultura, dirigida y agitada por Enrique Symms. “¿Periodistas o Policías”, era el título destacado de tapa. Y en las páginas principales el tema se presentaba con párrafos como este: “Como un enjambre de mosquitos hambrientos, empuñando amenazadoramente grabadores, micrófonos, teléfonos celulares, y con la retaguardia firme de la cámara, los movileros acosan y patotean a jueces y delincuentes, mujeres violadas o deportistas famosos, parientes del niño muerto o ministros”.

Vaya otro párrafo: “Compiten con la policía y hasta hacen mejor el trabajo: se infiltran casi como actores, espían como agentes encubiertos, graban, filman, acumulan pruebas, hacen un sumario y lo publican”, se lee también en la revista del 96, en la que Lanata fue entrevistado como una de las excepciones a esas tristes reglas de los grandes medios. Sí, el mismo Lanata que en su programa de tele ahora presenta, cual paladín de la justicia en clave stand up, informes tan deleznables y patéticos como el basado en el escrache con cámara oculta a los compradores de cocaína del búnker de Refinería, devenido famoso desde que le construyeron enfrente las opulentas torres Dolfinas.

En aquella entrevista, el ahora ariete del grupo Clarín contra el gobierno nacional se manifestaba en contra de las figuras del “informante, el agente encubierto y el arrepentido”, y cuando le preguntaron si estaba bien o mal ser buchón, respondió muy tajante: “Yo soy marplatense, pero me crié en Sarandí y me crié en Avellaneda en la adolescencia y soy de ningún lado a esta altura, pero quede donde quede, yo soy de un lugar en donde ser buchón es una porquería, sea para lo que sea está mal, en nombre de la patria está mal.

Los chorros dicen: la policía hace lo que tiene que hacer y los jueces también, pero los periodistas son buchones? ¿Qué pensás vos de la utilización del espionaje con grabadores ocultos, cámaras en los anteojos?

-Yo estuve pensando en eso porque nos habían propuesto hacer para el año que viene un programa de cámara oculta. Yo creo que no, los periodistas no somos espías y lo que quieran decirnos que lo digan y lo que no que se lo guarden. Creás, si no, una situación artificial en donde tenés que hacer intervenir hasta actores.

-Algunos dividen las aguas, podemos espiar al funcionario corrupto, al militar asesino, pero no para meternos con la gente de la calle.

-No, no hay cámara oculta para nadie, una ley se cumple para todos, la vida privada es de cualquiera, el derecho a no declarar contra sí mismo es de todos. Yo jamás me meto con la vida privada de los políticos, nunca. Siendo director de Página tuve la exclusiva del hijo natural de Menem, tenía las fotos del pibe, de la madre, sus declaraciones y no la mandé. A la semana la sacó Noticias”.

Y bueno, el buchón por la boca muere.

Por Manolo Robles
Redacción Rosario