El lado B de Cristina Banegas

por Laura Litvinoff y Nicolás Peralta
04 de junio de 2016

La actriz cuenta su experiencia teatral en las cárceles y recuerda cuando en plena dictadura hacía un espectáculo infantil y debió salir a escena a pesar del asesinato de su vecino y amigo Paco Urondo.

Durante la hora en que conversó con Cítrica, Cristina Banegas dijo en un momento: “actuar es algo que es parte de la vida, algo humano”. Frases así nos dan la pauta de que una artista como ella guarda unas experiencias sociales que valen la pena conocer.

Como para ella actuar es parte de la vida no extraña que haya llevado el teatro a quienes más lo necesitaban. A quienes necesitaban liberarse. “Durante un año estuvimos yendo con Gabriela Saidón a dar un taller de teatro al Penal 48 de J.L. Suarez como parte de las actividades de la Universidad de San Martín. Me pareció bien ir con ella, que además de ser una amiga, venía de trabajar con adolescentes marginales en institutos. Todos los viernes íbamos para allá y hacíamos varias cosas. Improvisaban, también armaron una dramaturgia, la ensayaron y la hicieron. Luego hicimos otras piezas de Gambaro y de Gorostiza. Era un trabajo apasionante, complejo. Los guardias a veces los traían y a veces no. Una vez nos pasó que llegamos y la noche anterior un guardia borracho había disparado tiros desde la garita y había herido a dos personas. Era todo un desorden básico muy intenso. Me terminé haciendo amiga de varios presos, era gente muy interesante. Habían armado una biblioteca que se llamaba Juan Gelman y habían hecho un mural para las Madres de Plaza de Mayo. Era una ideología muy interesante la que había en ese espacio.”

Ella enseña y enseñó la profesión. Pero a nosotros nos interesa también preguntarle cómo ella aprendió la vocación. "Yo estudié muchísimos años de mi vida con diferentes maestros, y creo que también se aprende mucho trabajando", explica la actriz como introducción a la frase que nos quedó rebotando: "Pero creo que lo que más nutre a un actor es la vida misma. La realidad supera a la ficción y eso es sin dudas lo que más material nos da. También creo que es importante leer, tener una formación estética y poder tener una mirada".

La vida real y el teatro se cruzan permanentemente en la vida de Cristina Banegas. No son dos mundos distintos. Y uno de esos cruces asombrosos sucedió en la última dictadura militar con el escritor y militante Paco Urondo como protagonista. "Cuando era muy joven estaba haciendo un espectáculo para niños durante la dictadura, y un día viene el director y me dice que lo habían asesinado a Paco. Yo no sé como pude hacer esa función con la noticia de que habían matado a Paco Urondo. No me lo voy a olvidar nunca en mi vida: estaba presente, pero no estaba ahí. El dolor real tiene más potencia que lo que uno le puede poner a la actuación. A Paco lo conocía mucho, era una persona muy entrañable y había sido muy importante en mi vida. Ahí es cuando lo ficcional se vuelve difícil, porque para actuar bien tenés que tener varios niveles de atención funcionando simultáneamente. Es bien compleja la actuación.

HISTORIAS Y CONSEJOS

-¿Cómo te decidiste por ser actriz?
”Vengo de una familia de artistas, me crié en Canal 7. Mi mamá (Nelly Prince) fue pionera en la televisión y mi padre era productor. En realidad lo primero que hice fue escribir poemas cuando tenía diez años, aunque también estudié danza desde los cuatro, así que esas serían mis primeras inclinaciones por expresarme. También fui muchos años guionista. Actuar fue algo que llegó de manera natural.

-¿Cómo se maneja el ego para que no afecte el producto final?
Se supone que los actores somos muy narcisistas, lo cual es cierto, porque nadie sería actor si no necesitara que lo miren. Perohay actores de todo tipo,tímidos, extrovertidos, hasta los hay fóbicos también. No tiene que ver con lo que puedan hacer finalmente. También hay gente que en la vida está actuando todo el tiempo. Actuar es algo que es parte de la vida, es algo humano. Mi abuela andaluza, por ejemplo, era una actriz de aquellas y nunca subió a un escenario. Era una actriz peligrosa,porque amenazaba que se iba a suicidar, por ejemplo, se mandaba sus buenos numeritos, pero bueno...

-¿Te parece que hay algún rasgo del teatro argentino que lo hace único?
-Hay mucha diversidad, muchas escuelas y muchas formas.Todos los actores nos parecemos en las problemáticas del oficio, pero la cultura es diferente en cada caso. Un actor jujeño no creo que sea igual a un rosarino. Es cierto que en nuestro país hay una cultura del psicoanálisis más marcada que en otros lados, y entonces le ponemos más atención a la cabeza de los personajes.

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