Tanto de Yegua como Groncha, el peronismo erótico al poder

por Revista Cítrica
15 de enero de 2015

Revista Cítrica mantuvo una charla en el porteño barrio de Liniers con quienes forman parte del colectivo Yegua y Groncha, quienes mantienen una mirada mordaz y provocativa de la política desde el peronismo de base, lleno de arte, redes sociales y nuevas tendencias.

Llegamos. Podría ser como el tema de Manal, y que nos encontrásemos una casa con diez pinos. Las callecitas del barrio daban para un escenario así. No lo fue tanto, pero tampoco quedó tan alejado. Mucha paz en medio del ruido porteño. El colectivo artístico Yegua y Groncha llegó a las redes sociales para encontrarle una nueva vuelta de tuerca absolutamente original a la política ordinaria de todos los días. Esa cuestión que nos abrasa a diario, sí, aquello que nos quema sin querer ser parte de esa parrilla cotidiana, desde allí, animarse a parodiarla, desde un concepto erótico y satírico.

“No me genera mucho trauma desnudarme”, advierte desde el inicio Noe, la actriz principal que se pone en la piel de la Yegua y Groncha. Chiquitita y sutil, pero muy llamativa, cuenta que se inició en el teatro independiente como actriz y que, tras 15 años de remarla, comenzó a trabajar junto con el fotógrafo Max Letcher, para después poder darle vida a una serie de imágenes que -si bien nació como una propuesta estrictamente erótica-, decidieron expandirla. “El gran chiste de la política y el erotismo. Nos planteamos armar un personaje para mover a través de las redes sociales que contara nuestra historia, nuestros orígenes, pero con contenido político", explican.

 “Queríamos laburar la cuestión irónica y el humor desde un águlo nuevo, que nunca se hubiera hecho. Nos veníamos politizando intensamente, y comenzamos a meter símbolos y consignas peronistas detrás del erotismo. Nos cuesta definirnos como erotismo en sí; se trata de una cuestión muy popular. El grupo de fotografía está formado por familiares y amigos nuestros. Como locaciones de las fotografías generalmente utilizamos el entorno de nuestros familiares, en el conurbano, que son nuestros orígenes. Y en otros casos las hacemos en nuestra casa-estudio", especifican los artistas.

Yegua y Groncha tuvo su bautismo de fuego en los medios con una entrevista publicada en el suplemento Ni a palos. Desde el colectivo Y&G pensaron que sería apenas un recuadro, pero la sorpresa fue mayúscula cuando al comprar el diario advirtieron que eran nada más ni nada menos que la portada del suplemento. "Cuando comenzamos a hacer ruido, a ganar seguidores, no nos pesó para nada. Nos gusta que esto sea popular. De todos modos, tenemos menos prensa que la mierda", bromearon.

Es como la miel y las moscas. Esa atracción irresistible. El arte y la política parecen ser de mundos diferentes, pero a veces no están tan lejos, parecieran acercarse magnéticamente, y son en general los artistas los que luchan para desmagnetizar, y desactivar esas bombas. "Nos contactaron varias agrupaciones políticas para felicitarnos por el trabajo pero también para que trabajáramos con ellos, pero decidimos desestimar esas propuestas. Nosotros somos peronistas, es muy claro de qué lado estamos, pero no podemos resignar la libertad artística que tenemos por cobrar un sueldo, perderíamos la esencia. Tenemos nuestros límites bien claros. Lógocamente tenemos una gran relación con miles de organizaciones, hacemos trabajos de onda, difusiones, pero preferimos seguir trabajando así. Ya tenemos el estigma de que somos de La Cámpora y nos tildan de “Planeros”. Nos llama gente que trabaja para algún político en campaña que quiere trabajar con nosotros, pero no nos interesa".

¿Dónde están los bordes del arte? ¿Hay bordes? ¿Desde dónde se paran los artistas contemporáneos en estos tiempos tan turbulentos? A veces pareciera que esos límites son lo suficientemente laxos como para poder prescindir de ellos. Sin embargo, cada ser devenido en actor genera sus propios cercos, sus propios bordes, sus propios límites de existencia a la hora d edefinirse como tales. "No nos reímos de cualquier cosa. Hay cosas que no nos causan gracia. El tema de la muerte, la inseguridad. No nos da risa el motochorro que asalta, ni los linchamientos. la violencia explícita no nos causa gracia. Escribimos una nota o difundimos un comunicado, pero no ironizamos con esos temas. No es nuestro estilo".

"A veces son más los mismos compañeros los que quizá se ofenden, o nos atacan desde el lado del feminismo. A veces es divertido porque hay gente sensible dentro del kirchnerismo a la que le parece políticamente incorrecto todo esto. Algunos se indignaron cuando hicimos la foto de la malla con las manos de Perón. Son tiempos diferentes, ese tema es algo mítico ya. Por ejemplo, yo no podría jugar con la figura de Néstor. Pero lo de Perón es otra cosa", afirma Noe. Mientras tanto una gata se despereza, y entre mate y mate surgen las reflexiones. A veces, más papistas que el Papa, las piedras en el zapato vienen desde el mismo movimiento.

"Y desde el feminismo, quienes nos criticaron terminan siendo más machistas que Cacho Castaña. Confunden desnudo con cosificación. Nosotros jugamos con el culo, el cuerpo, nos divertimos con eso, pero no lo vendemos como una cosa, se trata de un hecho artístico. Las cosas terminan confundiéndose, pero no es así", explican.

"Tengo la fantasía de que un día Cristina, en medio de un discurso, muestre una foto nuestra y diga '¿Qué es esta bosta?'. Mejor cierre para una tarde de realismo mágico, imposible.

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