“Todavía se mantienen las fuerzas represivas de seguridad”

por Revista Cítrica
26 de enero de 2014

En el marco del festival en defensa de los derechos humanos, dialogamos con Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga, desaparecido en democracia, sobre la persistencia de la violencia institucional.

La plaza lleva el nombre del pibe que cinco años atrás -en plena Democracia- era detenido ilegalmente, torturado y desaparecido por la misma fuerza que debería brindar seguridad. El espacio, que queda en Lomas del Mirador, es enorme y el sábado 25 se llenó de historias silenciadas. También se colmó de oídos dispuestos a comprenderlas y de ojos que se humedecieron, de dolor y bronca. No faltaron los abrazos, solidarios, mientras el viento acariciaba el pasto largo, trayendo un poco de alivio al acalorado espanto: Los/as jóvenes de los barrios más pobres son criminalizados/as en todo el país. Muchos/as no pueden contar su historia en voz propia pero otras gargantas se prestan para la denuncia.

A partir del 31 de enero de 2009 nada volvió a saberse de Luciano Arruga. A casi cinco años, Familiares y Amigos organizaron la Jornada Cultural por los DDHH, para reclamar su aparición con vida. “Hoy es una fiesta en defensa de los derechos humanos de los jóvenes de los barrios humildes y es una defensa de la Democracia”, nos dice Vanesa Orieta, la hermana del joven desaparecido por la policía en La Matanza, provincia de Buenos Aires. Atrás de la plaza está el Barrio 12 de Octubre, de allí salió el pibe con unas monedas para gastar en un ciber. Se supo que varios policías lo desvanecieron a golpes. Su rastro fue borrado.

“Aquellos que entendemos que a esta Democracia hay que seguir defendiéndola porque no hemos ganado un carajo, estamos acá presentes. Le estamos dando batalla a un cuerpo de personas formado por el poder político, el judicial, los grandes medios de comunicación y de un sector acomodado de la sociedad que discrimina y criminaliza de los sectores más humildes”, agrega. Vanesa ruge, se la ve inmensa en la lucha, sin perder la ternura.

En la jornada, las voces se multiplicaron. Se oían fuertes en la radio abierta organizada por la Red Nacional de Medios Alternativos. Retumbaban en las esquinas de la plaza, pero también en muchas emisoras comunitarias y cooperativas del país. Los micrófonos ayudaron a denunciar a familiares de otros/as Lucianos. Porque esa historia, la del pibe de un barrio humilde, se multiplica angustiosamente en la amplia geografía argentina. La violencia institucional, en estas tres décadas de Democracia, va en escalada y aprieta, pero no asusta: Une para evidenciarla, para extirparla.

“Es importante la actividad. Lo que más valoramos y agradecemos es que estén participando muchos familiares que vienen de diferentes puntos del país y es ahí en donde nos reconocemos dentro de una problemática; donde nos empezamos a dar cuenta de que nos somos hechos aislados; donde afianzamos el compañerismo, la organización y la lucha”, sintetiza Vanesa. El dolor, la denuncia, la bronca y la fuerza la une con otras hermanas y hermanos, madres, padres, familiares y amigas/os.

Inquieta, de acá para allá va llenando la plaza con su presencia. No es una isla, se encadena a otras y otros que denuncian que en estas tres décadas de Democracia hubo más de 4 mil jóvenes muertos/as víctimas del gatillo fácil y se desaparecieron a más de 200 personas “sin contar a las víctimas de la Trata, que agrandaría el número y tendría que alarmar”. 

“Hoy estamos sufriendo parte de lo sufrimos en el pasado, porque todavía se mantienen las fuerzas represivas de seguridad, se mantienen con las lógicas perversas de secuestro, tortura y desaparición y eso es lo que debe quedar bien planteado y es sobre lo que se tiene que trabajar para hacerlo visible”, finaliza. Asentimos: La lucha persevera porque no queremos volver a ese pasado, no. Nunca más.

Las últimas novedades
Luego de un acampe de más de dos meses, Familiares y Amigos de Luciano Arruga consiguieron que avance en el proceso judicial designando al Equipo Argentino de Antropología Forense para en el ex Destacamento para realizar las excavaciones. El pedido llevaba más de dos años. Además, lograron que el ex Destacamento por donde pasó el joven fuera cedido a familiares y “que podamos trabajar independientes de todo gobierno porque es la única forma de hablar seria y objetivamente de lo que significa la violencia institucional de nuestro país”, aclara Vanesa.

“Fueron dos puntos hermosos que hemos conquistado porque avanzar en una causa judicial que pretende hacer invisible la desaparición de Luciano. Así, seguimos dando pelea a la desidia e impunidad de los sectores políticos y judiciales. Haber conquistado un espacio de memoria, después de haber cerrado un ex Destacamento policial me llena de orgullo como también el tener los compañeros que tengo porque han logrado el cierre de esa porquería que se inauguró en 2007 para controlar los barrios humildes y que con tan solo dos años haber sido abierto lo que hizo fue desaparecer a un pibe de 16 años de este barrio, del 12 de Octubre”, concluye.

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