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8M: Lo que logramos y lo que falta

por Estefanía Santoro
Fotos: Agustina Salinas
09 de marzo de 2021

Las voces del 8M reflejan la situación del transfeminismo en la Argentina. Se conquistan derechos a través de las luchas, pero el racismo, la desigualdad y la precarización laboral (y también de nuestras vidas) siguen presentes en todos los espacios.

Trabajadoras, indígenas, migrantes, travestis y trans, que participaron de la movilización del 8M en la Ciudad de Buenos Aires, denuncian la precarización a la que están sometidas todos los días. Precarización laboral y precarización de las vidas. Los derechos que se conquistan pero se aplican precariamente. Las luchas que se ganan y el patriarcado que las limita:

 

Carla Barriga Montero es oriunda de Bolivia y forma parte de Ni Una Migrante Menos

"Estamos muy contentas porque logramos derribar el DNU 70 que emitió Macri en enero de 2017 y creemos que no es casual que se haya derogado cerca del 8M. Vinimos a la Plaza de Mayo con una nueva consigna sobre el daño que causó este DNU, ya que debe haber una reparación a estas familias que fueron separadas con personas expulsadas fuera del país. 


Vanessa Gómez Cueva fue la única persona que pudo regresar al país durante los cuatro años durísimos del macrismo, pero el resto de las personas no. Otro de los reclamos es por las notificaciones de expulsión que se hicieron en pandemia, de un modo inhumano. 

Por otra parte, la Anses dio de baja arbitrariamente a muchas compañeras migrantes del beneficio de la AUH, debido en muchos casos a la mala información que recibieron en la frontera, y al llegar a su lugar de residencia les dieron de baja. Esto se da en pandemia y en medio del camino burocrático que significa resolver estos trámites. 

La otra consigna, por supuesto, es que paren de matarnos. Tenemos más de 50 femicidios en los dos meses y unos días que van del año. Esther Mamani, por ejemplo, era migrante y fue víctima de femicidio habiendo hecho denuncias previas. Hace poco nos enteramos del caso de Elizabeth Andrade Vilca, que vivía en Córdoba, viajó a Mendoza y fue asesinada en Liniers. A su familiar no le quieren dar información sobre si están investigando o no.

Esas situaciones no son las únicas, también tenemos el caso de Francisca Herrera Cusi, una mamá quechua-parlante que ha sido separada de sus cuatro hijes, que también hablan quechua y ella no sabe dónde están porque una jueza los dio en adopción en Comodoro Rivadavia.

Ser migrante representa mayor vulneración, además de las complicaciones que existen por el hecho de ser mujer. Si sos migrante y además sos una mujer racializada o travesti o trans, se suman las opresiones. No es lo mismo ser migrante blanca académica, que ser una compañera quechua-parlante con rasgos o identidad indígena o raíz afro. Todo está relacionado con el posicionamiento de la clase social de la que una viene.

Dejar tu país significa abandonar muchas cosas y los colectivos como Ni Una Migrante Menos son espacios donde se genera empatía, porque es muy difícil que lo entienda alguien que no atravesó esa situación. Las migraciones de los 60, 70 u 80 fueron mayormente bolivianas, peruanas, paraguayas, de gente que venía de trabajar en el campo y se enfrentó a un cambio total de vida. 
En las nuevas generaciones hay compañeras que vienen por necesidad de estudio o de acceso a la salud, o bien porque vienen a trabajar y estudiar, como en los casos de Chile o Colombia. La mayoría de las migraciones mundiales se da por trabajo, y en el caso de las mujeres también huyendo de la violencia.

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Laura Teran, enfermera del Hospital de Niñxs Ricardo Gutiérrez de la Ciudad de Buenos Aires

Hace 40 días que sostenemos un acampe de autoconvocados en la 9 de Julio, donde hay enfermeras y también otras áreas, porque nos parece que todo el equipo de salud tiene que estar unido en el reclamo. Nuestra principal reivindicación es el aumento de sueldos post-pandemia.

