El tipo de la app me lo cuenta

por Revista Cítrica
01 de julio de 2017

En el ciclo "Conversaciones en el Bauen", el periodista y narrador de fútbol Matías Canillán -hijo dilecto del legendario "Competencia" conducido por Víctor Hugo Morales- habló sobre "Relatores": la primera aplicación de celular a nivel mundial, exclusiva de transmisiones de partidos.(Primera parte)

Podría tratarse de la versión de la radio a galena, pero en el siglo XXI. Con Víctor Hugo Morales a la cabeza, junto a Matías Canillán y el resto del equipo que otrora fuera el del histórico "Competencia", parieron "Relatores", la app exclusiva de narraciones de partidos de fútbol, sin antecedentes a nivel mundial. Matías infla el pecho, prende el primer cigarrillo de la tarde, agradece el mate, y cuenta, narra, relata. Así como lo hace frente a los micrófonos, dibujando trazos, garabatos sobre lienzos, cada vez que hace fantasear al éter con una pintura de gambeta.

-¿Cómo surgió Relatores?

-Cuando nos echaron de Continental, empezamos a mirar y –haciendo una lectura de los medios- nos dimos cuenta de que lo que había pasado no era un cambio de un equipo de deportes. Fue un cambio de manera de hacer periodismo deportivo. Y que iba a ser complicado reinsertarse. Para colmo, Víctor Hugo quedó estigmatizado políticamente, y todo eso generó que empezáramos a quedar al costado. Y ahí nos empezamos a preguntar qué íbamos a hacer. Y después de buscar espacio en los medios tradicionales, apareció la idea de hacer una aplicación. No teníamos ni idea de cómo hacerlo, así que buscamos a un amigo experto en el tema que se ocupó de desarrollar y vender la idea, hasta transformarla en realidad. Nos llevó casi un año y bastante inversión. Todavía no estábamos  como queríamos para arrancar, pero nos ganó la ansiedad y nos lanzamos. Además nos apuramos porque este proyecto no tiene antecedentes en ningún lugar del mundo, y no queríamos que alguien se nos anticipara. Ojalá que la idea prenda en otros equipos de periodistas y empiecen a aparecer más intentos como el nuestro. Lo maravilloso de este proyecto es que el público puede escucharnos sin intermediarios. No dependemos de la voluntad de un dueño de medios. El que quiera escuchar al “equipo de Víctor Hugo” puede hacerlo sin que dependa de ninguna otra cosa que su voluntad. Porque, además, la aplicación “Relatores” es de descarga gratuita, así como todos sus contenidos. Y quienes no tengan teléfono inteligente ni tablet, pueden escucharnos en cualquier computadora con internet ingresando a www.relatores.com.ar. Al mismo tiempo, Relatores llega justo antes que –lamentablemente- se termine Fútbol Para todos. Y como es probable que mucha gente no pueda pagar lo que costará verlo por TV, Relatores se transformará en una manera de poder -al menos- escucharlo.

-¿Cómo se organizan para la elección de partidos?

-La elección es la tradicional, la que se realiza en radio: por la importancia de los partidos, por los equipos que los juegan y por quienes pelean el título. Las designaciones para la cobertura de los partidos es más complicada porque hay que contemplar los otros trabajos y obligaciones de cada uno, e ir armando el fin de semana como un rompecabezas. Nosotros formamos una cooperativa para llevar adelante la aplicación, porque es indispensable una estructura que permita desarrollar el proyecto de manera ordenada y transparente. Cuando los integrantes de la cooperativa –por cualquier motivo- no podemos llenar los casilleros de todos los partidos, convocamos a amigos por afuera de Relatores para cubrir eso huecos.

-¿Ya hicieron todos los trámites para conformarse formalmente como cooperativa?

-Si, hicimos absolutamente todo. Desde antes de debutar, Relatores ya estaba constituida como cooperativa. Eso es indispensable porque te permite pagar, facturar, cobrar y realizar operaciones bancarias, por ejemplo. Lo primero que hicimos cuando nos decidimos a llevar adelante la idea fue armar la cooperativa. Porque ante todo queremos que nuestro proyecto sea serio, prolijo y transparente.

-¿Habías vivido de cerca la experiencia del cooperativismo alguna vez?

-No, para nada. En su momento, por supuesto, había ido a visitar a la gente de Tiempo Argentino, y siempre me acerqué a las experiencias cooperativas, interesado en ellas, y a lo de Tiempo uno lo vivió como un drama horrible porque sabemos cómo es el medio, cómo son las cosas, y la angustia que provoca. Pero nunca me tocó formar parte de una cooperativa. Ahora que me toca formar parte me doy cuenta que una de las cosas que más exige es organizarse para poder abarcar todo lo que reclama un proyecto como Relatores. Y lo estamos resolviendo así, cada uno se ocupa de una parte.

