“Las redes sociales son una máquina de odiar”
La historietista Maitena reflexiona sobre el humor gráfico, la inteligencia artificial y las redes sociales, en una charla en No Es Por Ahí, el programa de stream que Cítrica produce en el canal Posdata.
Maitena nos visitó en medio de su mudanza. Deja lo que fue su hogar durante 30 años. Es cero nostálgica, no le gusta revolver el pasado y cuenta que se va a deshacer de su biblioteca, esos libros que no volverá a leer y que va a regalar a artistas jóvenes que conoce, y a su hija, que es escritora. Quiere una vida nueva y una casa minimalista.
Maitena Inés Burundarena es una de las historietistas más reconocidas de Latinoamérica, se crió en el conurbano bonaerense, en la localidad de Bella Vista, en una familia de seis hermanxs. Escribe historietas hace más de 30 años y sus chistes dieron la vuelta al mundo. Sobre estos y otros temas conversó con Nelson Santacruz y Gabriela Ivy, en No es por ahí, el stream de Posdata y Revista Cítrica.
–¿Qué cómics consumís?
–No soy una gran lectora de cómics, nunca lo fui. Me gustaban los cómics eróticos de los 80, era muy consumidora de porno cómic. Empecé a dibujar a los 21. Soñaba con hacer cómics eróticos, era lo que me gustaba porque era lo que leía y después terminó saliendo un personaje mío, Macocky. Sex Humor fue mi escuela de dibujo, copiaba a los dibujantes que me gustaban, hasta que encontré un estilo, pero pasé por muchos estilos y todo eso lo publicaba en Sex Humor.
–¿Como era el ambiente en Sex Humor, era machirulo?
–Homofobico, machirulo, tremendo, pero el mundo era así. No es que ellos eran así, ellos eran más buenos que el resto, eran pibes, dibujantes. De mi generación actual estaba Miguel Rep, éramos los dos niños, después estaban Fontanarrosa, Sergio Langer, Alejando O'Keefe, Carlos Nine. Son glorias del dibujo, son los padres de todos nosotros los que dibujamos. Ahora, los millennials siguen a Pancho Pepe, Miseria, nosotros somos los padres.
–¿Qué reflexión tenés sobre las nuevas generaciones del humor gráfico? ¿Hay jóvenes que te interesan?
–Hay dibujantes y hay gente que hace humor, pero el humor gráfico cayó medio en desgracia a partir del meme, porque el meme es muchísimo más eficaz, directo y funciona muy bien. No es para un diario, pero el meme cambió las reglas del humor gráfico y a mí me parece que está bueno porque democratizó el humor. Un meme lo puede hacer cualquiera que no sepa dibujar. Antes tenías que saber dibujar, y eso me parece que está bueno, y que le hace bien al humor gráfico, porque entonces para hacer humor gráfico tenés que dibujar bien. Y hay un montón de gente que dibuja horrible y hace humor gráfico.
–¿Qué consideras dibujar horrible?
–Algo que ves y es feo, por otro lado está de moda dibujar mal. Por ejemplo, Miseria es un pibe que dibuja mal, a mí me encanta, me parece espectacular, me encanta su cabeza, la estructura. Eso que él inventó, ese modo que está entre el meme, el humor gráfico, la poesía y el diario íntimo. Está aprendiendo a dibujar, se nota, pero es súper expresivo. Los dibujos no se dividen en buenos y malos, se dividen en vivos y muertos. Si tu dibujo está vivo, es bueno. Si tu dibujo está muerto, es malo, aunque sea precioso si cuando lo ves está muerto, es malo. Y hay dibujos de humor que son horribles y no te causan gracia.
–Tus dibujos a diferencia de otros cuando empezaste eran mujeres con ataques de nervios, despeinadas, indignadas, con los dientes para afuera, gordas, petizas, feas.
–La idea era que estuvieran todas las mujeres.
–¿Eras consciente de esa especie de feminismo que estabas mostrando?
–No, me lo empezaron a decir. Recién vi que alguien subió una historieta mía de 1985, que me había olvidado que la había hecho. Re feminista, toda mi vida fui feminista, aún sin saberlo. La verdad es que lo que tenía para decir era eso.
–¿Cómo te aceptaron eso en la década del 80? ¿Cómo lograste venderlo?