En la pandemia nos dimos cuenta que nos iban a mandar a morir y recorriendo hospitales vimos que las condiciones laborales son terribles en las distintas provincias. En algunos lugares cobran sueldos básicos de 9 mil pesos.

Necesitábamos unirnos y fuimos al Ministerio de Salud de la Nación, que es el que tiene que dar respuestas por las políticas sanitarias. Tenemos muchas fallecidas y muertas por la pandemia. Decidimos venir porque somos mujeres trabajadoras y luchadoras que estamos en el acampe, y nos parecía propicio venir a contarles a otras mujeres lo que nos pasa como explotadas en los hospitales en la pandemia.

Vinimos a hacer micrófono abierto, conseguir solidaridad y visibilizar nuestra problemática, que es de todas, porque a la salud pública la tenemos que defender en comunidad. Tenemos un montón de compañeras muertas. Las estadísticas no son claras porque se esconden los datos, pero se habla de unos 300 fallecidos solo de Enfermería y en total serían unos 500 o hasta 800 esenciales muertos.

Las enfermeras hemos sido las más expuestas porque estamos en la atención constante. Eso fue terrible, por eso salimos a luchar durante la pandemia, porque nos íbamos a morir en los hospitales. Quiero invitar a la comunidad a que se pregunte qué es lo que pasa en su hospital más cercano para defender la salud pública entre todos. ¿Hay cirujano de guardia? ¿Hay obstetra de guardia? Los hospitales deberían estar totalmente equipados en pandemia y no es lo que pasa.

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Monica Schlotthauer, delegada de Ferrocarriles Argentinos

Vinimos hoy con una pequeña delegación de ferroviarias del Sarmiento. Antes de llegar a la Plaza hicimos una performance con una suelta de globos en homenaje a las compañeras muertas y a las que seguimos luchando vivas.

Somos parte de este colectivo inmenso de mujeres que quiere seguir peleando contra todos los Gobiernos. Y en ese sentido, hoy decimos que la línea 144 no alcanza, porque vos hacés todo lo que dicen y terminás como terminó Úrsula.

Hay un problema que viene de los fondos, de los míseros 35 pesos que el Estado argentino destina a esta problemática cada vez más profunda. Por eso pedimos más presupuesto para que se aplique la Ley 26485.

Los femicidios son un drama que cruzan a todas las mujeres, pero las mujeres con plata pueden tener un abogado. En cambio, las que no tienen trabajo e incluso las que lo tenemos no podemos hacernos cargo de pagar un abogado penalista. Queremos que el Estado garantice esa Ley, que debe incluir refugios y la capacitación para todos los dinosaurios que habitan las entidades estatales.

El Gobierno dice que es un problema de la Justicia. Nosotras entendemos que el problema transversal: es de la Justicia, pero también de la Policía, del Poder Ejecutivo y de los legisladores. Porque si no hay plata para aplicar la Ley, algo está fallando en todas esas áreas.

Nos faltan mujeres en la conducción ferroviaria. En los trenes, cuando empezamos nosotras eramos 18, ahora somos 400. Pero necesitamos ser más en los trenes, y sobre todo en los cargos de dirección.

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María Urquizu- Nación quechua y columna antiracista

