“El paro atraviesa todas las clases sociales”

La historiadora Dora Barranco afirma que es un hecho sin precedentes e inaugura una tradición de huelga de las mujeres.

Por Dora Beatriz Barrancos*

Es la primera vez en nuestra historia que se da una continuidad tan rotunda para concentrar el significado de la violencia contra las mujeres. Tres actos en tan corto tiempo marcan el camino: el #NiUnaMenos el año pasado, el de este año y la marcha de hoy. Sin dudas, el  paro es significativo. Manifestaciones hubo muchas, importantes todas pero la novedad es el paro, la decisión de hacerlo ha sido de una bellísima inteligencia. Es que hay una cadena de vibración en esta convocatoria.

En la explanada del Conicet nos reunimos cientos de mujeres. Eso es novedosísimo porque no es un ámbito donde se agiten las cuestiones públicas, y mucho menos las situaciones gravitantes para nuestras vidas. Todo eso hace pensar que este paro es inaugural. No existió en la historia reciente del mundo, y nunca en nuestra historia,  un acontecimiento como el que estamos viviendo: las mujeres paramos. Nada más ni nada menos, es impactante.

Es una cuestión inaugural en Argentina. Una más. Primero la larga tradición del Encuentro Nacional de las Mujeres, que este año reunió a 70 mil, el #NiUnaMenos y ahora estamos inaugurando una tradición de huelga de mujeres, que se parece bastante a la famosa huelga de sexo, que alguna vez se hizo de manera mitológica en piezas teatrales griegas, y a la huelga de vientre. Son condiciones novísimas de re-subjetivación que están sucediendo en nuestro país con proyección a toda América Latina.

La gracia de este movimiento es que aquí la identificación femenina se cruza con la identificación de trabajadoras. Ese enlace es muy inaugurador también porque no es un movimiento que enlace sólo la situación en cada una de las unidades de trabajo, sean instituciones, empresa, hospitales o escuelas, es una movilización interesante porque interpela a todas las clases.

Hay una condición de identidad como mujeres que permite movilizarnos en nuestros trabajos pero de una manera articulada, y eso atraviesa las clases. Es enorme el paso porque lo que vamos a sugerir es que ninguna clase social ahorra victimar a las mujeres. Las clases populares, medias y altas tiene en la condición femenina un sujeto de enorme vulnerabilidad. Ninguna mujer está exenta de la violencia machista. Claro que los sectores populares tienen más problemas en las condiciones vitales, pero hay un lazo de unidad. Tanto la mujer pobre como la rica están en riesgo: pueden ser víctimas de la violencia más cruel. El paro de hoy nos junta en la identidad atravesando todas las clases.

Y hoy estamos acompañadas por muchísimos varones. En realidad en las dos marchas del #NiUnaMenos tuvimos una enorme compañía de ellos. En cantidad y espíritu;  los motivos que portaban, las ideas que expresaban, muchas veces en sus propios cuerpos con carteles. Eso también significa mucho.

El primer feminismo tuvo una compañía de varones bastante interesante. Debo recordar que la primera asamblea feminista en Estados Unidos tuvo un 30 por ciento de varones presentes. Es fundamental que los varones en la autoimpugnación de su estructura patriarcal digan: ‘Bueno, nos estamos dando cuenta de algo y queremos que esto no pase más’. Gestos así van a ser un motivo de soldadura de lo humano.

Esperamos que muchísimos compañeros estén presentes esta tarde. Ojalá todos los espacios nos queden chicos. Será maravillosa esa soldadura de lo humano. ¡Que se llenen las calles!

*Socióloga e historiadora, investigadora del Conicet.

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