–En la época del 80 que hacía los cómics eróticos donde todos mis personajes eran mujeres, era muy fuerte de ver porque las que estaban calientes eran las mujeres. Y en lo que era humor erótico, el que estaba caliente siempre era el hombre y la mujer era objeto de deseo, pero nunca era deseante.
–Vos volteaste ese concepto.
–Exactamente. Entonces yo tenía personajes que estaban calientes. Había una que era tremenda, mis compañeros me decían que era hembrista. Agarra a los hombres, se los coge y los escupe como un carozo. Yo pensé que mi trabajo atrasaba, y ahora me doy cuenta que hay que contar todo de nuevo. Un día me dijeron, ¿Por qué todos tus personajes son mujeres? ¿No te da para ser un personaje masculino? Sí, dije voy a hacer uno, se llamaba Langa. No garchaba nunca, recién en el capítulo ocho, o sea, ocho meses después, lo hice coger con su primera novia.
–¿Los tipos llegaban a leer tus historietas?
–Se las devoraban, en la época de Sex Humor, me leían más hombres que mujeres. Y era muy interesante, preguntaban en el correo de las revistas si Maitena era un hombre o una mujer.
–Me interesa explorar tu opinión respecto a la implementación de la inteligencia artificial en el humor gráfico, los dibujos y las ilustraciones.
–Todo eso me parece una mierda. La inteligencia artificial me encanta en la medicina, en el derecho, en cosas que realmente ahorran un montón de tiempo. Hice una tira diciendo si lo querés a Miyazaki no te hagas el dibujito. Nos están robando a todos con la inteligencia artificial. Lo que pasa es que la inteligencia artificial en lo que tiene que ver con la imagen, con la estética, para mí todavía todavía es grasa. Sus imágenes son grasa y eso que grasa es una palabra que me cuesta usar pero, en este caso, le va perfecta.
–Le faltan incluso los errores humanos
–Pero más allá del error humano, la elección estética es hiperrealista. Ahí falta el arte, cuando hay hiperrealismo falta el arte, porque sino es como esos que dibujan como la foto. Para eso existe la foto. Y además me están afanando, me da mucha bronca sentir eso. Igual no sé si voy a estar cuando importe mucho. No me van a reemplazar.
–¿Se te hace fácil escribir con la presión de tener que entregar todos los días? ¿Cuál es tu técnica?
–Yo soy buena en eso. Es lo que me sale, es mi trabajo y lo tengo que hacer y lo hago. Por lo que hablo con colegas se ve que se me hace fácil a mí. Más fácil que a otros, pero no es fácil, es un plomo el deadline y yo me doy cuenta que podría estar más en el día a día, pero eso implicaría tener que trabajar todos los días, cosa a la que yo me niego. Entonces entre lunes y jueves entrego toda la semana. A veces sucede que podría haber hecho una viñeta con algo que pasó el viernes, pero todo eso lo resigno por vivir, porque no me gusta estar siempre laburando. No soy de esos dibujantes que siempre están laburando. Las adicciones de ese tipo ya las pasé. Tenés que estar muy online con lo que pasa para salir con la diaria. Lo que sí me está pasando es que me duele mucho el mundo. Hay días que laburando trato de empaparme y digo basta, no quiero leer más cosas porque te hace de goma. Estoy muy agotada de tener que encontrarle a eso horrible que leí, la vuelta para hablar de eso. También pienso que en el diario muchos de los lectores, sobre todo en el diario papel, son gente grande, entonces hago chistes de gente grande.
–En una entrevista con Gelatina dijiste algo que dijo Esther Díaz acá mismo, era algo así como que los tipos grandes no tienen nada interesante para decir.
–Es verdad. Algunos capaz tienen cosas interesantes para decir pero creo que ellos entienden mal lo que es interesante. Creo que tienen demasiado claro que son los unos del mundo y que tienen que ser los unos del mundo. Entonces cuando crecen se dedican a contarte sus logros y sus victorias en el minuto uno que los conoces, con la edad se ponen más inseguros. Apenas te conocen te dicen ‘yo vendí dos millones de libros, me publicaron en treinta países, me tradujeron a doce idiomas’.
–¿Sentís que las masculinidades tienden a ser más de derecha cuando envejecen que las feminidades?
