Un triunfo de la clase obrera

por Juane Basso. Redacción Rosario
12 de septiembre de 2013

Tras cinco meses de toma pacífica, la empresa Fabricaciones Rosario se transformó en una cooperativa.

Cinco meses después de iniciar la toma pacífica de Fabricaciones Rosario, una empresa productora de repuestos para la industria automotriz llevada a la quiebra por su patronal, veintidós trabajadores reabrieron este jueves la planta tras formar una cooperativa y conseguir la autorización del magistrado que lleva la causa judicial.

“Veníamos luchando desde hace tiempo para poner en marcha la cooperativa, ya estaba formada como corresponde, y hoy finalmente firmamos con el juez Marcelo Bergia, de la 9ª Nominación, quien nos autorizó a abrir las puertas de las empresa y a operar por seis meses en forma provisoria”, informó sin ocultar su orgullo Héctor Vara, antiguo delegado de la empresa por el gremio de los trabajadores metalúrgicos, y flamante cooperativista.

“Hoy fue un día especial para todos nosotros, a las 8 de la mañana firmamos los 22 socios de la cooperativa en el juzgado la autorización para volver a producir. Vamos a ser monitoreados por la facultad de Ciencias Económicas de la UNR, pero hoy los 22 trabajadores ya nos pusimos en marcha la fábrica y estamos trabajando, la cooperativa se llama Cooperativa de Trabajo Fabricaciones de Rosario Limitada”, añadió Vara.

“Ya abrimos las puertas, ya pueden pasar a ver como está la empresa –ubicada en Presidente Perón 7415– en funcionamiento”, contó exultante el metalúrgico. “Apenas llegamos los 22 y ya nos pusimos la ropa de trabajo y nos pusimos a producir lo que nosotros hacemos, que son válvulas de carga, de cilindro, electroválvulas, todo lo concerniente a la industria automotriz de la parte GNC, inclusive para máquinas agrícolas y piezas específicas según nos piden diversas empresas”, detalló.

El operario precisó que la empresa ya tienen numerosos pedidos “de importantes clientes de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Salta”, entre otros. Vara precisó que las que producen “son todas piezas de alta calidad” para el mercado de GNC, al cual calificó como “muy amplio” y con una demanda “constante”.

El trabajador metalúrgico se mostró confiado de que el nuevo emprendimiento será monitoreado mes por mes tanto por el juzgado como por la facultad de Ciencias Económicas, aunque también apuestan a tener la autorización definitiva de la planta y las maquinarias. “Ahora todo depende de nosotros”, remarcó.

Con respecto a la propiedad de las herramientas de producción, Vara explicó que los trabajadores son “depositarios judiciales de las maquinarias” y agregó: “podemos usarlas por el momento, pero luego vamos a tratar de comprarlas en la quiebra, con la indemnización que nos corresponde, tenemos más de veinticinco años de trabajo en la empresa, y luego vamos a ponerlas a nombre de la cooperativa”.

“Fue un triunfo de la clase obrera. Los últimos 12 meses no tuvimos obra social, cobertura médica, aportes previsionales, y hoy nos ponemos en marcha con todo como corresponde”, reflexionó Vara.

El 7 de mayo de este año, veintidós trabajadores de Fabricaciones Rosario, comenzaron la toma pacífica “en el marco del abandono realizado por parte de los empresarios y su intento de vaciamiento”, según la definieron los propios empleados.Tras presentar el pedido para reabrir la fábrica bajo la gestión cooperativa los trabajadores, desde el juzgado se les había solicitado “un plan de factibilidad”, que fue presentado en junio y que contó con la supervisión de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario.

“La patronal primero dejó de pagar sueldos y aportes patronales entre otras cosas, luego cortaron la compra de insumos, no reinvirtieron fondos y finalmente se borraron”, repasa Vara la historia de cómo la empresa se olvidó de sus empleados.

Rubén de Jesús, otro de los empleados de la fábrica, remarcó por su parte: “Permanecimos en huelga pacífica adentro de la planta todo este tiempo, defendiendo nuestra fuente laboral, pero debimos pasar muy duros momentos”.

“Nos ayudaron mucho nuestras familias, los clientes de la fábrica, que siempre se mostraron interesado en que sigamos, y las empresas recuperadas de Rosario, de cooperativas como Cooperar, Mil Hojas y otras, que con su solidaridad nos alentaron a seguir adelante”, agregó De Jesús.

De acuerdo al relato de los obreros, la situación de la empresa entró en un cono de sombras desde fines de 2012 cuando Carlos Auyero, el dueño original les comunicó que había vendido la compañía a Fernado Miguel Godoy. “Nunca quedó muy en claro ese supuesto traspaso, y no lo hemos podido confirmar con ningún documento”, subrayó Vara.

Los ex empleados denunciaron además que los empresarios “se habían llevado el dinero, vendieron toda la producción pero no invirtieron en nueva materia prima”.

El 28 de mayo el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la 9a Nominación de Rosario dispuso la quiebra de la empresa. Con su representantes legales, y con el apoyo del sindicato más los ministerios de Trabajo Provincia y Nación, los trabajadores lograron tres días después la suspensión de una orden de desalojo y secuestro de maquinarias ante la justicia.

Tras confirmar la autorización de la justicia para reabrir la fábrica, Héctor Vara realizó este jueves un “agradecimiento especial para la cooperativa Cooperar 7 de Mayo de Villa Constitución por su apoyo”, también a la Federación de cooperativas de la República Argentina (Fecotra), y a las cooperativas rosarinas a Mil Hojas y La Cabaña. “Yo creo que el cooperativismo hoy en la República Argentina ha dado un paso muy importante”, concluyó el metalúrgico.

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