Para que no se apague la pantalla

A ocho años de su apertura, quieren cerrarlo. Su historia no fue fácil y ahora menos: la topadora anti derechos que maneja el Gobierno pone primera para que el último día de julio también lo sea para ese espacio de entradas populares enclavado a metros de la estación de trenes de Constitución, uno de los barrios porteños más marginados de la Ciudad. “Es una opción de acceso a la cultura irremplazable”, resume María Eugenia, integrante de Vecinxs y Amigxs en Defensa del Cine Artecinema, asamblea que invita a la batalla para que la película sea otra.

“Salvo el macrismo, estamos todos”, nos dice la vecina, docente y militante de Constitución. María Eugenia, la que por 15 pesitos disfruta tanto de las películas nacionales como de las de afuera de los límites del país, se prepara para la reunión de los miércoles a la tarde, encuentro que se convirtió en un clásico. “Venimos realizando acciones de visibilización porque si cierra, no solo afectará a los trabajadores, si no también a la identidad cultural del barrio. Estamos luchando desde la diversidad y respetándonos entre todos porque el Artecinema es irremplazable”, repasa. Entre las acciones, el sábado 22 realizarán un festival en el que habrá murgas, folklore y la proyección de cortos de Diseño de Imagen y Sonido (UBA), de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc), de la Universidad del Cine (FUC), del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC), del UNA Audiovisuales, de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) y de Acción Audiovisual. Con alegre rebeldía, la asamblea espera respuestas de Ralph Haiek, presidente del INCAA, el organismo que este año también sufrió el embate de Cambiemos y que el mes pasado decidió discontinuar el convenio que desde hace años tenía con los propietarios de las tres salas de Salta y Juan de Garay. El 31 de julio podría ser el día en que la pantalla se oscurezca para siempre, sin que importe la cantidad de personas que disfrutan de cada historia proyectada.

Una de amor

“Yo vivo en Constitución desde hace muchos años. Como vecina, había visto el cine pero no le había prestado mucha atención”, responde María Eugenia cuando le preguntamos sobre el inicio de su romance con el cine del barrio. El flechazo llegó más tarde, cuando coordinaba el Centro Cultural Madres de Constitución, que está a media cuadra del Artecinema. “Pasó a ser una herramienta –cuenta- porque nos abría las puertas para hacer ciclos de cine. Recuerdo que una vez hicimos uno sobre Trata entre 2014 y 2015, y enseguida generamos un vínculo con ese espacio porque era muy abierto, las puertas se abrían para los chicos del centro cultural, para quienes iban a recibir apoyo escolar en los locales partidarios y todo por un costo mínimo”. El acceso a la cultura popular quedaba a una moneda de 50 centavos. Desde lo personal, se enamoró también por las ofertas de la cartelera: “Cuando tenía un espacio libre, me iba con mis hijos a las corridas, porque te queda acá nomás, a cuadras”.

Apto para Todo Público

“Hacía unos 20 días que no iba y una compañera de trabajo que baja en Constitución me avisó que vio un cartel en la puerta del cine que decía que querían cerrarlo”. Como el peor de los tragos, amargó a María Eugenia. Dio unos pasos rápidos para llegar al lugar, vio ella el cartel y, sin dudar, empezó a luchar. Con aguante, resiste junto a la vecindad que sabe que si cierran ese patrimonio barrial y cultural, la pérdida también afectará a todas las personas que hayan disfrutado de una película en su pantalla. “Son miles de espectadores que asisten al lugar siendo éste el único espacio con el que cuentan para acceder a una sala de cine”, refuerzan desde la asamblea.

Ella, la que patea el barrio, la misma que invita al festival del sábado y a que te saques una fotografía con un cartel con la leyenda “No al cierre del Artecinema”, la amiga del cine de Constitución; insiste: “Sabemos que estamos atravesados por el avasallamiento de derechos y a las luchas las estamos dando en todos lados. Estamos en medio de un vendaval de pérdidas, pero eso no va a frenarnos. Queremos que esta fuente de cultura popular se mantenga abierta”.