¡Ey, cabrón!

por Revista Cítrica
16 de agosto de 2016

La Cooperativa Kbrones nació como una necesidad de inserción laboral de personas con antecedentes penales. Hoy, más de 15 asociados/as apuestan al trabajo con dignidad.

Cuando a un preso se le acerca la hora de salir de la cárcel, suele preguntarse cómo hacer para "no bardearla más”. Y piensa si allá afuera habrá alguien capaz de darle una mano. Una segunda oportunidad. A veces estar adentro es más seguro que salir al mundo y recibir la cachetada. “Cruzás el portón y estás solo en la calle, sin una moneda ni para el bondi que te lleve a tu casa.Vas a buscar laburo y no tenés experiencias, solo antecedentes. La sociedad muchas veces te da la espalda”, narra Marcelo Vargas,  uno de los socios fundadores de Kbrones, la primera experiencia cooperativa en contexto de encierro.

El proyecto asociativo que fue impulsado en 2009 por Marcelo y otras personas privadas de su libertad, que cumplían la última etapa de sus condenas en  la Unidad 12 de Gorina (La Plata-Buenos Aires), hoy genera 15 puestos de trabajo genuino en sus talleres del barrio de Barracas, produce indumentaria de trabajo para diferentes empresas y brinda capacitaciones para otros presos. Ellos se organizaron para cambiar prejuicios por trabajo, y hacerse unos mangos dignamente.

Lo que en la actualidad es una fábrica que no deja de producir fue posible por el coraje de un grupo de personas que aceptaron estar privados de su libertad, pero no de su derecho a tener una vida mejor. “Cada uno de nosotros estaba buscando un cambio profundo. Nadie puede ser feliz delinquiendo, ese mundo es feo y oscuro, nunca tenés paz. Cuando estás afuera siempre estás escapando de algo y adentro todo se vuelve más horrible todavía. El sistema penitenciario genera más desigualdad y rencores, y sin embargo nosotros transformamos lo negativo en trabajo”, asegura Marcelo.

Cuando tenían sus  primeras producciones de  marroquinería (estuches para anteojos, portatermos y carteras) solicitaron autorización  para comercializar afuera del penal. Julio Fuque, otro de los fundadores, fue el primero en salir, y poco tiempo después Marcelo. Ya en libertad, patearon la calle desde otro lugar. Kbrones hoy confecciona camisas, chalecos, camperas y diferentes artículos de cuero: bolsos, carteras y cinturones.

A los Kbrones también los acompañaron sus familias, orgullosas de la cooperativa. “Duele ver a un hijo preso y saber que la sociedad lo va a discriminar de por vida. Julio además tenía una familia que sostener. Fue muy difícil todo pero nunca dejé de creer en él. Hoy soy la mamá más feliz del mundo”, dice Sara Cardozo, desde siempre, la mamá de Julio y, desde hace 7 años, su compañera de trabajo. Creyó en el proyecto y se sumó a la cooperativa desde el día cero. Para eso tuvo que dejar su trabajo de empleada doméstica con cama adentro y aprender a coser.

“El amor hacia las personas que amás, a tu familia y tus hijos, te puede dar fortaleza para cambiar. Eso es lo que les pasó a estos chicos. Se me infla el pecho de orgullo cuando pienso en todo lo que lograron, en lo que logramos juntos. Ahora las vueltas de la vida me llevan a ser dueña de una empresa, soy una kbrona más”, dice Sara.

Es que el modelo cooperativo sostiene fuentes de trabajo y permite pegar el volantazo. “La cooperativa me dio la oportunidad de recuperar todo lo que perdí, recuperar a mi familia. Nosotros aprendimos mucho de los golpes que nos dimos. Todo eso lo queremos transmitir, por eso es que vamos a todas las charlas que nos invitan y capacitamos. De las experiencias negativas también se aprende mucho”, señala Marcelo.

El objetivo hoy es producir y vivir del trabajo textil. Actualmente, Kbrones lleva adelante una línea de ropa de trabajo para las cooperativas eléctricas de la provincia de Buenos Aires. Varias empresas asociativas acordaron comprarle indumentaria. Y también apuestan a combatir la mano de obra barata y la explotación laboral. Además los Kbrones rescataron a trabajadores en condiciones de esclavitud en talleres clandestinos. "Esto es mucho más que una cooperativa", aclara Marcelo.

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