“Yo también me quejo del sistema”

Está convencido de que, como aseguraban algunas tribus indígenas, las fotos le roban parte de su alma. Y si bien existen elocuentes diferencias históricas, la comparación no es del todo antojadiza. Aquellos pueblos se negaron a ser retratados por los conquistadores europeos y, tiempo después, fueron despojados de sus tierras a sangre y fuego. Ahora, varios siglos más tarde, Daniel Hendler piensa que posar para una cámara todo el tiempo también es una suerte de matanza: la matanza de su privacidad. Y por eso trata de evitarlo. Protagonista de Graduados, el programa con más rating del año, y con varias películas en su historia personal, a Hendler no le interesa aparecer en las páginas de los cientos de diarios y revistas del país ni en los programas de espectáculos de la tarde. Desafía las reglas establecidas y se corre de los preceptos que se repiten como mantras en los pasillos del mundo televisivo. Tiene una premisa que, de por sí, resulta seductora: a mayor éxito laboral, menor exposición mediática. Este año, el año de su salto a la fama masiva, la cumplió al pie de la letra: Hendler no le dio entrevistas a casi ningún medio periodístico. La masividad, en su caso, convive perfectamente con el culto al perfil bajo. La propuesta de Cítrica Óimaginamos que por lo que Cítrica significaÓ fue una rara excepción. Una excepción que, desde ya, agradecemos.

¿Cómo te llevas con esta fama que otorga ser el protagonista de la tira del año?
Lo que menos me gusta es tener que sacarme fotos. A veces detesto que me pidan para sacarme fotos, sobre todo cuando estoy descansando, paseando con mi familia, o trabajando. O sea, casi siempre. Es que coincido con aquella creencia de algunas tribus aborígenes, eso de que las fotos te roban el alma. Me parece invasivo lo de la foto. El resto de las consecuencias que trae la fama me las banco, y en algunos casos me gustan.

¿Hay algo de Andrés Goddzer (su personaje en Graduados) en tu personalidad?
Sí, pero más bien hay algo mío en la personalidad de Goddzer. Algo que como actor le presto naturalmente al personaje, al trabajar con mi organismo y mi historia, y algo que le proyecto al personaje en muchos momentos en donde apelo a las vivencias personales. En lo anecdótico, no es tanto lo que comparto con el personaje. Yo me quejo del “sistema” pero no organizo mi vida alrededor de una ideología “antisistema”, sino que trato de encontrar mi manera de hallarme cómodo dentro del contexto que me toca.

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