Estamos acá con la consigna plurinacional. Venimos trabajando el antirracismo en los barrios. Notamos que nuestra cultura suele estar oculta por “otras pecheras”; la identidad es una forma de contrarrestar al racismo. La consigna que elegimos es basta de violencia racista colonial, la entendemos como algo integro: no solo violencia física sino empobrecimiento de los territorios, y despojos. Muchas mujeres existimos y vivimos en la urbanización y desde ahí construimos nuestra identidad porque nuestros padres y abuelos fueron despojados de los territorios y, entonces, nos despojaron de nuestra identidad. Como activistas indias tenemos que lograr el puente con las comunidades. Tenemos la dificultad de que las distancias y costos son muy altos, pero necesitamos un puente con las hermanas que estados y gobiernos empobrecieron. No hay un gobierno que haya tenido la lucha indígena afro descendiente dentro de la agenda nacional. Las mujeres salen de sus territorios cuando no pueden hacer oír sus demandas. Tenemos que cuestionar la salud, la educación, la justicia e incluso a la recreación. A todas las instituciones que forman un Estado que niega las identidades. Por ejemplo en Chaco todavía no reconocen la interculturalidad bilingüe. En Formosa se habla de que existen derechos humanos pero nosotras conocemos a las comunidades empobrecidas y el silencio mediático. Y también la violencia que sufren de parte del aparato represivo, pero en Formosa las noticias y las denuncias aparecen ahora por otras cosas. Necesitamos que nuestras hermanas reconozcan su identidad, que así como salimos a las calles por Úrsula salgamos por las hermanas que están en su territorio y no tienen posibilidades. Debemos organizarnos para que no se vulneren los derechos de las indígenas en los territorios y, también de nosotras, las indígenas en la urbanidad, de las afro descendientes y de las lesbianas que portan con honor alteza y honra su identidad étnica junto a su identidad sexual.

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Matilde Brites- Trabajadora de casas particulares

Estamos acá para visibilizar nuestra situación y reclamar. Reclamamos por los abusos, por la falta de pago, por la precarización y por las compañeras que fueron despedidas sin causa durante la pandemia y son trabajadoras jefa de hogar. También porque el salario que estamos ganando es muy bajo. No es un salario digno, también por la regularización de nuestro trabajo: “El 78% estamos “en negro”, no somos trabajadoras registradas, no tenemos derechos laborales. De un 1.500.000 millones un 78% no son trabajadoras registradas. Necesitamos una campaña urgente del gobierno para regularizar nuestro trabajo. No tenemos ningún derecho, no podemos seguir así, somos las que más laburamos. Esas son las principales razones por las que estamos acá. Gracias a nuestro trabajo, muchas trabajadoras pueden salir a hacer sus trabajos. Somos fundamentales para que más mujeres trabajen. Lo que nos pasa es una cuestión de clase.

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Azul- Feriante

Soy parte de una feria autoconvocada de la que somos parte personas que realizamos serigrafía, producciones gráficas, editoriales independientes, cosmética artesanal, que de encontrarnos en la calle feriando empezamos a organizarnos para poder potenciar nuestros canales de difusión, venta y de formación e intercambio de conocimientos.

Hoy, 8M, nosotros no podemos darnos el lujo de parar porque la crisis está muy muy complicada para las personas que nos autogestionamos. Tenemos que venir a aprovechar estos momentos donde se junta un montón de gente para exhibir nuestros materiales y venderlos. Las ferias cada vez son menos y tienen cada vez más requisitos.

Muchas veces te piden un montón de plata para feriar en los espacios, por eso los lugares de difusión y comercialización que tenemos son pocos. También nos organizamos para feriar en espacios públicos, bancando la movida entre todas las personas, haciendo fletes para armar una buena instalación con mesas y luces.

Creo que hay que pensar el Ni Una Menos desde un lugar menos victimista, porque nos ubica en un lugar súper pasivo donde estamos pidiéndoles a los demás que dejen de violentarse con nosotras. Estaría bueno empezar a armar otras consignas y otros discursos acompañados de prácticas, como la autodefensa en primer lugar. Hay que salir de ese lugar de inacción y pasividad donde esperamos que las cosas dejen de pasar.

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Anahí Díaz, chica trans 

Formo parte de la Asociación Gondolín y vinimos a marchar por nuestros derechos. Queremos ser incluidas en el cupo laboral y que no nos criminalizan y no nos maltraten. Tenemos que ser aceptadas en la sociedad; podemos trabajar dignamente. También vengo a luchar para que dejen de matar a nuestras compañeras, nos discriminan por salir a la noche y nos matan. Y la policía no hace nada.
Queremos que nos acepten tal como somos, uno no decide ser cómo es, luchamos para que seamos incluidas en la sociedad. 
Más allá de que se haya decretado la ley de cupo laboral trans en muchas ocasiones