Violentango: Tangos redondos, rocanroles arrabaleros

Cítrica compartió una entrevista nocturna con Adrián y Juan Manuel en una banca de la estación de trenes de Núñez. Bajo el revolotear de los murciélagos y la brisa de la medianoche, los muchachos respondieron serenamente.

¿Cómo podrías definir el estilo de Violentango?

Es muy difícil encuadrarnos, sostiene Adrián. Quizá sea por eso que no queremos definirnos, para que no nos rotulen. Sería una suerte Tango Violento, tocado con la típica energía rockera. Violentango es una composición de Piazzolla que tocamos desde los inicios, pero después fusionamos muchas tendencias. Escuchamos tanto a Los Redondos y Pink Floyd como a Pugliese y Grela.

¿Se sienten en una suerte de vanguardia del neo tango?

J.M: Para nada. Sí creemos que hacemos algo diferente, con mucha explosión musical. Somos casi como una banda de rock rindiéndole culto a Piazzolla.

Con composiciones propias como “Menos Sol”, “Barceluna” e “Intro”, las cuales pueden ser escuchadas gratuitamente en www.violentango.com, surgió una pregunta obvia: ¿Por qué Rock de Nylon, con tanto tango en sus melodías?

J.M: Tiene que ver con el acercamiento del tango a las culturas populares, dejando afuera todo tipo de idea "For Export" u otras  músicas de plástico, que hoy abundan y  son vendidas en supermercados como un paquete de fideos.

¿El disco tuvo mucho tiempo de gestación?

A: Trabajamos dos años y lo parimos felices. Tiene composiciones propias y otras de autores como Piazzolla, Salgán, y Filiberto. Lo que más contento nos dejó fue ese formato sonoro que posee, algo nuevo dentro de lo que es el tango.

No todo es color de rosa en las giras. Muchas veces, el imaginario colectivo suele creer que las giras musicales son caminos sin espinas ni conflictos. Nada más alejado de la realidad en la vida de Violentango. “En la gira del año pasado estábamos llegando a Hungría después de tocar en Serbia, y en la frontera nos pidieron pasaportes y papeles de la camioneta en la que íbamos. De húngaro no entendíamos nada, pero veíamos que el policía nos hacía gestos de que nos habíamos robado la camioneta. Le dijimos que la habíamos comprado en Barcelona, para la gira de tres meses. Lo cierto fue que ¡la camioneta tenía pedido de captura! Nos dejaron en libertad, pero secuestraron la camioneta, y nos dejaron tirados en medio de la ruta con todos los equipos. A la noche teníamos presentaciones en Hungría, y nos salvó un conocido que nos vino a buscar, que trabaja con una camioneta en una fábrica de chocolates”.

De regreso al presente, ¿cómo imaginan el cierre de la gira en La Trastienda?

“Va a ser apoteótico”, coincidieron ambos. “Comenzaremos a las 23, participarán diferentes artistas invitados, y además tendremos proyecciones audiovisuales y performances en escena. Va a ser un cierre a toda orquesta”.