–No es cuando envejecen. El fenómeno que se está dando ahora en este momento en el mundo es que los jóvenes son conservadores y las chicas son progresistas y hay jóvenes de 20 años más conservadores que tipos de 50 o 60 años. La edad te da un poco más de cabeza, de experiencia y de mundo. Y si no sos un cerrade de mierda, te haces un poquito más permeable y más interesante. En cambio, un pibe de 20 años cuando es conservador, es infumable porque se cree que tiene la piedra fundamental. Después descubrís a los 50 que no hay piedra fundamental. Yo lo que no entiendo es con quién van a garchar estos pibes. Las chicas no quieren estar con esos pibes. Y estos pibes están enfrente de la compu haciéndose la paja desde la pandemia. Digámoslo.
–Vos mencionaste que queres vivir, no trabajar.
–Yo quiero vivir, estoy en la contemplación de la vida, hago todo junto. Mi vida está mezclada de mucho laburo y de mucho pasar lindo. Me encanta ir a la playa con el termo, el mate, la sombrilla, la sillita, la perrita, el porrito, el libro, la música, me tomo un hongo y me quedo cinco horas mirando el mar. Las rocas sintiendo el aire me gusta, me gusta caminar, pasear, pensar.
–¿No siempre fue así?
–No, descubrí la naturaleza de grande, pero no la había descubierto porque trabajaba mucho, era madre con dos niños a mi cargo y no me fui de vacaciones hasta los 32 años. Trabajaba en verano, invierno y trabajaba siempre y a los 32 años conocí este lugar en La Pedrera. Me encantó y empecé a ir a la playa todos los días, a caminar. Muchos años después tenía problemas de adicciones y los dejé caminando por la playa, me levantaba a la mañana, caminaba 10 kilómetros y volvía planchadita.
–¿Llega un momento donde hay un clic?
–Es algo de la espiritualidad, para mi el único Dios que existe es la naturaleza y hay algo de una dimensión espiritual que te da la naturaleza y te llena un montón.
–¿Eso influye en tu trabajo?
–Si, influye en la manera de estar en el mundo, no peleo más y se nota con mi humor. Hace 30 años era mucho más virulenta, ahora tengo una mirada un poco más compasiva sobre el humano, le humane, en todas sus versiones. Creo que la gente hace lo que puede, todos hacemos lo que podemos. Hay gente que es mala. Quino tiene un libro que cuando salió no había entendido el nombre, lo sacó hace 25 años, se llamaba “Qué mala es la gente”. Tenía razón, ahora lo estamos viendo, en estas épocas de la crueldad, del disfrute de la crueldad, del disfrute de odiar, de hacer daño. Las redes sociales son una máquina de odiar, escondidos detrás del anonimato de la red social, causando daño, es espeluznante.
–Me acordé de algo que dijo Grabois en relación a esto, no hay una lucha del totalitarismo contra la democracia, sino entre la humanidad y la deshumanización en la política
–En la política y en el mundo. Hay una deshumanización global, donde lo único que importa es tener, tener guita, marcas, tecnología y mirar cripto. Un día van a desenchufar el cable y vas a ir a buscar la guitarra. Estoy segura que va a pasar algo así como pasó la pandemia, me encantaría que hubiera una crisis global, se acabó la red social. Nicolás Yard que tiene un lindo proyecto que se llama Radio Piedras, un poco fantasea con que en el mundo se acaba y nos comunicamos con radioaficionados, es lo único que queda. Esta hiperconectividad que tenemos no está buena, solo está buena para vender, es otro instrumento más del capitalismo.
–¿Cómo te relacionas con el celular?
–Soy una persona adicta, entonces tengo que cuidarme, trato de cuidarme. Últimamente estoy mejor, cuando miro el celular y lo voy a agarrar, me imagino que hay una leyenda que dice, ahí no hay nada y lo dejo porque necesito recuperar mi capacidad de concentración que era mucha y mi capacidad de lectura que también era mucha. ¿Cómo se hace para concentrarse y estudiar? ¿Cómo se hace para acordarte de los conceptos? Es muy difícil pero yo no quiero perder mi cabeza, que creo que es el gran valor que tengo entonces, si quiero mantener mi cabeza bien, tengo que dejar las redes sociales, es lo que pienso y las dejé un poco. Publico en redes una o dos veces por semana nada más, lo que pasa es que los días que publicaste te quedás mirando qué pasó, cómo andan los comentarios y eso no lo tengo que hacer, tengo que subir y dejar.