-¿Cuál es el papel de Víctor Hugo en Relatores?

-Su papel principal es el de colaborar con nosotros participando del proyecto, poniendo su nombre y su trabajo a disposición. Desde el primer momento nos dijo que "está para lo que lo necesitemos". Lo que él quería era darnos una mano para que pudiésemos volver y por eso –con su generosidad de  siempre- pone su cara. Pero no forma parte de la cooperativa ni se lleva un peso, y eso demuestra todavía más la clase de valores que mueven a Víctor Hugo. Su función en Relatores es relatar el partido del domingo, el partido más importante.

-¿Cómo estás viendo a la profesión del periodista deportivo hoy?

-La situación laboral en periodismo está durísima. Entre los recortes que hubo en todos lados, la precarización y el cambio de paradigma en el periodismo deportivo, el modelo del equipo “Competencia” dejó de ser atractivo. La profesión cambió totalmente. Ahora está impuesto el modelo que creó Torneos con la Escuela de Niembro y Araujo, y que se replica en todos lados. Se trata de desacartonar al periodismo deportivo, que el fútbol sea un entretenimiento, en el que se habla cada vez menos del juego. Se instaló esta cultura de polemizar y hablarse a los gritos, y de utilizar un lenguaje que es cada vez peor.

-¿Cómo sentís que repercute esta situación en el día a día de las personas que consumen deporte a través de los medios?

-Tengo un hijo de 9 años, que ama el fútbol, y ya no puedo escuchar un programa de fútbol en la radio con él. Porque, sin importar la hora que sea, los periodistas sueltan malas palabras impúdicamente. Me pasó varias veces y lo sentí como una emboscada. ¿Qué derecho tienen a exponer a un pibe a algo así en cualquier momento? Entonces pienso “¿no tienen hijos?”, “¿no les importa que los escuchen decir semejantes barbaridades?”, “¿no les importa?”. Realmente no lo entiendo.

El ejemplo más cercano es el del asesinato del hincha de Belgrano en el estadio Mario Kempes, durante el clásico de Córdoba. El tratamiento del tema no se concentró en los argumentos que llevaran a explicar y repudiar el hecho. La disputa periodística era quién puteaba más al tipo que había provocado la caída del hincha. Cuantos más insultos se decían, se buscaba demostrar mayor rechazo a lo sucedido. Y eso, desde el periodismo, no aporta nada a la educación y al crecimiento del oyente/espectador. Lo único que hace es aumentar la indignación. Es demagógico, chato, hipócrita.

-¿Hubo alguna génesis de todo esto?

-Creo que todo empezó cuando el periodismo deportivo hegemónico necesitó un atajo para hablar sobre algo del fútbol sin meterse en los negocios de los que era cómplice de Grondona. Como no podían decir nada sobre el robo al fútbol argentino y sudamericano porque eran socios de Grondona en el afano, decidieron apuntar al espectáculo y el divertimento.

Grondona les regaló a precio vil los derechos de TV del fútbol (que son de los clubes) a cambio de retornos y protección periodística. Ganaban ellos a costa de los clubes, que se perdieron de ganar millones y millones de dólares. Ese es el motivo por el que, durante dos décadas, se ocultó la corrupción que después destapó el FIFA Gate. Cuando se conoció el Fifa Gate, en todos los canales de Torneos prohibieron mencionar a Burzaco. Entonces se les cayó la careta a los periodistas deportivos que “se hacen los guapos en la puerta de los jardines de infantes”. Los que matan en una crítica a un arquero que salió mal, a un volante que no cerró, a un delantero que se perdió un gol imposible, pero que cierran la boca ante un patrón corrupto que roba a los clubes. Entonces, ¿cómo podés hacer periodismo deportivo de esa manera? Por eso decidieron ir por otro lado.

-Tampoco se habla del juego, más allá de los casos de corrupción flagrantes

-Para el nuevo modo de hacer periodismo deportivo, hablar del juego se volvió aburrido. El fútbol es impacto, espectáculo, show. Y eso dejó de estar en lo que pasa en el césped, sino en lo que rodea al juego. Nosotros convivimos unos seis meses con quien fue designado como nuevo gerente de programación de Radio Continental (Julián Etcheverría). En la primera reunión que tuvimos, el tipo -mientras carburaba cómo hacía para echarnos- nos bajó línea de los cambios que quería para Competencia porque “lo de ustedes ya no va más”, dijo. Y explicaba claramente: “acá hay que hablar de River y de Boca el 80% del tiempo; de la selección hablen un poquito y si le está yendo mal –si le iba bien, nada, no le importa a nadie- y de los otros equipos, apenas una mención”. Ese fue el discurso. Y si se fijan, es lo que se reproduce en todos lados. El “modelo Torneos” replicado en la mayoría de los medios audiovisuales. Porque, además, eso les trae beneficios secundarios de las empresas para las que trabajan los integrantes del nuevo equipo: publicidad, acceso a derechos de torneos internacionales, etc. El nuevo modelo instala a los mismos periodistas en radios y canales y se alimenta a sí mismo.

