Con Las Madres y Las Abuelas, no

por Revista Cítrica
19 de marzo de 2017

A veces creemos que no debiéramos escribir más sobre Jorge Lanata. Dejar de dar entidad a lo nefasto. Que el tiempo, como alguna vez se hizo con Bernardo Neustadt o Mariano Grondona, lo dejará en su lugar justo: el de cadáver del periodismo.

Hay algunos temas de los que no sabemos, de los que no tenemos conocimiento, de los que no podemos acceder a información confiable. Y entonces callamos. Preferimos la honestidad antes que el efecto. Pero sobre Jorge Lanata creemos tener cierta autoridad. Somos la consecuencia de su transformación, de su estafa, de su hipocresía, de sus denuncias sin fuentes, de su violencia machista, de su lenguaje agresivo, de sus puteadas, de su show mediático y de su afán por tirar -y repetir infinitamente la palabra-mierda pero fundamentalmente de su denigración hacia el periodismo.

Pero como no queremos darle entidad, nos mordemos la lengua una y otra vez. Hasta que ataca a las Madres y a las Abuelas. Y ahí ya no lo soportamos más. Cuando acusa a "la abuelita rocker" Estela de Carlotto de politizar la tragedia de Olavarría o cuando le dice irresponsable a Hebe, ya se nos sube la sangre a la cabeza y no lo podemos evitar. Y escribimos así, con la furia que da ver cómo se propaga la hipocresía. Porque con tantos cocineros, como Jorge, jodiendo la sopa, los perros mansos que comen la bazofia y no dicen nada, se multiplican. Y ya tenemos demasiados moretones.

Las Abuelas de Plaza de Mayo le agradecieron esta semana al Indio Solari por el mensaje que transmitió en el medio del recital: “Hace 40 años las Abuelas de Plaza de Mayo están buscando a los nietos de los desaparecidos; si tenés dudas, ellas te van a ayudar a encontrar tu identidad”.  Creíamos que la lucha de los organismos de Derechos Humanos por la recuperación de los nietos había trascendido a la política partidaria. Tal vez Lanata no crea lo mismo.

Tal vez a Lanata no le interesen los nietos que faltan por recuperar ni los juicios a los genocidas. “Me tienen harto con la dictadura”, dijo hace algunos años para evitar opinar sobre Papel Prensa justo un tiempito antes de pasarse a Clarín. Parece consecuente en eso Jorge. Si no le interesa el tema, no lo molestemos entonces. Los organismos de Derechos Humanos pueden seguir buscando nietos y exigiendo justicia sin su colaboración.

No murieron siete personas en Olavarría, murieron dos. No fue Hebe quién dijo que murieron siete. Fue Télam, la agencia nacional de noticias. Lanata no sabe que Hebe hablaba de otros siete muertos: los que murieron por responsabilidad de la policía en una comisaría de Pergamino. Lanata sabe que a Walter Bulacio lo mató la policía pero en su columna omite ese dato. 

Pero lo que suponemos que aún le interesa es la información. Si aún sigue haciendo periodismo, como insinúa en el nombre de su programa televisivo, debe importarle la responsabilidad. Y denunciar a los irresponsables. Como a Hebe de Bonafini, que según él, a una semana de lo ocurrido en el recital de Olavarría sigue sosteniendo que hay siete muertos. Un paladín de la información exacta Don Jorge. Pero a los ciegos no les gustan los sordos. Ahí está con sus ojos ciegos bien abiertos, impresionado. No pudiendo creer que sus palabras ya no penetran, que se caen solas. Las escuchamos pero las transformamos. De su mierda sacamos vida. Entonces para él, somos sordos porque no nos tragamos sus mentiras. Por el contrario, las vemos y las compartimos. Para qué cada día haya menos gente que le crea a este hombre “exitoso y prestigioso” que perdió la dignidad.

No murieron siete personas en Olavarría, murieron dos. No fue Hebe quién dijo que murieron siete. Fue Télam, la agencia nacional de noticias. Y la irresponsabilidad en la información fue consecuencia directa de la falta de periodistas en el lugar de los hechos y en la redacción. No había periodistas trabajando. Para el Estado no era importante brindar información fidedigna sobre lo ocurrido en el recital del Indio Solari. Lanata omite en su columna que el error en la información es responsabilidad del Estado. Lanata no sabe que Hebe sí sabe que fueron dos los muertos. Lanata no sabe que Hebe hablaba de otros siete muertos: los que murieron por responsabilidad de la policía en una comisaría de Pergamino. Lanata sabe que a Walter Bulacio lo mató la policía pero en su columna omite ese dato. Tal vez a Lanata no le importe cuando las fuerzas represivas matan, cuando accionan como en la dictadura. Esas cosas tal vez lo tengan harto y prefiera no informarse. Está en su derecho. Pero que entonces deje de hacerse llamar periodista. 

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