Ser Nanero, ser libre

por Revista Cítrica
07 de junio de 2017

La NAN surgió como agencia, luego blog, más tarde revista, ahora sitio web imprescindible para quienes buscamos periodismo y compañerismo. La historia de los que la soñaron, contada por ellos mismos.

La revista NaN nació en marzo de 2011, pero la primera semilla germinó en noviembre de 2006, con la creación del blog cultural Agencia NAN (agencianan.com.ar). Por entonces todavía éramos un puñado de estudiantes de periodismo y comunicación de la UNLZ (Universidad Nacional de Lomas de Zamora) que nos proponíamos, entre otras cosas, “un proyecto periodístico que intenta tres inclusiones: la de artistas, colectivos culturales e instituciones a la difusión de sus actividades; la de públicos al conocimiento y aprehensión de informaciones alternativas; y la de periodistas a la práctica profesional. Todo en la búsqueda de modos alternativos de plasmar la producción artística y cultural contemporánea, independiente, autogestiva y comunitaria”.

Desde la Agencia, ayudamos a nuevos compañeros con su formación. Crecimos junto al proyecto. Ya no somos los mismos, en amplios sentidos. Pasamos de ser estudiantes a consolidarnos como periodistas profesionales.

Aunque no estamos todos los que iniciamos este camino, hemos sumado a una cantidad enorme y valiosa de periodistas, fotógrafos, diseñadores y dibujantes que traen aires nuevos, y permiten que la maquinaria funcione. Una suma de voluntades, sin la cual nada sería posible.

Hubo momentos de altibajos e incredulidad, pero cuando miramos hacia atrás y vemos lo conseguido y producido, entendemos que tenemos entre manos un producto formidable basado en el trabajo. La prepotencia de laburo, dijo uno que sabía algo sobre estas cosas. 

En primera instancia, podría decirse que NaN somos quienes la hacemos día a día. Porque, al tratarse de un proyecto autogestivo y no comercial, la existencia del medio depende de nosotros. Pero también obedece a la presencia de lectores atentos y artistas honestos. 

No hay patrones, sino horizontalidad y debate. No corremos detrás del “éxito”, no competimos con nadie ni buscamos grandes ganancias. Queremos sumar otras voces: novedosas, calladas, olvidadas, omitidas, diversas. En fin, pluralidad. Estamos convencidos de que otro periodismo es posible y que se construye parando la pelota, caminando tranquilos y atentos a nuestro entorno. 

Como muchas revistas autogestivas compañeras, contemporáneas, que nos complementan, buscamos ser el reflejo de una generación. Junto a ellas construimos y sostenemos la Asociación de Revistas Culturales Independientes de la Argentina (AReCIA). Entre todas celebramos, desde mayo de 2013, luchamos para que sancione el proyecto de Ley de Fomento de las Revistas Culturales Autogestivas: el proyecto de ley exige el reconocimiento a un sector social y económico que promueve la multiplicidad de voces y que tiene su impacto en la economía: una tirada promedio mensual de 350 mil ejemplares, y 1.750.000 pesos de desembolso en la industria pyme gráfica.

 Como estructura, AReCIA nos contiene a todos, pero no se cierra en nosotros. Busca integrar publicaciones de todo el país y mejorar las condiciones en las que circulamos, que en la actualidad son adversas: por un lado, las reglas del mercado comercial, que no sólo dificultan la llegada a más y más lectores, sino también los impedimentos ante la impresión de las revistas y la solvencia de los proyectos.

 "¿Qué es NaN?”, preguntó un compañero nuevo durante la última reunión, la de cada jueves. Y hubo risas. Porque aunque a veces no la formulemos, es una pregunta que está siempre presente desde los primeros encuentros. Quizás es nuestra pregunta más importante. Encontró muchas respuestas diferentes. No antagónicas, pero sí diversas, porque uno de los puntos más destacables del equipo es la libertad periodística, la libertad de agenda. 

No hay una bajada de línea de ninguna empresa o gobierno. La línea editorial es el resultado de cada discusión, de cada risa, de cada enojo, de cada puteada. Porque, ante todo, somos un grupo humano con miserias y virtudes que elige construir un proyecto común.

 Algunas escenas dan cuenta del camino recorrido. Desde las primeras entradas de prensa hasta una entrevista-gira con Pablo Lescano. Desde las primeras felicitaciones de compañeros de la Facultad, hasta las distinciones de TEA (nominados como mejor sitio periodístico cultural). Del Premio Abelardo Castillo de Revistas Culturales de la Secretaría de Cultura de la Nación a la revista en la calle. 

Desde las primeras charlas en la cátedra Taller de Escritura en la UNLZ hasta la participación en foros, entrevistas radiales, gráficas, y mesas de debate. Desde la realización de una fiesta para juntar plata y hacer un sitio web, hasta la mutación en productora de festivales culturales en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.

 Después de once años de arduo trabajo, aprendizaje y procesos de prueba y error, esta aventura colectiva continúa.

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