"Estamos en la peor situación medioambiental de la historia"
por Revista Cítrica01 de agosto de 2016
En el Día de la Pachamama, el biólogo Raúl Montenegro alertó sobre los puntos más sensibles del ecosistema de nuestro país: desmontes masivos, contaminación del suelo y hasta un posible derrame nuclear.
Este lunes empezó el mes de la Pachamama, está bien, pero mucho para festejar no tenemos. Porque a los problemas sociales y económicos que vive el país habría que agregarle otro, quizás más importante, pero muchas veces invisible: el deterioro de nuestra naturaleza. En diálogo con Cítrica, el biólogo y premio Nobel Alternativo, Raúl Montenegro, reconoció que la situación se agudiza año tras año. Y nada hace presagiar un cambio: “Argentina está en la peor situación medioambiental de su historia”, dice el representante de la FUNAM en el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
¿Por qué es el peor momento de la historia?
Porque no hay sitios del país en que no se haya retrocedido en este aspecto. Desde todo punto de vista: desmontes, uso de plaguicidas, contaminación industrial, contaminación de las aguas, riesgo de un derrame nuclear. Se ha destruido, por ejemplo, el 82% de los bosques nativos. Nunca antes hubo tan poca superficie cultivada. Nosotros consideramos, con criterio conservador, que hay alrededor de 12 millones de personas expuestas a los efectos de los plaguicidas. Por año se vuelcan 310 millones de litros de estas sustancias en los suelos de Argentina. La consecuencia está a la vista: el país tiene la más baja biodiversidad de toda su historia y, al mismo tiempo, es el momento en que más organismos transgénicos se utilizaron.
Se refirió a un posible riesgo nuclear, algo impensado para buena parte de los argentinos.
Es otro punto crítico. Argentina tiene tres lugares: Embalse, Atucha y Atucha II. En caso de un accidente nivel VII en la escala de INES, que es el parámetro para medir los accidentes nucleares, un hecho de las características de lo que sucedió en Chernobyl o Fukushima, el impacto alcanzaría de 500 a 700 kilómetros.
En este panorama tan negativo, ¿hubo algún avance en el último tiempo?
Sí. Existen numerosas iniciativas. Por ejemplo, la agricultura orgánica o los nuevos parques para desarrollar energías con fuentes sustentables hacen que se atenúen determinadas problemáticas vinculadas al ecosistema. Pero tiene que quedar algo en claro: no hay relación entre el crecimiento de lo malo con el crecimiento de lo bueno. Todo pasa en un contexto en el que la mayor parte de la sociedad no tiene una verdadera dimensión de lo que está sucediendo. Es entendible: la mayor parte de la población vive en ciudades, y allí es más difícil percibir los problemas. Esa falta de percepción ayuda a que esta problemática no se detenga.
El alimento del futuro
Un cuento de Pablo Ramos sobre la guerra de Malvinas con ilustraciones originales de Omar Martini.
“Las personas mayores somos el grupo más discriminado”
Pacho O'Donnell dedicó gran parte de su carrera a revisar la Historia oficial y con 82 años hace un viaje introspectivo a su propia historia. Su relación con la muerte y la eutanasia, la desaparición física del espacio público y la reinvención personal para ser viejo en plenitud.
Buenos Aires: la ciudad demolida
El nuevo código urbanístico y el Gobierno de la Ciudad habilitan a constructoras e inmobiliarias avanzar, quizás como nunca, sobre el patrimonio arquitectónico porteño. Casas demolidas a pesar de protestas vecinales, 18.195 inmuebles históricos en un limbo y la discrecionalidad del Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales. Una gestión Real Estate a la que la pandemia no le cambió su mirada.