-Son los tiempos modernos.

-Sí, son los tiempos que se imponen, lamentablemente. Ponen a dos tipos, que son los que deciden todo, y el periodista debe someterse a sus decisiones. Ahora, los gerentes de programación están puestos para sumar a su sueldo, lo que ahorren en periodistas. Tan degradado está todo que ya no hace falta explicar demasiado. Los mismos periodistas –conocedores de cómo viene la mano- ya actúan como los jefes esperan, mansamente.

Otra característica que apareció en el Periodismo Deportivo actual es la crítica despiadada. La moderación para opinar ya no se usa, como si hubiera pasado de moda. Vos no podés decir “para mí Mascherano cumplió un ciclo en la selección argentina”. La crítica ahora es “Mascherano, que vaya a hacer el trámite al PAMI y que se retire del fútbol porque ya no puede jugar más”. ¿Por qué se llega a ese grado de violencia? Y esto es algo que se ha derramado en toda la sociedad, lo ves en las redes sociales.

-Ustedes siempre mantuvieron la mística de Competencia, con un público fiel.

-Sí claro, lo que pasa es que era un público marginal. Competencia, al final, se había transformado en un programa de culto.Se instaló una nueva forma de hacer y consumir periodismo sobre fútbol y se transformó en paradigma. Las empresas establecieron que el periodismo debía defender sus intereses y garantizar el show. Se logró una “mutación genética”de los periodistas deportivos para que aseguraran el espectáculo sin meterse con los intereses de sus patrones. Y eso es lo que manda. Si prestan atención, el lunes después de una fecha de fútbol casi ni se habla del juego. Se lo sobrevuela, sobre todo si existió polémica. Pero el foco está en lo que generó escándalo y en lo que vendrá. Es una tendencia quese repite casi mecánicamente.

-Todo se vuelve repetitivo.

-Hay tipos que perduran durante toda su vida hablando de lo mismo, y Víctor Hugo siempre tuvo muchas más inquietudes. Lo que hizo él con el relato en sí, supera a lo que Maradona hizo en el fútbol. Porque Diego fue bastante más que Pelé; pero Víctor Hugo agarró una profesión y la dio vuelta. Reinventó una actividad en la que parecía que estaba todo inventado.El tipo vino y nos dejó a todos con la boca abierta, poniéndole poesía, metáfora. Inventó un idioma nuevo. Un tipo con la cabeza distinta, de otra dimensión. Y eso mismo lo llevó siempre a tener inquietudes que estaban muy por encima del deporte. Desde principios de los 90, cuando se dio la alianza Grondona y Torneos-Clarín, Víctor Hugo advirtió que el fútbol argentino sería robado. Y comenzó a denunciarlo en soledad absoluta. Dijo que se quedaban con los cables del interior montados en la exclusividad de los derechos del fútbol. ¡Y así pasó! Construyeron una red de claves en todo el país, con la extorsión de los derechos del fútbol. Peleó siempre en soledad y por convicción. En el 2000, después de tanto pelear, fue invitado al Congreso a exponer sobre la imposibilidad de la sociedad de ver a la Selección en vivo en las Eliminatorias. Y logró, con ayuda de varios legisladores, que la Selección se viera por tv abierta. Varios años después, aparece un gobierno que da batalla contra Clarín/Torneos e impulsa la Ley de Medios, algo que jamás imaginó que podía pasar. Víctor Hugo apoyó un proyecto que levantó las banderas por las que él peleó SOLO durante 15 años y dicen que se vendió. Pero si como si eso resultara poco, en 2015 vino la Justicia norteamericana y le dijo, “lo que usted dijo durante 25 años no solamente es cierto, sino que acá tiene las pruebas”. ¿Qué más tenés que hacer? ¿Qué más tenés que demostrar para consagrarte para siempre como periodista?

-Y Alejandro Burzaco, en este contexto, tuvo que pagar millones de dólares para no ir a la cárcel.

-Treinta millones van. Primero pagó diez para no estar preso. Y después pagó 20 más para tener  salidas transitorias en un determinado espacio. La investigación de la Justicia norteamericana determinó que Alejandro Burzaco fue testaferro de Julio Grondona. Burzaco pagó coimas a todos los dirigentes de la Conmebol –Grondona incluido y privilegiado- a cambio de obtener derechos de televisión del fútbol argentino, Copa Libertadores, Copa Sudamericana, Eliminatorias y Mundiales, entre otros. Esto está comprobado y escrito en la resolución final de la fiscal norteamericana Loretta Linch, responsable de toda la investigación. 

 

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