Cuando nevó en Buenos Aires

Ese día yo estaba en un acto en la plaza de Caseros en un homenaje a desaparecidos de la zona. Recuerdo el frío que hacía, te calaba los huesos al aire libre. Cuando empecé a ver los copos de  nieve, no lo podía creer. Al principio descreí, pensé que era pasajero, del frío que hacía. Fue un momento inolvidable. Cuando llegué a mi casa seguía todo blanco en el patio. Saqué algunas fotos para tener recuerdo de ese día. Y ahora lo llevo en la mente como un lindo momento de la ciudad.

Mi hijo Marco tenía 7 meses cuando nevó. En ese momento vivíamos en Villa Ortuzar, en el boulevard de avenida de Los Incas había bastante nieve y los chicos jugaban. Me sentía que estaba en una película surrealista. Siendo tan fan de Buenos Aires y tan porteña de toda la vida, era una imagen muy fuerte. Se me mezclaba una sensación de Apocalipsis en esa rareza de frío muy fuerte y al mismo tiempo una sensación de algo nuevo, y un panorama desconocido para mi ciudad. Me remitía a una parte de El Eternauta, donde hay una suerte de nieve en medio de una Buenos Aires colapsada por seres de otros lugares.

Realmente fue muy singular, fue hermoso haber estado en Buenos Aires ese día. Fueron unas horas muy pero muy mágicas. Hubo muchos porteños que quizás vieron la nieve por primera vez, eso me parece súper lindo. Me encantó ser parte de un hecho histórico como porteña y como madre. Porque Marco fue testigo. Buenos Aires es hermosa también con nieve.

Ese día estaba en un almuerzo con artistas en San Telmo. De pronto vimos por una ventana que estaba nevando y yo me abalancé sobre el vidrio; la verdad que no lo podía creer. Buenos Aires con nieve, he visto mil veces a Nueva York con nieve pero no tiene comparación. Buenos Aires no estaba preparada para la nieve y por eso era la maravilla más maravillosa. Me subí a mi auto y me fui hasta mi casa. La plaza de Vicente López estaba toda blanca, no lo podía creer. Era una visión cósmica ver a Buenos Aires blanco. Espero que alguna vez vuelva a suceder. Me resultó de otro planeta lo que ví ese día.

Yo estaba en España y me lo contó mi hija por teléfono, entonces me surgió componer el tango Nieva en Buenos Aires. Me emocionó tanto que compuse esa canción, que la hice con la orquesta El Arranque. La canción es mi impresión a través de la voz de mi hija:

Un 9 de julio, salió todo el mundo, dando la bienvenida a un nuevo empezar. Nieva en Buenos Aires, se acerca el portero y hasta el cartonero detiene su andar.

Increíblemente no estuve ese día en Buenos Aires. Me fui a presentar una de mis novelas a Mendoza y lo llevé a mi hijo con la promesa de conocer la nieve. Fue muy chistoso porque allá no nevaba y en Buenos Aires sí. Terminamos viendo la nieve por televisión. La cara de mi hijo Luciano fue tremenda. Lo llevé a Mendoza para conocer la nieve y no nevó. Después lo tuve que llevar a las Altas Cumbres para que vea la nieve. La verdad, nos quisimos matar.